A la hora de siempre (Anonimato)
Publicado: Mié, 18 Nov 2020 21:43
Así que estaré solo,
tras la puerta del anonimato.
Seguramente estornudaré más de una vez
mas no habrá quien se preocupe por la infección,
quizás se pudra el aire
pero será mi respirar quien lo padezca.
Dicen que el alcohol te debilita,
te aprisiona en un cárcel sin rejas
y te maneja a su antojo,
¿será mejor beber lejía?
entonces me llamarían loco,
retrasado mental,
suicida,
¿quién no se suicida un poquito todos los días?
He tomado el diccionario de vocablos,
de esas frases que antes oía
en los suburbios de la ciudad,
en las prisiones con alfombras de lujo,
y no encuentro nada que las diferencie;
son ocres vestidos de incultura,
de vocabulario del populacho,
con sandalias y zapatos remendados;
son palabras vanas,
sin más sentido, sin más razón,
pero aderezadas con el lujo
y más de una sonrisa disfrazada de falsedad.
Cuando me muevo, me entorpezco,
la movilidad me aturde,
se me hace incómoda,
a veces incluso tortuosa,
tanto como impertinente y necesaria.
Quiero entender y entender,
aplicar el estado de la naturaleza
al mío propio;
la tierra se mueve,
y si no lo hace ¿qué más da?
ya se mueven las nubes, las estrellas,
el agobiante nudo que perdura en la garganta,
la mirada abominable de destellos de silencio,
algún que otro obelisco
de mi monumento favorito y desconocido,
hasta la fatiga del desánimo.
Dejaré que me transporten los vientos atolondrados,
tomaré las semillas de cualquier árbol caído,
disiparé las tormentas que se atisben,
más seguiré a trote
intentando recabar razones y motivos,
en busca de entender la postura del hombre con el hombre,
naturaleza con la tierra
y la propia y diminuta tierra,
con el universo.
Y cuando despierte,
espero recordarlo todo con claridad,
procuraré entender el motivo de tanta absurdez,
de tanta locura programada,
refrescaré el cuerpo bajo el agua tibia
y trataré de poner orden al nuevo día.
El diccionario,
mejor en la estantería,
la lejía,
en el armario de limpieza.
Y a la hora de siempre,
como día tras día,
colgaré la bata del anonimato
y cruzaré la puerta.
tras la puerta del anonimato.
Seguramente estornudaré más de una vez
mas no habrá quien se preocupe por la infección,
quizás se pudra el aire
pero será mi respirar quien lo padezca.
Dicen que el alcohol te debilita,
te aprisiona en un cárcel sin rejas
y te maneja a su antojo,
¿será mejor beber lejía?
entonces me llamarían loco,
retrasado mental,
suicida,
¿quién no se suicida un poquito todos los días?
He tomado el diccionario de vocablos,
de esas frases que antes oía
en los suburbios de la ciudad,
en las prisiones con alfombras de lujo,
y no encuentro nada que las diferencie;
son ocres vestidos de incultura,
de vocabulario del populacho,
con sandalias y zapatos remendados;
son palabras vanas,
sin más sentido, sin más razón,
pero aderezadas con el lujo
y más de una sonrisa disfrazada de falsedad.
Cuando me muevo, me entorpezco,
la movilidad me aturde,
se me hace incómoda,
a veces incluso tortuosa,
tanto como impertinente y necesaria.
Quiero entender y entender,
aplicar el estado de la naturaleza
al mío propio;
la tierra se mueve,
y si no lo hace ¿qué más da?
ya se mueven las nubes, las estrellas,
el agobiante nudo que perdura en la garganta,
la mirada abominable de destellos de silencio,
algún que otro obelisco
de mi monumento favorito y desconocido,
hasta la fatiga del desánimo.
Dejaré que me transporten los vientos atolondrados,
tomaré las semillas de cualquier árbol caído,
disiparé las tormentas que se atisben,
más seguiré a trote
intentando recabar razones y motivos,
en busca de entender la postura del hombre con el hombre,
naturaleza con la tierra
y la propia y diminuta tierra,
con el universo.
Y cuando despierte,
espero recordarlo todo con claridad,
procuraré entender el motivo de tanta absurdez,
de tanta locura programada,
refrescaré el cuerpo bajo el agua tibia
y trataré de poner orden al nuevo día.
El diccionario,
mejor en la estantería,
la lejía,
en el armario de limpieza.
Y a la hora de siempre,
como día tras día,
colgaré la bata del anonimato
y cruzaré la puerta.