Editorial Alaire

...

He vuelto, recordé al final,
para recoger el lápiz con el que escribí el primer verso.
He vuelto por necesidad irrenunciable, por un impulso
inevitable de mi memoria.

Era un juego atractivo alternar las palabras en los días
cuando el frío de invierno
hacía que el juego en la alfombra resultara confortable
pegado al sol del radiador
con un lápiz y los papeles cuadriculados del bloc verde.

B10. Tocado.
A5. Agua.
E3. Hundido.

Con un seis y un cuatro la cara de tu retrato. Y reíamos.
Un pájaro, el sol, un árbol, una casa; una nube y un río.
Con lápices de colores iluminaba la aventura sin mapa.

Quince hombres sobre el cofre del muerto, oh, oh;
ron, ron, ron, la botella de ron.
Los dientes de Berenice,
el Apolo 11,
Maese Pérez el organista,
Robby el robot;
el capitán Nemo hablaba con John Silver el Largo.

El agua de colonia en su pelo, su vestido recién planchado;
sus manos tan pequeñas y blandas como gomas de borrar
tomaban las mías más ásperas por el barro de los charcos.
Tenía que contarlo.
Una sensación me pedía una palabra, y luego otras y otras
para acompañar sus risas o sus enfados, el ruido de la tiza
sobre la pizarra, el sabor amargo del chocolate negro puro.

Lo he encontrado, mordido, con la mina roma
dentro de la caja de latón con el dibujo misterioso
de las fuentes de una alhambra con palmeras.
No he encontrado la hoja del cuaderno ni el verso.

Debí dejarlo clavado
en la corteza de un árbol, o hice con él un barco de papel,
o, tal vez, me atreví y lo puse en un bolsillo de su vestido.

...

Cómo he disfrutado tu poema. Me hizo recordar muchas cosas. Todo el poema es hermoso y el cierre muy logrado.
Abrazos

Al final va a resultar que el poeta de cercanías eres tú, con más oficio y lírica que yo, pero el caso es que me vas a robar el título .
Este es un poema muy bello, Ignacio, y sobre todo atractivo (un adjetivo aparentemente simple pero que personalmente considero superimportante en un poema). Todo él está bastante bien, (no decae en ningún momento), y el cierre, a pesar de ser un pelín "romanticón" es tan hermoso que hasta se perdona . Me gustó mucho, amigo. Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.

Tiene algo hipnótico este poema, Ignacio. Que bello es. Momentos de juegos y recuerdos.
Gracias por mostrarlo.
Te felicito.
Un abrazo.

Debí dejarlo clavado
en la corteza de un árbol, o hice con él un barco de papel,
o, tal vez, me atreví y lo puse en un bolsillo de su vestido.


Un poema bien desarrollado en relato cual si fuera una partitura de música y ha cogido "el in crescendo"
manteniendo hasta el final. Es un buen poema que encanta su lectura. Y luego llega estas estrofa que reseño
que da la solución y la tranquilidad como si fuera "la paz" o la solución.
Abrazos amigo

Emocionante, bello, evocador poema. Todo un placer de lectura y relectura. Nos has traído, a los viejetes, tantos recuerdos que no sé cómo darte las gracias sin que se ponga celoso nuestro amigo. No le hagas caso, que el último verso me parece un cierre fantástico que enlaza muy bien con el inicio y termina de rematar con gracia la faena de capote, una verónica de maestro.

Un abrazo amigo y salud

Me encantó este poema Ignacio.
Tengo por ahí un borrador donde también hay risas y árboles y sol y un brujo y esas cosas. Pero después de leer éste creo que no me atrevo.

Mucha creatividad le has pedido a los Reyes. Yo estoy a bajo cero, como el tiempo.

Lo he leído no menos de diez veces. Voy al bolsillo a ver si se alían las brujas y me encuentro algo parecido. Bueno, rectifico. Parecido no será. Con un sucedáneo me conformo. (Hay canción por: "me conformo".)

Has logrado el prodigio: tus sensaciones son las sensaciones del lector. Trasladas una emoción lírica difícil de igualar y eso con palabras sencillas, sin estridencias verbales, con una exquisita sensibilidad.
Un abrazo, amigo poeta.

Jerónimo

Pilar Morte escribió:Cómo he disfrutado tu poema. Me hizo recordar muchas cosas. Todo el poema es hermoso y el cierre muy logrado.
Abrazos

Pilar, me satisface mucho esa primera frase tuya. Procurar disfrute es algo que nos honra a los poetas.
Gracias por tus lecturas y notas.

Un abrazo y feliz año de nieves.
Ignacio

El poema es bellísimo...a mí me hizo recordar muchas cosas como a Pilar.
Mi madre cuando cumplí 21 años, me dio una caja de hojalata que guardó durante años, había dibujos míos desde los 3 años...un poema con 11 años y otras cosas como esas...
El poema llega directo al corazón de la manera más corta...buen poema que me encantó leer.

Un abrazo

Amigo has hecho un poema precioso, de un hermoso recuerdo.
Consigues en él poner las palabras más precisas y más hermosas a los recuerdos de un niño que ya soñaba con ser un guardián de palabras. Como tú.

Ignacio Mincholed escribió:...

He vuelto, recordé al final,
para recoger el lápiz con el que escribí el primer verso.
He vuelto por necesidad irrenunciable, por un impulso
inevitable de mi memoria.

Era un juego atractivo alternar las palabras en los días
cuando el frío de invierno
hacía que el juego en la alfombra resultara confortable
pegado al sol del radiador
con un lápiz y los papeles cuadriculados del bloc verde.

B10. Tocado.
A5. Agua.
E3. Hundido.

Con un seis y un cuatro la cara de tu retrato. Y reíamos.
Un pájaro, el sol, un árbol, una casa; una nube y un río.
Con lápices de colores iluminaba la aventura sin mapa.

Quince hombres sobre el cofre del muerto, oh, oh;
ron, ron, ron, la botella de ron.
Los dientes de Berenice,
el Apolo 11,
Maese Pérez el organista,
Robby el robot;
el capitán Nemo hablaba con John Silver el Largo.

El agua de colonia en su pelo, su vestido recién planchado;
sus manos tan pequeñas y blandas como gomas de borrar
tomaban las mías más ásperas por el barro de los charcos.
Tenía que contarlo.
Una sensación me pedía una palabra, y luego otras y otras
para acompañar sus risas o sus enfados, el ruido de la tiza
sobre la pizarra, el sabor amargo del chocolate negro puro.

Lo he encontrado, mordido, con la mina roma
dentro de la caja de latón con el dibujo misterioso
de las fuentes de una alhambra con palmeras.
No he encontrado la hoja del cuaderno ni el verso.

Debí dejarlo clavado
en la corteza de un árbol, o hice con él un barco de papel,
o, tal vez, me atreví y lo puse en un bolsillo de su vestido.

...

Bello y evocador poema a un tiempo de inalterable belleza. Te felicito doblemente, Ignacio. Salud y Poesía.

El buen sabor que me dejo tu poema "Declaración (Universal")
me llevó al impuso de leer de seguido este otro. No podría decir
que me sorprende, pero sí que me agrada mucho observar el amplio espectro
que ofrece la obra de un buen poeta. Del arrojo de la denuncia a la dulce evocación
del niño eterno que cobija, la efectiva capacidad de evocación lírica de todo el registro
emocional humano. Por supuesto, no pude evitar comentarlo también.
De nuevo, un abrazo.

Gracias por los momentos entrañables a los que nos regresas, Ignacio. Un abrazo.
Salud.

Hermoso y evocador trabajo, amigo Ignacio.
Abrazos.