Editorial Alaire

Se nos fue la vista,
todo se volvió sombra,
ya no nos mirábamos,
no necesitábamos los ojos.
No podías ver el dolor
ni los llamados de mi luz,
no podía ver tu silencio
y el grito oculto de tus labios,
ahora llevamos 2 grietas oscuras en el rostro,
parecidas al cristal pero de niebla,
no sabemos que color tiene el cielo,
ni el abrazo de nuestras madres,
nos olvidamos de querernos,
de la caricia enmarañada,
de caminar de la mano
bajo las hojas sangrientas del crepúsculo.
Solo cuando soñamos puedo verte,
ahí veo correr a mi hijo,
todo el mar azul naciendo y muriendo
al mismo tiempo,
lo que olvidamos está ahí,
tu mirada, el lenguaje sin palabras,
por eso no queremos despertar.

Gracias por publicarlo. Es un maravilloso poema y siento un inmenso placer por poder leerlo. Un cordial saludo desde este rincón del mundo llamado Mendoza.

Gustavo Cavicchia escribió:Gracias por publicarlo. Es un maravilloso poema y siento un inmenso placer por poder leerlo. Un cordial saludo desde este rincón del mundo llamado Mendoza.

Muchas gracias Gustavo! de hecho es el primero que vuelvo a escribir, creo que después de unos 2 años, espero esté a la altura de este foro.

Saludos!

Satír.

Solo cuando soñamos puedo verte,
ahí veo correr a mi hijo,
todo el mar azul naciendo y muriendo
al mismo tiempo,
lo que olvidamos está ahí,
tu mirada, el lenguaje sin palabras,
por eso no queremos despertar.

Es tan bonito pensar lo vivido que es mejor soñar con añoranza.
Bello tu poema.
Un abrazo

A veces, "aunque los sueños, sueños son," Es más agradable quedarse el ellos, que bajar de esas nubes que nos proporcionan el placer de lo deseado.

A. Satir, muy bello el poema amigo, un placer y un saludo.

A. Satír escribió:Se nos fue la vista,
todo se volvió sombra,
ya no nos mirábamos,
no necesitábamos los ojos.
No podías ver el dolor
ni los llamados de mi luz,
no podía ver tu silencio
y el grito oculto de tus labios,
ahora llevamos 2 grietas oscuras en el rostro,
parecidas al cristal pero de niebla,
no sabemos que color tiene el cielo,
ni el abrazo de nuestras madres,
nos olvidamos de querernos,
de la caricia enmarañada,
de caminar de la mano
bajo las hojas sangrientas del crepúsculo.
Solo cuando soñamos puedo verte,
ahí veo correr a mi hijo,
todo el mar azul naciendo y muriendo
al mismo tiempo,
lo que olvidamos está ahí,
tu mirada, el lenguaje sin palabras,
por eso no queremos despertar.

Un poema que de grandes emociones en el camino lírico y bello de tu arte poética, Satir. Salud y Poesía, ERA

Es un muy bello poema, es totalmente luz, se hace luz blanca y es suave y tibio en su tristeza...
Muy bello y estás en muy buena forma después de 2 años, Satir. Felicidades por el poema.

Un abrazo

“ahora llevamos 2 grietas oscuras en el rostro,
parecidas al cristal, pero de niebla,
………………………….
…………………………..
Solo cuando soñamos puedo verte,
ahí veo correr a mi hijo,
todo el mar azul naciendo y muriendo
al mismo tiempo,
lo que olvidamos está ahí,
tu mirada, el lenguaje sin palabras,
por eso no queremos despertar”

Me ha gustado mucho tu poema, Antonio, sobre todo en los momentos que dejo arriba señalados.


Abrazos y salud.

Muy hermoso poema con imágenes muy acertadas. Los últimos versos me llegaron especialmente. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Bello e interesante trabajo, amigo Antonio.
Felicidades.
Abrazos.

Es precioso tu poema Satir. Chocolate amargo, por su pureza.

Muy hermoso.

Abrazos.

Gracias compañeros! les dejo un abrazo a cada uno.

Satír.