Editorial Alaire

En aquel tiempo de segundos vivos
todo era servible: un solo tictac,
el cristal de bohemia, la forja del herrero.

Los ojos advertían vida detrás de las reglas
protegidas por las sotanas, tocas y familia
-un frente riguroso que seguía mi huella
y retiraba los enseres de valijas nuevas-
La sangre gritaba por el cuerpo.
La luz se adaptaba al crepúsculo.
y festejaba la soledad blanca de los diarios.

A veces me hacía invisible
y a la libertad - que sabía de mis silencios-
le dibujaba alas y boca para el trino.

Cuando todos dormían,
el alma danzaba en exquisito canto
estimulando los engranajes que unían los afectos,
los sueños llenando el aire,
la música en mí.

Ya no importa lo que fui, el color con el que veía el mundo,
ni deseo hacer balance de luces y sombras.
Desciendo de la cumbre con el sosiego del paso
y el recuerdo de los días de sol y frío
que goteaba en la niebla.
Evito el tropiezo con la lentitud del que conoce sus huesos,
dejo las grietas del mundo que no puedo llenar
y acojo lo que a mi camino llega.

Mi alma ya cantó en versos la música celada
y sintió el aroma de lo no vencido,
el miedo y el dolor de la distancia,
el hombre cuando llora.
Todo lo entregué con poemas del alma,
y ahora siento como me retira la noche.
Conservo la palabra que guarda el diccionario de la vida,
la tierra
y el hermano que la habita.

El descenso será lento,
traigo agradecimiento y afecto
y borrones de tinta en los recuerdos
que dejaron heridas las canciones.
Pero todo camina a la paz,
la paz…

Bonito poema, Pilar. Me gustaron especialmente la segunda y la quinta estrofas. Mis felicitaciones y abrazo.

Muy bello ese tic-tac, que todo lo removía...coincido con Luís también son mis preferidas la segunda y la quinta estrofa.
Un placer siempre pasar por tu ventana.
Abrazos
Carmen

Precioso todo el poema, Pilar, versos de vida y un tictac que servía, como muchas cosas que hoy nos parecen inservibles.
Un gusto pasar por tus letras sabias y serenas.
Un abrazo grande.

Estimada Pilar, tu poema lo leo como un canto a las sensaciones de juventud sin renunciar por ello a todo lo hermoso que implica la madurez.
La paz es el bien más preciado, puede que esto también se sepa cuando se es joven, pero cuando se es mayor, además de saberlo, se siente.

Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Teresa.

Luis M. escribió:Bonito poema, Pilar. Me gustaron especialmente la segunda y la quinta estrofas. Mis felicitaciones y abrazo.

Me alegran tus palabras, amigo Luis, y te las agradezco.
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:




Ya no importa lo que fui, el color con el que veía el mundo,
ni deseo hacer balance de luces y sombras.
Desciendo de la cumbre con el sosiego del paso
y el recuerdo de los días de sol y frío
que goteaba en la niebla.
Evito el tropiezo con la lentitud del que conoce sus huesos,
dejo las grietas del mundo que no puedo llenar
y acojo lo que a mi camino llega.

Me quedo con esta estrofa, amiga Pilar, de este poema en el que con tanta lucidez nos hablas de esa despedida, que será larga y fructífera, que a todos nos tocará hacer en algún momento y que es bueno saber aceptar. Mi abrazo.
Salud.

Carmen López escribió:Muy bello ese tic-tac, que todo lo removía...coincido con Luís también son mis preferidas la segunda y la quinta estrofa.
Un placer siempre pasar por tu ventana.
Abrazos
Carmen

Gracias, amiga, por leer y dejar tu amable palabra.
Abrazos
Pilar

Es un emotivo poema que suena a canto de despedida existencial. Es bastante común, en determinados momentos, pensar que todo pasado fue mejor, sobre todo cuando se habla de la juventud , con la vitalidad que ella conlleva. Yo no lo pienso así, creo que todo futuro es mejor, que cada momento nos regala posibilidades de explorar la belleza, que cada tictac que hoy vivo merece ser guardado, igual que los anteriores, en el cofre de los buenos recuerdos; ese que abrimos de vez en cuando para esbozar una sonrisa, agradecidos por tantas buenas experiencias. No tengo ningún tratado de autorrealización, no me hacen falta, pues los mejores libros de esa materia los encontré leyendo en la cara de los viejos sabios, hablando con ellos, en las que no pierdo oportunidad para aprender. Agarro sus manos y como un quiromante intento descifrar cada línea, todas son comestibles. Entiendo que parte de mi felicidad está en la aceptación de la realidad, de lo bueno y lo malo, que me llega en cada momento; en la comprensión de la finitud y también en un cielo que no sé dónde termina. No voy dejar que ningún futuro, que todavía no sé, nuble ni un momento de lo que vivo hoy, que me quite una sonrisa. No voy a dejar ni un solo vino sin beber, ni un solo amor sin explorar (por cierto, ¿te llegaron ya los godello prometidos?). Tengo el cofre todavía muy vacío y hablo con mi reloj todas las mañanas, cuando me levanto, como si fuera mi confidente y amigo. El título de mi poema, parafraseando con perdón el tuyo, sería Vale un solo tictac. ¿Me permites que algún día haga un poema con este nombre?

Un abrazotote, amiga, y salud

Tu poesía serena, reflexiva, evocadora, crea emoción en el lector. Ha sido un placer leerte. Abrazos.

Un poema que me ha hecho sentirme especialmente triste, será porque me he identificado con el espíritu de su mensaje, el antes, lo más grande; el ahora la búsqueda de lo recogido.
Grandioso, querida amiga, grandioso.

Marisa Peral escribió:Precioso todo el poema, Pilar, versos de vida y un tictac que servía, como muchas cosas que hoy nos parecen inservibles.
Un gusto pasar por tus letras sabias y serenas.
Un abrazo grande.

Gracias, amiga, por leer y dejar tus palabras tan gratas.
Abrazos

Teresa Santiago escribió:Estimada Pilar, tu poema lo leo como un canto a las sensaciones de juventud sin renunciar por ello a todo lo hermoso que implica la madurez.
La paz es el bien más preciado, puede que esto también se sepa cuando se es joven, pero cuando se es mayor, además de saberlo, se siente.

Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Teresa.

Gracias, amiga, por venir y dejar tus amables palabras.
Abrazos

Julio Gonzalez Alonso escribió:

Pilar Morte escribió:




Ya no importa lo que fui, el color con el que veía el mundo,
ni deseo hacer balance de luces y sombras.
Desciendo de la cumbre con el sosiego del paso
y el recuerdo de los días de sol y frío
que goteaba en la niebla.
Evito el tropiezo con la lentitud del que conoce sus huesos,
dejo las grietas del mundo que no puedo llenar
y acojo lo que a mi camino llega.

Me quedo con esta estrofa, amiga Pilar, de este poema en el que con tanta lucidez nos hablas de esa despedida, que será larga y fructífera, que a todos nos tocará hacer en algún momento y que es bueno saber aceptar. Mi abrazo.
Salud.

Gracias, amigo, por tus palabras.Esperemos que el tiempo que nos de la vida lo vivamos con alegría.
Abrazos

Muchas gracias, queridos amigos ,Armilo, Ramón Carballal y Antonio por deteneros a leer y dejar vuestra valiosa palabra.
Abrazos
Pilar