Desde este lado sereno del amor
Publicado: Lun, 04 Ene 2021 12:15
.
Desde esta orilla que el ocaso abraza,
desde este lado sereno del amor,
donde heridos de olvidos arraigados
se me agremian los sueños,
le cierro el paso a la inquietud de los inversos
que habitan silentes al otro lado del espejo
y destierro el espanto desbocado de la sangre
para ponerle templanza a lo importante…
Y desde este ansia de tinta
que me hormiguea exigente entre los dedos,
desatasco los cerrojos oxidados
que obstinados encerraban las palabras
y sin miedo a la oscura profecía
de la sima vertical que me predicen,
crucifico soledades y tristezas
y escapo como el agua entre los dedos
por las estrechas grietas clandestinas
de las catacumbas sombrías del silencio,
para escribirte estos tímidos versos
que cual bandada de palomas mensajeras
desean volar hasta anidar ilusionados
en la mirada alegre de tus ojos…
Desde aquí, desde esta orilla, amor,
desde este lado sereno del amor aún florecido,
donde la noche comienza a encaramarse
sobre los firmes hombros del crepúsculo
y el cuarto menguante, apenas iniciado,
que juguetón se columpiaba
en las ramas otoñales del roble,
comienza a opacarse tras la negra nube,
y desde este fervor ardiente de manos,
que se sueñan olas sosegadas de un mar en calma
y recortan la distancia hasta tu playa,
siempre tan plena de sol y radiante de hermosura,
siempre tan tú,
siempre eterna primavera,
para llegar cargadas de trémulas ternuras
hasta la curva sensual de tus caderas…
Desde este lado sereno del amor, amor,
desde esta ermita sin clavos en la puerta
por donde algún día heridos de raciocinio
escaparon todos los dioses inventados,
desde esta paz sin paz que me humaniza,
como un vuelo de sutiles mariposas,
sin espejismos, parten los pinceles de mis dedos
a dibujarte con los colores del arco iris
el mapa inagotable de mi amor
por la dulce geografía de tu espalda.
Desde esta melodía de notas que te nombran
y donde no escribió sus arpegios el silencio,
o desde este insomnio que te sueña sin fisuras,
o desde este velero, en fin,
que enamorado un día atracó en tu puerto,
es desde donde sedientos de ti
rompen amarras mis besos
que como una flota apacible de barcos de papel
se hacen a la mar desnuda
hasta encallar en la serena playa de tu boca…
Desde este lado sereno del amor, amor,
donde sucumben todos los inviernos
o desde esta orilla donde anidan las libélulas,
desde aquí, mi amor, donde tú habitas,
parten estos versos desnudos de mordazas
hacia un destino sin barreras que los callen
para susurrarte al oído, amor,
que soy feliz porque te amo.
© ~ Antonio Urdiales ~ 2011
Desde esta orilla que el ocaso abraza,
desde este lado sereno del amor,
donde heridos de olvidos arraigados
se me agremian los sueños,
le cierro el paso a la inquietud de los inversos
que habitan silentes al otro lado del espejo
y destierro el espanto desbocado de la sangre
para ponerle templanza a lo importante…
Y desde este ansia de tinta
que me hormiguea exigente entre los dedos,
desatasco los cerrojos oxidados
que obstinados encerraban las palabras
y sin miedo a la oscura profecía
de la sima vertical que me predicen,
crucifico soledades y tristezas
y escapo como el agua entre los dedos
por las estrechas grietas clandestinas
de las catacumbas sombrías del silencio,
para escribirte estos tímidos versos
que cual bandada de palomas mensajeras
desean volar hasta anidar ilusionados
en la mirada alegre de tus ojos…
Desde aquí, desde esta orilla, amor,
desde este lado sereno del amor aún florecido,
donde la noche comienza a encaramarse
sobre los firmes hombros del crepúsculo
y el cuarto menguante, apenas iniciado,
que juguetón se columpiaba
en las ramas otoñales del roble,
comienza a opacarse tras la negra nube,
y desde este fervor ardiente de manos,
que se sueñan olas sosegadas de un mar en calma
y recortan la distancia hasta tu playa,
siempre tan plena de sol y radiante de hermosura,
siempre tan tú,
siempre eterna primavera,
para llegar cargadas de trémulas ternuras
hasta la curva sensual de tus caderas…
Desde este lado sereno del amor, amor,
desde esta ermita sin clavos en la puerta
por donde algún día heridos de raciocinio
escaparon todos los dioses inventados,
desde esta paz sin paz que me humaniza,
como un vuelo de sutiles mariposas,
sin espejismos, parten los pinceles de mis dedos
a dibujarte con los colores del arco iris
el mapa inagotable de mi amor
por la dulce geografía de tu espalda.
Desde esta melodía de notas que te nombran
y donde no escribió sus arpegios el silencio,
o desde este insomnio que te sueña sin fisuras,
o desde este velero, en fin,
que enamorado un día atracó en tu puerto,
es desde donde sedientos de ti
rompen amarras mis besos
que como una flota apacible de barcos de papel
se hacen a la mar desnuda
hasta encallar en la serena playa de tu boca…
Desde este lado sereno del amor, amor,
donde sucumben todos los inviernos
o desde esta orilla donde anidan las libélulas,
desde aquí, mi amor, donde tú habitas,
parten estos versos desnudos de mordazas
hacia un destino sin barreras que los callen
para susurrarte al oído, amor,
que soy feliz porque te amo.
© ~ Antonio Urdiales ~ 2011