gracias maestro.
que la cera tapó las llagas,
que el agua está lavando nuestra decencia,
es primavera. Como los viejos dicen,
tiempo de habilitar la vida
aunque se pierda de antemano.
Crecerán nuestros huesos,
frente a los árboles de té el alimento,
y todo volverá a ser Cristo para julio.
Yo te sigo María,
un Gólgota tras otro, sin pestañear,
no hay otoño que se te resista.
Es primavera, en tus entrañas
los pétalos apuntan firmes,
floreces
hasta los Pirineos, más allá no hay nada.
Estamos en abril de Pelayo,
sudados y perfectos,
recorremos la cresta de las algas
en costilla de vientre enamorado.
Tus caídas rebrotan, es primavera,
como idiotas.
En el traje de baño acomodo tu protesta:
Miguel, ya no tenemos dieciocho años.
María déjame, estamos en abril
y cada día, estás más bella.
Hno Renato Vega