Editorial Alaire

Schaun.-

Un cocker con carácter
de por vida
tierno como un tallo
mimoso como un peluche
se moría por la vía
un guardagujas de goma
letal la inyección
pentotal sódico
le consumía el cáncer
aun así sedado
intentó morder a Israel
el veterinario
pero ya no podía con su alma
las cataratas de sus ojos
eran nubes sin agua
encogió las patas
su cabeza golpeó
la mesa de zinc
paró el corazón
de Schaun.

El nombre se lo puso mi hijo Diego
el nombre de un jugador
de la liga americana de baloncesto.

Nuestro Schaun ha muerto.

Un animal con alma de doce años,
toda una vida.

Un poema duro de cojones, Manuel, pero no por su dureza deja de ser muy bello y enormemente sensible. Para algunas personas las mascotas son "solo animales", para la mayoría (entre la que me incluyo) nuestras mascotas son un miembro más de la familia.
Muy buen poema, compañero. Un abrazo, y siento mucho vuestra pérdida.

Mi cocker también tenía 12 años cuando, con mucha pena, tuvimos que ponerle la inyección, por eso me llega tu hermoso poema.
Abrazos
Pilar

He tenido perros, y se lo que se sufre con su pérdida... es un amor distinto a cualquier otro, desprende una entrañabilidad y ternura muy especiales.

Una sentida lectura.

Lo siento, querido amigo.

Abrazos y salud.

Manuel Alonso escribió:Schaun.-

Un cocker con carácter
de por vida
tierno como un tallo
mimoso como un peluche
se moría por la vía
un guardagujas de goma
letal la inyección
pentotal sódico
le consumía el cáncer
aún así sedado
intentó morder a Moisés
el veterinario
pero ya no podía con su alma
las cataratas de sus ojos
eran nubes sin agua
encogió las patas
su cabeza golpeó
la mesa de zinc
paró el corazón
de Schaun.

El nombre se lo puso mi hijo Diego
el nombre de un jugador
de la liga americana de baloncesto.

Nuestro Schaun ha muerto.

Un animal con alma de doce años,
toda una vida.

Schaun era y es un miembro de tu familia. Bello tributo, Manuel Alonso. Un abrazo grande, ERA

Un sentido homenaje al llamado mejor amigo del hombre, amigo Manuel.
Abrazos.

Un sentido y duro recordatorio para esos animales cuyo amor es incondicional y que pasan, sin duda, a ser uno más dentro de la familia.

Un abrazo.

Lo siento mucho Manuel, se les quiere como ellos a sus humanos, sin condiciones. El mío era un Yorkshire rebelde y también tuvimos que sacrificarlo, murió en mis brazos. Nunca olvidaré su mirada.
Ánimo Manuel, recuerda los buenos momentos y el cariño que os dio.
Abrazos.

Gracias Luis M. por tu comentario. Recibe un fuerte abrazo, amigo.

Gracias Pilar, un abrazo, amiga.

Gracias J.J. por el comentario, un abrazo amigo.

Un buen sentimiento nos compartes en tus bellas letras, Manuel. El que tiene animales suele quererlos como a las personas y su pérdida produce dolor.
Un placer pasar por tu obra.
Un saludo con mi respeto.

Gracias ERA, un abrazo, amiga.

Gracias Rafel, un abrazo.

Gracias Ramón, un abrazo amigo.