Días y días...
Publicado: Sab, 06 Feb 2021 16:12
Hay días más oscuros que la noche más negra,
días de andar por casa,
y días que ni un buen trago la sed te calma.
Hay días que se hacen largos como culebras,
días que no amanecen ni aunque madruguen,
y días que no conocen la luz del día.
De todo hay días y para todo hay días,
de toda clase y condición hay hombres,
cada cosa en su sitio y Dios en todas partes.
Hay días que se esconden del correr de las horas,
días para quererte,
y días que no te echaba ni un mal buen polvo.
Hay días que no le caben al calendario,
días de la marmota,
y días que ni los muertos salen de casa.
Menos mal que con tiempo y una caña,
de todo sale uno
(a veces hasta con vida y sin cicatrices).
Hay días que caen a plomo del cielo tontos,
días de vino y rosas,
y días que hasta los curas faltan a misa.
Hay días que no adelantas por más que atrases,
miércoles de ceniza,
días que los borregos cardan la lana,
y domingos sin fútbol con perfume a divorcio.
Y hay días para acostarse a dormir la mona
con tal de descansar de epidemiólogos, de cepas,
y de supositorios de terror que el diablo nos inserta
por allá donde amargan los pepinos…
días de andar por casa,
y días que ni un buen trago la sed te calma.
Hay días que se hacen largos como culebras,
días que no amanecen ni aunque madruguen,
y días que no conocen la luz del día.
De todo hay días y para todo hay días,
de toda clase y condición hay hombres,
cada cosa en su sitio y Dios en todas partes.
Hay días que se esconden del correr de las horas,
días para quererte,
y días que no te echaba ni un mal buen polvo.
Hay días que no le caben al calendario,
días de la marmota,
y días que ni los muertos salen de casa.
Menos mal que con tiempo y una caña,
de todo sale uno
(a veces hasta con vida y sin cicatrices).
Hay días que caen a plomo del cielo tontos,
días de vino y rosas,
y días que hasta los curas faltan a misa.
Hay días que no adelantas por más que atrases,
miércoles de ceniza,
días que los borregos cardan la lana,
y domingos sin fútbol con perfume a divorcio.
Y hay días para acostarse a dormir la mona
con tal de descansar de epidemiólogos, de cepas,
y de supositorios de terror que el diablo nos inserta
por allá donde amargan los pepinos…