Editorial Alaire

Pero dime, hombre de mí.
¡Dime si tú puedes saber!
¿Cómo volver a confiar en los hombres?
Lo he intentado.
Así debe ser, dicen;
ceder debilidades coleccionadas,
vestigios imposibles de vergüenza
contra el mundo.
El museo de mis traumas,
de mis tristezas,
de mis temores,
las cruces de mis agendas.
Son esas debilidades que se escurren
por estrechas fisuras de confianza.




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No es un poema que podríamos calificar como tierno pero es humano, muy humano. Tienes esa cualidad especial de llegar con sinceridad a través de tus letras. No importa el estilo, puede ser muy simbólico, con trazos surrealistas a veces, como hace Marius, realistas al estilo de Luis, pero se nota cuando se pone la carne en el asador. Me gusta mucho leer versos con estos sesgos que muestran facetas distintas de percibir el mundo. Lo guardaré como un poema de los que llamo de culto que para mí son de relecturas para sacarles todo el jugo.

Un beso grande.

Me emociona este comentario, Armilo. Ya sabes de mi inseguridad en poesía, así que no me viene nada mal tus palabras, para mí son un bálsamo. Y toda una reconfortante alegría saber que lo vas a guardar y que, quizás, puedas sacar algo en limpio de toda esa carga emocional..
Aprendí que la poesía es pura sangre. con las venas abiertas a la tinta y esas cosas.
Un besazo.

Te descubres en cada poema, y éste es uno de ellos. Todas las estrofas me gustan pues hay sinceridad y sensibilidad herida que se siente. Buen poema.
Abrazos y salud
Pilar

Ana García escribió:
Así debe ser, dicen;
ceder debilidades coleccionadas,
vestigios imposibles de vergüenza
contra el mundo.
El museo de mis traumas,
de mis tristezas,
de mis temores,
las cruces de mis agendas.


y huele a despertador digital,
a memorias enfrascadas
y voces resbaladizas

Coincido bastante con los comentarios de Miguel y Pilar. Es un poema hermoso, humano, sincero, sensible... , pero a la vez templado, sin pecar de ternura o sensibilidad excesivas. Me gustó, y me quedo con los versos que destaco arriba.
Creo que solo cambiaría la segunda "debilidades", por no repetirlo (a lo mejor quedaría bien "flaquezas" o algún otro sinónimo)

Mis felicitaciones, Ana. Un beso.

Hermoso trabajo, amiga Ana, dentro de una discursiva muy dura para exponer decepciones, falta de confianza... Bueno, hoy es así, pero mañana será otro día.
Abrazos.

He sentido este doble y vital poema con todos los receptores de sensibilidad que soy capaz de poseer (o ellos me tienen a mí, es posible también).

Siento un mensaje de fuego, de metal, de intenciones, de percepciones, de lluvia fragmentada. Dualidad que se reconcilia por segundos y marca su espacio, dualidad que reconoce debilidades y friega los límites como si de un suelo de mármol se tratara.

Gracias por compartir, querida Ana.

Cuídate mucho; abrazo de los grandes.


PS: respecto a la observación de Luis, creo que debilidades no debería ser cambiado porque es una alusión muy específica a los dos versos anteriores.

Pilar Morte escribió:Te descubres en cada poema, y éste es uno de ellos. Todas las estrofas me gustan pues hay sinceridad y sensibilidad herida que se siente. Buen poema.
Abrazos y salud
Pilar

¡Qué amable eres con mis cosas, Pilar!
Agradezco tus visitas.
Un beso y, por supuesto, salud.

Coincido bastante con los comentarios de Miguel y Pilar. Es un poema hermoso, humano, sincero, sensible... , pero a la vez templado, sin pecar de ternura o sensibilidad excesivas. Me gustó, y me quedo con los versos que destaco arriba.
Creo que solo cambiaría la segunda "debilidades", por no repetirlo (a lo mejor quedaría bien "flaquezas" o algún otro sinónimo)

Mis felicitaciones, Ana. Un beso.[/quote]


Lo de la templanza debe ser cosa de la edad, jajaja. Qué me voy calmando.
Pensaré el tema del cambio, aunque me decanto por dejarlo tal cual.
Un beso, Luis. Encantada con tu lectura y aporte.

Rafel Calle escribió:Hermoso trabajo, amiga Ana, dentro de una discursiva muy dura para exponer decepciones, falta de confianza... Bueno, hoy es así, pero mañana será otro día.
Abrazos.

Sí, esperemos que mañana sea otro día. No sé yo, ¡eh!
Un fuerte abrazo, Rafel. Gracias por leerme.

Hallie Hernández Alfaro escribió:He sentido este doble y vital poema con todos los receptores de sensibilidad que soy capaz de poseer (o ellos me tienen a mí, es posible también).

Siento un mensaje de fuego, de metal, de intenciones, de percepciones, de lluvia fragmentada. Dualidad que se reconcilia por segundos y marca su espacio, dualidad que reconoce debilidades y friega los límites como si de un suelo de mármol se tratara.

Gracias por compartir, querida Ana.

Cuídate mucho; abrazo de los grandes.


PS: respecto a la observación de Luis, creo que debilidades no debería ser cambiado porque es una alusión muy específica a los dos versos anteriores.

He aprendido a aceptar mi desconfianza, es una debilidad que aportó fuerza en mi forma de vida. Vaya contradicción, eh.
A veces, pocas, he caído en la confianza de abrir puertas y lo he pagado caro. Así que... Sea lo que sea que camine en mi corazón, sé positivamente, que caminará solo.
Gracias por tu atenta lectura y comentario. Siempre brillante.
Un beso.

Mil felicitaciones, Ana, por las fiestas y los días y -ante todo- por tu poema. Un abrazo.
Salud.

"Un paseo de puntillas
inhalando viejos aromas,
besos, sudores y azares"


Una muy buena lectura para despedir el año y desearte que tengas un Feliciano para bebérselo todo. La ocasión bien lo merece, para olvidar el pasado y tener esperanza en lo que viene.

Un bico grande, Aniña,

Ana García escribió:

Aún el rastro de tu olor
abriga la piel desnuda,
con colores
de fragancia
perfumada de caricias.
Un paseo de puntillas
inhalando viejos aromas,
besos, sudores y azares
¡callan!
Y recitan sensaciones.
Aún sigo el rastro de tu esencia:
morada, bálsamo y testigo.
Y yo, amor,
se lo cuento a la mañana
impregnándome sin sonidos.

Pero dime, hombre de mí.
¡Dime si tú puedes saber!
¿Cómo volver a confiar en los hombres?
Lo he intentado.
Así debe ser, dicen;
ceder debilidades coleccionadas,
vestigios imposibles de vergüenza
contra el mundo.
El museo de mis traumas,
de mis tristezas,
de mis temores,
las cruces de mis agendas.
Son esas debilidades que se escurren
por estrechas fisuras de confianza.

Ya está aquí otra vez
la soledad de molinillos al viento
y alcachofas de plata,
en un desierto de ausencias
que ya no tienen nombre.
Viene soplando un bemol aterrado
y huele a despertador digital,
a memorias enfrascadas
y voces resbaladizas
que agonizan en sequía.

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Ritmo y contrapunto. Hermoso el hondo canto. Un placer de lectura, amiga Ana. Gracias.
Un abrazo

Julio Gonzalez Alonso escribió:Mil felicitaciones, Ana, por las fiestas y los días y -ante todo- por tu poema. Un abrazo.
Salud.

Gracias por tu lectura y te deseo todo lo mejor en este año que comienza.
Mucha salud, compañero.
Un abrazo.