Editorial Alaire

...

En el nombre del mar
gaviotas en Madrid buscan la sal
por los límites rojos de la ciudad.

Cruzan de norte a sur,
de los pantanos a los vertederos
bulliciosas y frenéticas a cientos.

De madrugada
cortan el panel rosagris del cielo
de ambigua luz y ambigua calma.

En el nombre del mar
los satélites orbitan en automático desdén
el tiempo y sus volúmenes fríos de silencio.

Las máquinas todavía callan,
esperan hambrientas de aceite y amperios.

De madrugada
se agolpa toda la experiencia de los cielos
en la memoria.

De madrugada, en el nombre del mar,
me santiguo con el vino que me queda
de las noches acumuladas en el fondo
de la almohada a un palmo de la tierra,
a un palmo de los astros y las gaviotas.

...

En el nombre del Mar, del Hijo y del Espírito Santo, que en su poema toma forma de gaviota; ya la paloma está muy vista y devaluada. Amén.
Una obra de alto voltaje lírico y espiritual, mi querido abad para escarnio de infieles. Noto que entre el pájaro —¡Oh flama libidinosa, que posada en su mente calienta el cuerpo!— y el vino, se le reverdece la lengua y se le inflama el corazón; todavía son notables las hazañas que le he de admirar como estandarte de la fe y cruzado en el pecaminoso Madrid.

Beso su anillo y le deseo salud

Y otro día más... pero... ¿son cosas mías o atisbo una cierta crítica social? De cualquier forma es un poema que transcurre con lirismo de arriba a bajo lo que hace agradable la lectura.

Un abrazo.

Yo veo lirismo y versos que atrapan, pero no encuentro la espiritualidad entre tanta "gaviota y límites rojos"

En cualquier caso, siempre es muy interesante leerte, Ignacio.

Abrazos.

Me gustó el lirismo de tus versos y se me ha hecho atractiva la secuencia de la madrugada. Un placer leerte.
Abrazos
PIlar

Versos altamente inspirados, Ignacio, me gustaron.
El título debe ser la clave, realmente es un título muy hermoso para un poema, invita por el mismo a entrar en el poema. La nostalgia por nombrar en su nombre, por dotar el poema de aves y astros...
La última estrofa me encantó, tan cerca de todo, casi rozándolo, la imagen queda como sostenida en lo etéreo, es realmente bella y algo
doliente o melancólica.
Me gustó y lo disfruté.

Un abrazo.

En el mar que cura todo, por que el mar todo se lleva, el que nos habita desde siempre, siempre el mar con sus sonidos, con sus seres de ensueños. Y el vino, esa otra forma que tenemos los hombres de mirar el mar que nos contiene.

Armilo Brotón escribió:En el nombre del Mar, del Hijo y del Espírito Santo, que en su poema toma forma de gaviota; ya la paloma está muy vista y devaluada. Amén.
Una obra de alto voltaje lírico y espiritual, mi querido abad para escarnio de infieles. Noto que entre el pájaro —¡Oh flama libidinosa, que posada en su mente calienta el cuerpo!— y el vino, se le reverdece la lengua y se le inflama el corazón; todavía son notables las hazañas que le he de admirar como estandarte de la fe y cruzado en el pecaminoso Madrid.

Beso su anillo y le deseo salud

Así es querido Prior, esta Madrid pecaminosa; cada día más inconsciente y alborotada en la que los pájaros van como pollos sin cabeza saltándose los stop y tirándose a los pasos de cebra con doble tirabuzón.
Parece que la consigna fuera dame un ladrillo y construiré una torre de Babel; beatus ille, dichosos aquellos tiempos en que solo había una, ahora te las hacen por pares en cualquier solar recalificado entre vertedero y vertedero.

Agradecido por su misiva, en vino y oración abrazo sus hombros.
Ignacio

Antonio Urdiales escribió:Y otro día más... pero... ¿son cosas mías o atisbo una cierta crítica social? De cualquier forma es un poema que transcurre con lirismo de arriba a bajo lo que hace agradable la lectura.

Un abrazo.

Hasta en lo más personal subyace lo social. Gracias por la nota, Antonio, la aprecio.

Un abrazo.
Ignacio

Marisa Peral escribió:Yo veo lirismo y versos que atrapan, pero no encuentro la espiritualidad entre tanta "gaviota y límites rojos"

En cualquier caso, siempre es muy interesante leerte, Ignacio.

Abrazos.

Marisa, si no lo encuentras no lo encuentras. Sonrío.
Lo que te haya llegado bien llegado está.
Gracias por tus notas que siempre aprecio.

Un abrazo.
Ignacio

Pilar Morte escribió:Me gustó el lirismo de tus versos y se me ha hecho atractiva la secuencia de la madrugada. Un placer leerte.
Abrazos
PIlar

Gracias, Pilar, me alegra tu nota.

Un abrazo.
Ignacio

Un magnífico poema de grandiosas impresiones que el autor intenta totalizar y dar sentido; esos “satélites, máquinas y gaviotas” que perturban la experiencia de los cielos en la mente del poeta y que tan bien queda agrupada e integradas en su sentir existencial en este impagable cierre:

“De madrugada, en el nombre del mar,
me santiguo con el vino que me queda
de las noches acumuladas en el fondo
de la almohada a un palmo de la tierra,
a un palmo de los astros y las gaviotas”

Todo un placer de lectura, gran Ignacio.

Abrazos abondo.

Ignacio, ay¡¡¡ en el nombre del mar, ocurren los perdones y las olas. La espuma y los abrazos, lo íntimo del verso y la palabra.
En el nombre del mar, podrían juntarse las acacias y las locas gaviotas (las adoro, siempre en su eterno mal genio)
El mar... mi amante amado, al que acudo todos los días a verle y a que me vea.
Has tocado mi fibra.
Abrazos desde él y gracias por compartir.

Ignacio Mincholed escribió:...

En el nombre del mar
gaviotas en Madrid buscan la sal
por los límites rojos de la ciudad.

Cruzan de norte a sur,
de los pantanos a los vertederos
bulliciosas y frenéticas a cientos.

De madrugada
cortan el panel rosagris del cielo
de ambigua luz y ambigua calma.

En el nombre del mar
los satélites orbitan en automático desdén
el tiempo y sus volúmenes fríos de silencio.

Las máquinas todavía callan,
esperan hambrientas de aceite y amperios.

De madrugada
se agolpa toda la experiencia de los cielos
en la memoria.

De madrugada, en el nombre del mar,
me santiguo con el vino que me queda
de las noches acumuladas en el fondo
de la almohada a un palmo de la tierra,
a un palmo de los astros y las gaviotas.

...

Es un poema buenisimo y rotundo, Ignacio. Una liturgia con la cual podemos identificarnos, acaso no hemos confesado todo al mar y frente a el, no sabemos del pasado o futuro, solo ese momento en que estamos en su presencia ( la del mar). Mi admiracion, poeta. E. R. Aristy

Hermoso e interesante trabajo, amigo Ignacio.
Abrazos.