Editorial Alaire

I

Los hijos del empresario
comen chuletillas,
hoy es domingo.
Los pedúnculos
se hacen añicos;
llueven hojas.
En el norte el mar prepara su embestida
contra los videoaficionados y
las parejas que se aman.
Contra estas tres dimensiones
que se nos han impuesto.

II

Vanesa Romero espera en bikini al tranvía,
sin saber que está haciendo el amor
con un hombre elegante,
que está comiendo una lubina
en lo más alto de Praga.

He financiado un atentado
contra los habitantes de Madrid,
figuras que corren por la vida
tirándose pedos,
soñando con su primera comunión.

III

Hay una retama verde
que cubre este paraje de Madrid
donde el tranvía ruge
con su semblante de muerto.

Yo leo demasiada poesía,
sobrevaloro a la generación,
doy fe de mi arrogancia
y me enamoro de mujeres feas
con narices de tucán, tetas pequeñas,
tristes y sordomudas como botellas
de agua.

Y veo al hombre con los ojos maquillados,
el pelo de colores,
confundiéndose con las retamas.
Y veo la Santísima Trinidad
cuando me corro y no hay nadie cerca.

IV

Adosados negros y carmín
donde un hombre con chinos y camisa
mira pasar los coches,
mira pasar el tranvía
desde donde le escribe cierto hipocondriaco
el único poema que le haran nunca.
Le besaría,
le comería el rabo,
le haría un pastel de calabacín.
Eres la luz del mundo,
el Salvador,
la raza pura de Boadilla.

III

Hay una retama verde
que cubre este paraje de Madrid
donde el tranvía ruge
con su semblante de muerto.

Yo leo demasiada poesía,
sobrevaloro a la generación,
doy fe de mi arrogancia
y me enamoro de mujeres feas
con narices de tucán, tetas pequeñas,
tristes y sordomudas como botellas
de agua.

Y veo al hombre con los ojos maquillados,
el pelo de colores,
confundiéndose con las retamas.
Y veo la Santísima Trinidad
cuando me corro y no hay nadie cerca.


Esta estrofa es estupenda Ignacio, la primera y la segunda las observo mucho menos fluidas y con un ritmo menos atractivo, pero la tercera me ha encantado, creo que está muy conseguida en todos los sentidos. Me encantó.

Un abrazo

Sara

Ignacio: estuve buscando poemas tuyos en este foro. Luego de leer éste me declaro formalmente aficionado a tu trabajo. También me declaro totalmente incapaz de analizarlo. Lo tomo así, lo hago sonar en el bolsillo de mi cabeza y lo llevo silbando mientras camino por los pasillos de mi trabajo.