Un día cualquiera

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle

Avatar de Usuario
Carmen López
Mensajes: 4614
Registrado: Jue, 27 Jun 2013 9:35
Ubicación: Barcelona

Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Carmen López »

Que aquello era otra cosa muy distinta
que nunca hasta entonces habían vivido,
fue lo primero que aprendieron juntos,
tendidos en aquella playa desierta de los otros,
revueltos sus cuerpos jóvenes y desarmados,
cegados por la luz, la euforia, el despertar.
Ajenos y extraños para un mundo en nada adquiescente,
que pretendía desajustarles las medidas
y acelerar por las malas el trámite de su precipitada dicha.

Que aquello no era lo previsto
y que aquel amor era incontrolado,
intenso, torpe, inconfesable, desmedido,
inaccesible como un ave que se sueña
era de todo aquello suyo: lo más obvio,
lo irrefutable y lo cierto,
quizás por eso, los dos se resignaron
casi de inmediato, no hubo ningún reproche,
no se hicieron ningún daño,
o eso fue lo que se dijeron a sí mismos,
hace tanto que ya ni se acuerdan de ello,
sin embargo, ninguno de los dos pudo
olvidar nunca la arena de aquella playa.

Después, se situaron en ser buenos amigos,
los mejores, en eso ya nadie pudo ganarlos
a pesar de que hubieron muchos envites para ello,
en eso ambos eran unos aventajados.
Se sucedieron después; una esposa, sus amantes,
las amantes del otro, un divorcio, todos los desengaños,
la inconstancia, alguna muerte, la desidia, los trabajos,
las empresas, algunos sueños conseguidos y tantas
y tantas derrotas deshojadas que no se atrevían ni a contarlas.
Todo el mundo tuvo siempre muchos celos de ellos,
como si pudieran presentir de algún modo las secuelas
inconfundibles en el alma de ese día mágico en la playa.

Coincidieron en sus soledades,
tres o cuatro veces, cuatro, para ser más exactos,
la primera vez le dieron la culpa a aquella botella
de cava que se tomaron a pulso y sin medida,
la segunda, ya no supieron a quién o qué echarle
la culpa de aquel animal que llamaban instinto,
desistieron de buscarle alguna explicación
racional al hecho de que su deseo no se contuviera
como antaño lo hiciese siempre,
después, se alejaban no más de un mes o dos
para que las aguas volvieran inexorables a sus cursos.

Un día cualquiera, sin fecha previa en el calendario
uno le dijo al otro que se estaba planteando
muy seriamente envejecer con él, así, a bocajarro,
si ya estaba preparado para ello o necesitaba
algún amante previo más que le desengañase del amor
o más tiempo para entender que aquello suyo
era lo más cierto del amor que ambos conocían
entre todas las cosas inciertas de la vida.
Aquello fue como una sentencia justa y necesaria
que nunca se hubiese pronunciado antes,
también el otro lo había pensado, pero, no lo dijo
nunca por temor a ser rechazado.
Ahora, era como obviar la disforia que arrastraban
con el tiempo y los años y reclamar algo del cielo
que siempre les había pertenecido por derecho
y que nunca antes osaron soñar en asaltar.

Y ahora, míralos mundo, míralos bien,
contémplalos de cerca si te atreves,
no te atrevas a ignorarlos,
aquí están: los dos juntos, vencedores, desarmados,
los dos haciendo proselitismo de su amor y su alegría.
Última edición por Carmen López el Mar, 09 Feb 2021 19:29, editado 1 vez en total.
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
Avatar de Usuario
Jerónimo Muñoz
Mensajes: 2704
Registrado: Vie, 23 Nov 2007 19:54
Ubicación: Málaga (España)

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Jerónimo Muñoz »

¡Qué poema más hermoso y más precioso, Carmen! Yo, que ya soy mayor, aunque no he pasado por esa separación y esas vicisitudes, comprendo en lo más hondo esta emotiva historia y no puedo dejar de felicitarte por este derroche de talento y sensibilidad.
Abrazos.

Jerónimo
Siempre creemos aquello que anhelamos
Demóstenes
E. R. Aristy
Mensajes: 15304
Registrado: Dom, 11 May 2008 20:04
Ubicación: Estados Unidos
Contactar:

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Carmen López escribió:Que aquello era otra cosa muy distinta
que nunca hasta entonces habían vivido,
fue lo primero que aprendieron juntos,
tendidos en aquella playa desierta de los otros,
revueltos sus cuerpos jóvenes y desarmados,
cegados por la luz, la euforia, el despertar.
Ajenos y extraños para un mundo en nada adquiescente,
que pretendía desajustarles las medidas
y acelerar por las malas el trámite de su precipitada dicha.

Que aquello no era lo previsto
y que aquel amor era incontrolado,
intenso, torpe, inconfesable, desmedido,
inaccesible como un ave que se sueña
era de todo aquello suyo: lo más obvio,
lo irrefutable y lo cierto,
quizás por eso, los dos se resignaron
casi de inmediato, no hubo ningún reproche,
no se hicieron ningún daño,
o eso fue lo que se dijeron a sí mismos,
hace tanto que ya ni se acuerdan de ello,
sin embargo, ninguno de los dos pudo
olvidar nunca la arena de aquella playa.

Después, se situaron en ser buenos amigos,
los mejores, en eso ya nadie pudo ganarlos
a pesar de que hubieron mucho envites para ello,
en eso ambos eran unos aventajados.
Se sucedieron después; una esposa, sus amantes,
las amantes del otro, un divorcio, todos los desengaños,
la inconstancia, alguna muerte, la desidia, los trabajos,
las empresas, algunos sueños conseguidos y tantas
y tantas derrotas deshojadas que no se atrevían ni a contarlas.
Todo el mundo tuvo siempre muchos celos de ellos,
como si pudieran presentir de algún modo las secuelas
inconfundibles en el alma de ese día mágico en la playa.

Coincidieron en sus soledades,
tres o cuatro veces, cuatro, para ser más exactos,
la primera vez le dieron la culpa a aquella botella
de cava que se tomaron a pulso y sin medida,
la segunda, ya no supieron a quién o qué echarle
la culpa de aquel animal que llamaban instinto,
desistieron de buscarle alguna explicación
racional al hecho de que su deseo no se contuviera
como antaño lo hiciese siempre,
después, se alejaban no más de un mes o dos
para que las aguas volvieran inexorables a sus cursos.

Un día cualquiera, sin fecha previa en el calendario
uno le dijo al otro que se estaba planteando
muy seriamente envejecer con él, así, a bocajarro,
si ya estaba preparado para ello o necesitaba
algún amante previo más que le desengañase del amor
o más tiempo para entender que aquello suyo
era lo más cierto del amor que ambos conocían
entre todas las cosas inciertas de la vida.
Aquello fue como una sentencia justa y necesaria
que nunca se hubiese pronunciado antes,
también el otro lo había pensado, pero, no lo dijo
nunca por temor a ser rechazado.
Ahora, era como obviar la disforia que arrastraban
con el tiempo y los años y reclamar algo del cielo
que siempre les había pertenecido por derecho
y que nunca antes osaron soñar en asaltar.

Y ahora, míralos mundo, míralos bien,
contémplalos de cerca si te atreves,
no te atrevas a ignorarlos,
aquí están: los dos juntos, vencedores, desarmados,
los dos haciendo proselitismo de su amor y su alegría.
Muy bella crónica del amor, Carmen. Abrazos, ERA
Pilar Morte
Mensajes: 29761
Registrado: Mié, 09 Abr 2008 10:21

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Pilar Morte »

Hay días, gestos o una palabra que marcan para siempre. Qué bello poema en el que describes con maestría una historia de amor.
Me gustó mucho.
Abrazos
Antonio Arjona
Mensajes: 1251
Registrado: Vie, 30 Ago 2019 11:03

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Antonio Arjona »

Excelente relato o prosa poética que llega con fuerza al lector y pone de manifiesto la maestría de la autora.
Mi sincera felicitación.
Avatar de Usuario
Ulises C.J.
Mensajes: 730
Registrado: Jue, 06 Ago 2020 18:07
Ubicación: Valencia (España)

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Ulises C.J. »

Al final siempre acaba triunfando el amor, sin ningún género de dudas.
O así debería ser siempre.
Precioso poema Carmen.
Avatar de Usuario
Arturo Rodríguez Milliet
Mensajes: 1857
Registrado: Jue, 05 Dic 2013 13:21
Ubicación: Caracas. Venezuela

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Arturo Rodríguez Milliet »

Al fin y al cabo, se trata del amor, Carmen.
Por eso es hermoso de principio a fin y no
deja espacio para mas nada que no sea eso... amor!
Un fuerte y sentido abrazo, con mi felicitación
por tan sensible entrega.
Te presento a mi padre, el que está a su lado es mi hijo.
Si los sumas y divides entre dos, obtendrás su promedio...
ese soy yo. Mucho gusto!
Avatar de Usuario
Carmen López
Mensajes: 4614
Registrado: Jue, 27 Jun 2013 9:35
Ubicación: Barcelona

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Carmen López »

Jerónimo Muñoz escribió:¡Qué poema más hermoso y más precioso, Carmen! Yo, que ya soy mayor, aunque no he pasado por esa separación y esas vicisitudes, comprendo en lo más hondo esta emotiva historia y no puedo dejar de felicitarte por este derroche de talento y sensibilidad.
Abrazos.

Jerónimo
Me alegra si te ha gustado el poema, Jerónimo. Te doy las gracias por tu tiempo de lectura y tu comentario siempre generoso y atento con lo mío. A mí me gustó hacer este poema.

Abrazos.

Carmen
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
Avatar de Usuario
Mirta Elena Tessio
Mensajes: 4155
Registrado: Jue, 06 Nov 2014 16:58
Ubicación: argentina

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Mirta Elena Tessio »

Carmen López escribió:Que aquello era otra cosa muy distinta
que nunca hasta entonces habían vivido,
fue lo primero que aprendieron juntos,
tendidos en aquella playa desierta de los otros,
revueltos sus cuerpos jóvenes y desarmados,
cegados por la luz, la euforia, el despertar.
Ajenos y extraños para un mundo en nada adquiescente,
que pretendía desajustarles las medidas
y acelerar por las malas el trámite de su precipitada dicha.

Que aquello no era lo previsto
y que aquel amor era incontrolado,
intenso, torpe, inconfesable, desmedido,
inaccesible como un ave que se sueña
era de todo aquello suyo: lo más obvio,
lo irrefutable y lo cierto,
quizás por eso, los dos se resignaron
casi de inmediato, no hubo ningún reproche,
no se hicieron ningún daño,
o eso fue lo que se dijeron a sí mismos,
hace tanto que ya ni se acuerdan de ello,
sin embargo, ninguno de los dos pudo
olvidar nunca la arena de aquella playa.

Después, se situaron en ser buenos amigos,
los mejores, en eso ya nadie pudo ganarlos
a pesar de que hubieron muchos envites para ello,
en eso ambos eran unos aventajados.
Se sucedieron después; una esposa, sus amantes,
las amantes del otro, un divorcio, todos los desengaños,
la inconstancia, alguna muerte, la desidia, los trabajos,
las empresas, algunos sueños conseguidos y tantas
y tantas derrotas deshojadas que no se atrevían ni a contarlas.
Todo el mundo tuvo siempre muchos celos de ellos,
como si pudieran presentir de algún modo las secuelas
inconfundibles en el alma de ese día mágico en la playa.

Coincidieron en sus soledades,
tres o cuatro veces, cuatro, para ser más exactos,
la primera vez le dieron la culpa a aquella botella
de cava que se tomaron a pulso y sin medida,
la segunda, ya no supieron a quién o qué echarle
la culpa de aquel animal que llamaban instinto,
desistieron de buscarle alguna explicación
racional al hecho de que su deseo no se contuviera
como antaño lo hiciese siempre,
después, se alejaban no más de un mes o dos
para que las aguas volvieran inexorables a sus cursos.

Un día cualquiera, sin fecha previa en el calendario
uno le dijo al otro que se estaba planteando
muy seriamente envejecer con él, así, a bocajarro,
si ya estaba preparado para ello o necesitaba
algún amante previo más que le desengañase del amor
o más tiempo para entender que aquello suyo
era lo más cierto del amor que ambos conocían
entre todas las cosas inciertas de la vida.
Aquello fue como una sentencia justa y necesaria
que nunca se hubiese pronunciado antes,
también el otro lo había pensado, pero, no lo dijo
nunca por temor a ser rechazado.
Ahora, era como obviar la disforia que arrastraban
con el tiempo y los años y reclamar algo del cielo
que siempre les había pertenecido por derecho
y que nunca antes osaron soñar en asaltar.

Y ahora, míralos mundo, míralos bien,
contémplalos de cerca si te atreves,
no te atrevas a ignorarlos,
aquí están: los dos juntos, vencedores, desarmados,
los dos haciendo proselitismo de su amor y su alegría.
Un día cualquiera, bien contado con todo lo que un buen poema necesita.
Me ha encantado y he disfrutado la lectura.-
Abrazos Carmen.-
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez
Avatar de Usuario
Carmen López
Mensajes: 4614
Registrado: Jue, 27 Jun 2013 9:35
Ubicación: Barcelona

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Carmen López »

Julio Gonzalez Alonso escribió:Mis felicitaciones, Carmen, por esta historia tan bellamente contada y sentida. Un abrazo.
Salud.
Muchas gracias Julio , por pasar por estas cosas que yo escribo, por tu amable comentario.

Salud y un abrazo grande.

Carmen
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
Avatar de Usuario
Carmen López
Mensajes: 4614
Registrado: Jue, 27 Jun 2013 9:35
Ubicación: Barcelona

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Carmen López »

E. R. Aristy escribió:
Carmen López escribió:Que aquello era otra cosa muy distinta
que nunca hasta entonces habían vivido,
fue lo primero que aprendieron juntos,
tendidos en aquella playa desierta de los otros,
revueltos sus cuerpos jóvenes y desarmados,
cegados por la luz, la euforia, el despertar.
Ajenos y extraños para un mundo en nada adquiescente,
que pretendía desajustarles las medidas
y acelerar por las malas el trámite de su precipitada dicha.

Que aquello no era lo previsto
y que aquel amor era incontrolado,
intenso, torpe, inconfesable, desmedido,
inaccesible como un ave que se sueña
era de todo aquello suyo: lo más obvio,
lo irrefutable y lo cierto,
quizás por eso, los dos se resignaron
casi de inmediato, no hubo ningún reproche,
no se hicieron ningún daño,
o eso fue lo que se dijeron a sí mismos,
hace tanto que ya ni se acuerdan de ello,
sin embargo, ninguno de los dos pudo
olvidar nunca la arena de aquella playa.

Después, se situaron en ser buenos amigos,
los mejores, en eso ya nadie pudo ganarlos
a pesar de que hubieron mucho envites para ello,
en eso ambos eran unos aventajados.
Se sucedieron después; una esposa, sus amantes,
las amantes del otro, un divorcio, todos los desengaños,
la inconstancia, alguna muerte, la desidia, los trabajos,
las empresas, algunos sueños conseguidos y tantas
y tantas derrotas deshojadas que no se atrevían ni a contarlas.
Todo el mundo tuvo siempre muchos celos de ellos,
como si pudieran presentir de algún modo las secuelas
inconfundibles en el alma de ese día mágico en la playa.

Coincidieron en sus soledades,
tres o cuatro veces, cuatro, para ser más exactos,
la primera vez le dieron la culpa a aquella botella
de cava que se tomaron a pulso y sin medida,
la segunda, ya no supieron a quién o qué echarle
la culpa de aquel animal que llamaban instinto,
desistieron de buscarle alguna explicación
racional al hecho de que su deseo no se contuviera
como antaño lo hiciese siempre,
después, se alejaban no más de un mes o dos
para que las aguas volvieran inexorables a sus cursos.

Un día cualquiera, sin fecha previa en el calendario
uno le dijo al otro que se estaba planteando
muy seriamente envejecer con él, así, a bocajarro,
si ya estaba preparado para ello o necesitaba
algún amante previo más que le desengañase del amor
o más tiempo para entender que aquello suyo
era lo más cierto del amor que ambos conocían
entre todas las cosas inciertas de la vida.
Aquello fue como una sentencia justa y necesaria
que nunca se hubiese pronunciado antes,
también el otro lo había pensado, pero, no lo dijo
nunca por temor a ser rechazado.
Ahora, era como obviar la disforia que arrastraban
con el tiempo y los años y reclamar algo del cielo
que siempre les había pertenecido por derecho
y que nunca antes osaron soñar en asaltar.

Y ahora, míralos mundo, míralos bien,
contémplalos de cerca si te atreves,
no te atrevas a ignorarlos,
aquí están: los dos juntos, vencedores, desarmados,
los dos haciendo proselitismo de su amor y su alegría.
Muy bella crónica del amor, Carmen. Abrazos, ERA
Muchas gracias, Roxane por tu tiempo para el poema, por tu hermoso comentario.

Abrazos.

Carmen
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
Avatar de Usuario
Israel Liñán
Mensajes: 4087
Registrado: Lun, 02 Mar 2009 0:38
Ubicación: Allá donde se cruzan los caminos...
Contactar:

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Israel Liñán »

Carmen qué maravilla de poema, lo he leído con ansia, atrapado en la historia.

Un abrazo, compañera.
Avatar de Usuario
John Garlic
Mensajes: 500
Registrado: Lun, 24 Jun 2019 18:03

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por John Garlic »

Precioso y soberbio poema de amor con unos versos finales antológicos de lucha, reivindicación y reafirmación.
Un saludo afectuoso, admirada poetisa.
Avatar de Usuario
Manuel Alonso
Mensajes: 6585
Registrado: Jue, 09 Ene 2014 2:09
Ubicación: León, España

Re: Un día cualquiera

Mensaje sin leer por Manuel Alonso »

Carmen, vaya poemazo, me ha entusiasmado, enganchado, hechizado, muy bello, gracias, un saludo, amiga.
Responder

Volver a “Foro de Poemas”