Editorial Alaire

El sentido del gusto dispara las sirenas
del cuerpo sin película,
la sangre de mi piel es la de tu fantasma,
el agravio del tiempo son pesas
que vasculan
dentro de un barbitúrico.

Y el suicidio entre dos se hace más blando.

Y la belleza vive.
No llegaron al fondo del asunto.
Aún no.

Si por casualidad creyese en mis principios.
Si creyese tan solo en la casualidad.
En el oportunismo de mis versos.
Si no supiese tanto como aparentan todos.

Lo que hago es mostrar al delator.
Bien podría ser el primer habitante de Babel.
O Yo, por mi carácter afable, como último descarte.
Luego, me rifo al mundo, como siempre.
Sea o no verosímil.
El mundo, cómo no.

Pongo en marcha un poema que merece más lecturas.

Un abrazo.

Ricardo López Castro escribió:El sentido del gusto dispara las sirenas
del cuerpo sin película,
la sangre de mi piel es la de tu fantasma,
el agravio del tiempo son pesas
que vasculan
dentro de un barbitúrico.

Y el suicidio entre dos se hace más blando.

Y la belleza vive.
No llegaron al fondo del asunto.
Aún no.

Si por casualidad creyese en mis principios.
Si creyese tan solo en la casualidad.
En el oportunismo de mis versos.
Si no supiese tanto como aparentan todos.

Lo que hago es mostrar al delator.
Bien podría ser el primer habitante de Babel.
O Yo, por mi carácter afable, como último descarte.
Luego, me rifo al mundo, como siempre.
Sea o no verosímil.
El mundo, cómo no.

Hay muchos poemas en uno solo, querido Ricardo.

La sangre de mi piel es la de tu fantasma. Este verso es grandioso; seria posible pulir y pulir por años su profundidad hermosa, su dolor inacabado.
Cuánto puede caber en un barbitúrico que vuelca su andamio para volvernos a tierra.
Y el suicidio entre dos se hace más blando. Madre mía, qué enormidad se cierne aquí en la plataforma de lo compartido, de lo extrañamente fugaz.

Los versos que conforman el poema son como disparos ardientes, valerosos, convulsionados entre las membranas del canto más recóndito.

Abrazo de los grandes, querido amigo.

Gracias miles Alejandro y Hallie.
Me alegra lo que me dices, estimada, viniendo de una trapecista del verso como tú, capaz de darle forma a los sentimientos más profundos.
Abrazos y felicidad para amb@s.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Ricardo.
Felicidades.
Abrazos.

Gracias miles amigo Rafel.
Abrazos y felicidad.

Ricardo López Castro escribió:El sentido del gusto dispara las sirenas
del cuerpo sin película,
la sangre de mi piel es la de tu fantasma,
el agravio del tiempo son pesas
que vasculan
dentro de un barbitúrico.

Y el suicidio entre dos se hace más blando.

Y la belleza vive.
No llegaron al fondo del asunto.
Aún no.

Si por casualidad creyese en mis principios.
Si creyese tan solo en la casualidad.
En el oportunismo de mis versos.
Si no supiese tanto como aparentan todos.

Lo que hago es mostrar al delator.
Bien podría ser el primer habitante de Babel.
O Yo, por mi carácter afable, como último descarte.
Luego, me rifo al mundo, como siempre.
Sea o no verosímil.
El mundo, cómo no.

Hay dialogos internos que merecen toda nuestra consideracion. Hay dialogos internos que nacen desde el hatillo del poema rodante. Este bello poema me recuerda que las respuestas se dan cuando ya no nos importan las preguntas. Siempre encuentro una brecha iluminada en tu tu poesia, Ricardo Lopez Castro. Abrazos, ERA

Bello poema, Ricardo, con un formato impecable que se ajusta perfectamente al ramillete de imágenes que despliegas con maestría.
Mis felicitaciones.
Un abrazo y salud

Gracias ERA, por tus palabras, siempre tan conectadas a lo que intento transmitir.
Abrazos y felicidad.

Armilo, estimado.
Agradezco mucho tu paso y comentario.
Y decirte que en cuanto al otro comentario llevas la razón, aunque creo te perdieron un poco las formas.
De todas formas, me pesó más lo primero, y como se suele decir, a Cristo lo que es de Cristo, y al César lo que es del César.
Y es cierto que el silencio otorga.
Abrazos y felicidad.