Editorial Alaire

Complácete en la nada.
Tu cuerpo regresa de un disturbio cada tarde,
un albañal de jerarquía y subsistencia. Ves los brotes
blancos de los cerezos de la plaza, y una brisa
anega en vacío dulce tu aspereza.

Complácete en ser nadie en la belleza.
Manifestantes hacinan las aceras, diagonales
de fuego juvenil. Arenga el líder
para que ames tu propio odio en sus monsergas.
La luz del sol agonizante parte en dos
el aire atiborrado de la urbe. Tras los bloques,
los vencejos atraviesan cielos de oro.

No pienses y no existas; mejor nada.
Primer día del juicio: todos mienten. Es
un desfile catatónico de máscaras. La ujier
desliza un documento en el estrado.
Sus manos son desnudas, solitarias,
acarician el espacio minuciosas.

¿Ataraxia o apatheia? En tu sueño
los mosaicos del ágora brillaban mediodías. Mercaderes
daban crédito a noticias terminales: los bárbaros
habían incendiado las fronteras.
Permaneciste tranquilo moralmente, tus pasos te llevaron
al puerto, las naves faenaban a lo lejos,
el océano seguía amaneciendo.

Pablo Ibáñez escribió:Complácete en la nada.
Tu cuerpo regresa de un disturbio cada tarde,
un albañal de jerarquía y subsistencia. Ves los brotes
blancos de los cerezos de la plaza, y una brisa
anega en vacío dulce tu aspereza.

Complácete en ser nadie en la belleza.
Manifestantes hacinan las aceras, diagonales
de fuego juvenil. Arenga el líder
para que ames tu propio odio en sus monsergas.
La luz del sol agonizante parte en dos
el aire atiborrado de la urbe. Tras los bloques,
los vencejos atraviesan cielos de oro.

No pienses y no existas; mejor nada.
Primer día del juicio: todos mienten. Es
un desfile catatónico de máscaras. La ujier
desliza un documento en el estrado.
Sus manos son desnudas, solitarias,
acarician el espacio minuciosas.

¿Ataraxia o apatheia? En tu sueño
los mosaicos del ágora brillaban mediodías. Mercaderes
daban crédito a noticias terminales: los bárbaros
habían incendiado las fronteras.
Permaneciste tranquilo moralmente, tus pasos te llevaron
al puerto, las naves faenaban a lo lejos,
el océano seguía amaneciendo.

Gracias Pablo por traer en la envoltura bella de La Poesía la meditación de la sabiduría. La ecuanimidad no es indiferencia ante el dolor necesario ni ante el dolor innecesario. Tu poema es inmenso y vuela libre hacia La Virtud. Un abrazo grande, ERA

Un genial poema donde el yo identifica un logrado estoicismo. Me ha encantado.
Felicidades.
Abrazo

Me gustó mucho tu poema. El poema navega, entre lo legendario y cierto halo kafkiano, para reivindicar la identidad y el individualismo ante la vida y la historia. Enhorabuena y un abrazo.

Poemazo, Pablo!!! Tus versos actúan como bisturíes que abren la carne de la ciudad y sus máscaras sociales para verter toda la sangre podrida que lleva dentro.

Hay momentos de cumbre en el lenguaje poético:

Complácete en la nada.
Tu cuerpo regresa de un disturbio cada tarde,
...............................................................................

Complácete en ser nadie en la belleza.
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…………….. Arenga el líder
para que ames tu propio odio en sus monsergas.
La luz del sol agonizante parte en dos
el aire atiborrado de la urbe. Tras los bloques,
los vencejos atraviesan cielos de oro.

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.............................................La ujier
desliza un documento en el estrado.
Sus manos son desnudas, solitarias,
acarician el espacio minuciosas.

……………………….
…………. Mercaderes
daban crédito a noticias terminales: los bárbaros
habían incendiado las fronteras.

Todo un placer de lectura, POETA.

Un muy fuerte abrazo, querido amigo.

Un poema enorme; cual orfebre de ideas y palabras vas llenando el papel de trazos implacables y dotados de furiosa belleza. También la sabia pulsión acerca la sangre a tu verso, la interviene y la anuncia con notable altura.

Un orgullo y un honor ser muy amiga de Pablo Ibáñez.

Ovación cerrada; abrazo de los grandes.

Me da placer, estimado Pablo, leer poemas como este que has compuesto. Al rico ornamento léxico, lírico y formal unes una carga de profundidad que hace la obra rotunda y significativa. Vayan mis felicitaciones.
Un abrazo y salud

Muy bello y muy interesante trabajo, amigo Pablo, que, a mi juicio, debemos colocar junto a lo más granado de tu obra.
Se siente al gran Pablo Ibáñez, en esta ocasión, planteando una especie de dicotomía entre el estoicismo y el desasosiego, para, tal vez, enjugar la insoportable levedad del alma y sus satélites.
Ciertamente, dentro de tu consabida pericia versificadora, consigues momentos de alta evocación en tu poema.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por esta obra, sin duda, reseñable.
Abrazos.

Me gusta tu poema con la profundidad que le das usando belleza en tu léxico y lírico que complace leerte.
Abrazos por tu gran poema.

Me ha gustado mucho este complejo poema, con un léxico rico y cierto aire de zozobra con claroscuros y de una singular belleza.
Paisano solo me resta decirte que es tan hermoso como el gol de la victoria en el minuto 90 contra el equipo de la villa marinera.
Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.

Un gran placer volver a leerte, estimado amigo. Poesía de la buena, que no deja lugar a dudas. Muchos abrazos y felicitaciones, Pablo.

Gracias Roxane,

me alegro que te haya gustado, amiga. Un honor leer tu comentario.

Abrazos

Gracias Pilar,

sí, de estoicismo va el asunto. Has sabido verlo muy bien. Me alegro que te haya gustado.

Un abrazo, amiga.

Gracias Ramón,

un honor tu paso y comentario, amigo. Si has visto un toque kafkiano, ya me puedo dar por satisfecho. Me alegro mucho que te haya gustado.
Un abrazo.

Gracias Ferreiro,

me alegro mucho que te haya gustado amigo. Un honor para mí que hayas destacado el lenguaje poético de la composición.

Abrazos.