LA MONEDA
Publicado: Mar, 30 Sep 2008 21:56
LA MONEDA
Deseo abrir mi mente, serte sincera...
Mi corazón se convirtió en una moneda,
estoy viviendo el amor de una quimera.
Embrujada aún en tus canciones
existe mi alma por ti enamorada,
más mis días cobran mil emociones...
Ansío honestamente adherirme a tu vida
hacer realidad lo que tantas veces soñamos,
ser tu mujer, aquella la más querida...
Muda de mí esta soledad, por favor mi vida,
no dejes que olvide como nos enamoramos,
prendido el deseo está, por tu partida...
Su mirada estremece mi criterio
cual imán mi piel cae en cautiverio,
su fragancia envuelve mis sentidos...
Es su presencia un peligro constante,
perfectamente él conoce mis delirios,
sabedor los descifrar en mi semblante...
Mortificada mi carne por tu lejanía
abrasa el deseo del calor de su cercanía,
¡Corren en mis venas ardor de mil ríos...!
Y este amor que amante fiel quisiera...
transformado en dos caras como una moneda,
tomando lo que el instante le permitiera.
Sufre mi piel de la necesidad de tus besos,
y son los labios de él que mi sed mitigan...
María de la Cruz Díaz
Líma - Perú
Deseo abrir mi mente, serte sincera...
Mi corazón se convirtió en una moneda,
estoy viviendo el amor de una quimera.
Embrujada aún en tus canciones
existe mi alma por ti enamorada,
más mis días cobran mil emociones...
Ansío honestamente adherirme a tu vida
hacer realidad lo que tantas veces soñamos,
ser tu mujer, aquella la más querida...
Muda de mí esta soledad, por favor mi vida,
no dejes que olvide como nos enamoramos,
prendido el deseo está, por tu partida...
Su mirada estremece mi criterio
cual imán mi piel cae en cautiverio,
su fragancia envuelve mis sentidos...
Es su presencia un peligro constante,
perfectamente él conoce mis delirios,
sabedor los descifrar en mi semblante...
Mortificada mi carne por tu lejanía
abrasa el deseo del calor de su cercanía,
¡Corren en mis venas ardor de mil ríos...!
Y este amor que amante fiel quisiera...
transformado en dos caras como una moneda,
tomando lo que el instante le permitiera.
Sufre mi piel de la necesidad de tus besos,
y son los labios de él que mi sed mitigan...
María de la Cruz Díaz
Líma - Perú