Editorial Alaire

Interesante propuesta me llevo el inmerecido cero.

Lo leí ayer noche, Ventura...sentí la misma emoción que sentí con el monólogo de Lágrimas en la lluvia de Roy Batty el replicante de Blade Runner...me encantó y sentí ese pequeño escalofrío que deja la buena poesía.

Un abrazo grande, Ventura

Javier Dicenzo escribió:Interesante propuesta me llevo el inmerecido cero.

Que bueno tu visita Javier, que me alegra especialmente, también por lo que dices.
Espero que estés bien amigo, te envío un fuerte abrazo y gracias

Tu reflexión deja frío en la mirada, hace sentir el corazón parado a la vida. El poema tiene buenas imágenes. Un placer leerte.
Abrazos
PIlar

Ventura,

una satisfacción verte por aquí, amigo, y tan en forma como siempre. Muy bien trabajada esta alegoría, el corazón como aparato sin libro de instrucciones, esperando que una mano experta lo ponga en marcha. Desarrollas la idea con orden y criterio, y el protagonista poemático resulta visible y cercano, se le ve manipulando el aparato confusamente, y se le ve redirigiendo esa confusión hacia su propio interior. Ese cambio de perspectiva, la internalización del objeto externo, es el clímax del poema y resulta muy lograda cuando todo se paraliza aquí:

encontré de pronto mi imagen helada
y, tan solo entonces, entendí


A mí me ha gustado mucho.
Abrazos.

Carmen López escribió:Lo leí ayer noche, Ventura...sentí la misma emoción que sentí con el monólogo de Lágrimas en la lluvia de Roy Batty el replicante de Blade Runner...me encantó y sentí ese pequeño escalofrío que deja la buena poesía.

Un abrazo grande, Ventura

Me encanta este comentario Carmen: Siempre consigues poner en contexto, y eso proporciona un enfoque rico y lleno de sugestión.
Mil gracias por tus palabras querida amiga, sabes que me llegan
Otro abrazo grande para ti

Ventura Morón escribió:...
Abrí la caja despacio.
Tenía un manual de instrucciones desmesurado,
como si estuviera concebido
directamente
para abandonarlo.
Saqué aquel aparato casi sin mirar,
como el que alumbra algún tipo de ser
hasta guiarlo confuso a la vida.
Lo coloqué en el centro de la habitación,
estrella de un cosmos apagado,
sin saber si podría empezar a latir,
respirar desde los cables y llenar
su mecanismo de energía.
Estiré la mano hacia su corazón
y encontré
un ligero temblor
como si me llamara desde un limbo donde esperaran
los que no pueden llegar solos a la existencia.
Enfrente, en el espejo
encontré de pronto mi imagen helada,
agarrando aquella víscera de metal
y, tan solo entonces, entendí
que mi corazón también está parado,
encerrado en el centro de esta habitación,
sin libro de instrucciones
y, esperando
que una mano conmovida me lo arranque de cuajo
-pero mirándome a los ojos-
y lo empuje de nuevo adentro
mojándome los labios,
para traerme, juntos, a la vida.
.
.
.

Que tál Ventura, me hizo acordad a una peli de terror que por mera casualidad la vi acompañada.Era una caja china, la caja de los deseos.
Es una vaga comparación. Tu caja es como la vida misma, no venimos con un libro de instrucción para vivirla, y cuando nos toca ser padres o madres en mi caso, No, nadie te enseña nada, nadie puede transferirte sus experiencia, aunque hayas leído miles de manuales, solo entenderás cuando el niño nace y te toma de tus dedos. Esos deditos aprietan los tuyos y tu vida cambia para siempre.
Eso es lo que ha despertado en mi tu poema. Un beso y gracias por compartir tu talento.
Feliz comienzo del 2021.

Ventura Morón escribió:...
Abrí la caja despacio.
Tenía un manual de instrucciones desmesurado,
como si estuviera concebido
directamente
para abandonarlo.
Saqué aquel aparato casi sin mirar,
como el que alumbra algún tipo de ser
hasta guiarlo confuso a la vida.
Lo coloqué en el centro de la habitación,
estrella de un cosmos apagado,
sin saber si podría empezar a latir,
respirar desde los cables y llenar
su mecanismo de energía.
Estiré la mano hacia su corazón
y encontré
un ligero temblor
como si me llamara desde un limbo donde esperaran
los que no pueden llegar solos a la existencia.
Enfrente, en el espejo
encontré de pronto mi imagen helada,
agarrando aquella víscera de metal
y, tan solo entonces, entendí
que mi corazón también está parado,
encerrado en el centro de esta habitación,
sin libro de instrucciones
y, esperando
que una mano conmovida me lo arranque de cuajo
-pero mirándome a los ojos-
y lo empuje de nuevo adentro
mojándome los labios,
para traerme, juntos, a la vida.
.
.
.

Es un poema visual y de varios espejos que forman un túnel. Me parece muy bien logrado, Ventura; la observación de uno mismo es lo que derrite el hielo. Un abrazo grande y deseándote salud y poesia siempre. ERA

Tan bello como interesante trabajo, amigo Ventura.
Felicidades.
Abrazos.

Es un poema emocionante, de esos en los que uno se queda pensando siempre, además de releerlo por mucho tiempo. Un saludo desde Mendoza.

Pilar Morte escribió:Tu reflexión deja frío en la mirada, hace sentir el corazón parado a la vida. El poema tiene buenas imágenes. Un placer leerte.
Abrazos
PIlar

Gracias Pilar por sentir las palabras conmigo.
Besos, el placer es que estés.

Pablo Ibáñez escribió:Ventura,

una satisfacción verte por aquí, amigo, y tan en forma como siempre. Muy bien trabajada esta alegoría, el corazón como aparato sin libro de instrucciones, esperando que una mano experta lo ponga en marcha. Desarrollas la idea con orden y criterio, y el protagonista poemático resulta visible y cercano, se le ve manipulando el aparato confusamente, y se le ve redirigiendo esa confusión hacia su propio interior. Ese cambio de perspectiva, la internalización del objeto externo, es el clímax del poema y resulta muy lograda cuando todo se paraliza aquí:

encontré de pronto mi imagen helada
y, tan solo entonces, entendí


A mí me ha gustado mucho.
Abrazos.

Muchas gracias Pablo amigo. La suerte es que estés y pases por aquí, que regales estos comentarios y desmenuces el poema con tu conocimiento y tu sensibilidad. Se agradece un montonazo.
Un fuerte abrazo amigo, gracias de verdad

Mirta Elena Tessio escribió:

Ventura Morón escribió:...
Abrí la caja despacio.
Tenía un manual de instrucciones desmesurado,
como si estuviera concebido
directamente
para abandonarlo.
Saqué aquel aparato casi sin mirar,
como el que alumbra algún tipo de ser
hasta guiarlo confuso a la vida.
Lo coloqué en el centro de la habitación,
estrella de un cosmos apagado,
sin saber si podría empezar a latir,
respirar desde los cables y llenar
su mecanismo de energía.
Estiré la mano hacia su corazón
y encontré
un ligero temblor
como si me llamara desde un limbo donde esperaran
los que no pueden llegar solos a la existencia.
Enfrente, en el espejo
encontré de pronto mi imagen helada,
agarrando aquella víscera de metal
y, tan solo entonces, entendí
que mi corazón también está parado,
encerrado en el centro de esta habitación,
sin libro de instrucciones
y, esperando
que una mano conmovida me lo arranque de cuajo
-pero mirándome a los ojos-
y lo empuje de nuevo adentro
mojándome los labios,
para traerme, juntos, a la vida.
.
.
.

Que tál Ventura, me hizo acordad a una peli de terror que por mera casualidad la vi acompañada.Era una caja china, la caja de los deseos.
Es una vaga comparación. Tu caja es como la vida misma, no venimos con un libro de instrucción para vivirla, y cuando nos toca ser padres o madres en mi caso, No, nadie te enseña nada, nadie puede transferirte sus experiencia, aunque hayas leído miles de manuales, solo entenderás cuando el niño nace y te toma de tus dedos. Esos deditos aprietan los tuyos y tu vida cambia para siempre.
Eso es lo que ha despertado en mi tu poema. Un beso y gracias por compartir tu talento.
Feliz comienzo del 2021.

Gracias Mirta por venir y dejar un trocito de tu vida y tus reflexiones junto al poema. Te deseo también, aunque un poco tarde, todo lo mejor para este año que comienza... un poco raro digamos, quien sabe que nos deparará.
Abrazos y gracias

[quote="Ventura Morón"]...


Abrir una caja sorpresa y encontrar un libro de instrucciones libera los nervios del instante.
Pero intentar arrancar un corazón sin libro de instrucciones es algo muy grave y peligroso.
Menos mal que tenías un espejo para decirte que no lo hicieras.

Un sueño agitado fue este, pero me ha encantado leerlo.
Un beso, Ventura.