Esto no es mero escepticismo
Publicado: Mar, 12 Ene 2021 17:22
La plaza dominada por el viento, donde los árboles pasan a un segundo plano, como cuerpos atrapados entre dos realidades.
El despido cuantioso de las vivencias pobres y tóxicas, como una vacuna para un virus inmunológico, como el recuerdo que no hiere, y que quizá solo sufra por sí mismo, por su mera insistencia, cuyo anfitrión se aventura en las desavenencias.
Como la última huella entre el pasado y el futuro, marcada por las réplicas y el inconmensurable y cíclico devenir del presente, cargando las pasiones y los sueños, sin destino.
Como aquel cementerio imprevisible e invisible para tantos y tantos cuerpos, que crujen y se acercan desde lejos y desde cerca, sin llegar a tocarse, con una cadena humana pendiente.
Como las vibraciones de las almas cumpliendo el ritual más antiguo y fantasioso que existe, rompiendo con la previsión de los escépticos,
con la idea de alcanzar lo inmaterial, y con la vida y su podrido propósito.
Como algo que suena a irreal puede repetirse, mejor decirlo en voz baja, no vaya a ser que te tomen por loco.
El despido cuantioso de las vivencias pobres y tóxicas, como una vacuna para un virus inmunológico, como el recuerdo que no hiere, y que quizá solo sufra por sí mismo, por su mera insistencia, cuyo anfitrión se aventura en las desavenencias.
Como la última huella entre el pasado y el futuro, marcada por las réplicas y el inconmensurable y cíclico devenir del presente, cargando las pasiones y los sueños, sin destino.
Como aquel cementerio imprevisible e invisible para tantos y tantos cuerpos, que crujen y se acercan desde lejos y desde cerca, sin llegar a tocarse, con una cadena humana pendiente.
Como las vibraciones de las almas cumpliendo el ritual más antiguo y fantasioso que existe, rompiendo con la previsión de los escépticos,
con la idea de alcanzar lo inmaterial, y con la vida y su podrido propósito.
Como algo que suena a irreal puede repetirse, mejor decirlo en voz baja, no vaya a ser que te tomen por loco.