Editorial Alaire

I

La calle es un río de neón
donde buceo esta madrugada,
barcos de velas negras
enlazan ambas orillas,
aduladores de penes minúsculos
aúllan al cielo,
dirección a Marte,
quiero pensar que la mañana eterna
secará sus lágrimas de cristal.

II

Me gusta utilizar las farolas
como mínimos miradores,
equilibrista sobre el calor de la bombilla
peleo por mi espacio contra los insectos,
y abro la boca
al sentir el viento frío de octubre,
y lanzó mordiscos aéreos,
como un perro que viaja en coche
con la ventana entreabierta.

III

La noche es pérdida de sangre,
son suspiros tibios que se estrellan
contra coños pasajeros,
son amagos de curvas sin trazar,
lamentos de hienas con crisis de ansiedad.
Las paredes palpitan,
se pararon las manecillas del reloj digital,
salió el Sol por mi izquierda
y las sombras
se desangran conmigo.

CONCLUSIÓN:

Agoté las fuerzas,
las cambié por años de gloria...

... me estafaron.

No estoy tan seguro que sea una estafa. Creo que una buena vida conlleva agotar las fuerzas, y sumar años -o instantes- de gloria.
Un poema que conjuga a la perfección malditismo realista con lirismo metafórico. En mi opinión es una excelente y muy hermosa obra.
Si me permites una sugerencia, Israel, yo cambiaría "perrillo" por "perro" (me suena bastante mejor y además rompes la asonancia con "mordiscos" en el verso anterior). En cualquier caso me gustó mucho tu poema. Mis felicitaciones y abrazo amigo.

Gracias por tu comentario Luis, y gracias por el aporte, lo anoto y lo aplico.

Un abrazo, compañero.

Israel,

siempre es toda una experiencia pasarse por tus poemas, amigo. Me gusta la textura que sabes darle al paisaje urbano, la estética entre punk y resignada de tus creaciones. Atrapas una imagen pura y la muerdes, la trituras diría. Uno la ve ahí tirada.

A mí me gusta.

Me gustaron mucho, amigo Israel. Sobre todo el segundo.

Eso... todo un placer de lectura.

Abrazos y salud.

Hermoso trabajo, amigo Israel.
Abrazos.

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I

La calle es un río de neón
donde buceo esta madrugada,
barcos de velas negras
enlazan ambas orillas,
aduladores de penes minúsculos
aúllan al cielo,
dirección a Marte,
quiero pensar que la mañana eterna
secará sus lágrimas de cristal.

II

Me gusta utilizar las farolas
como mínimos miradores,
equilibrista sobre el calor de la bombilla
peleo por mi espacio contra los insectos,
y abro la boca
al sentir el viento frío de octubre,
y lanzó mordiscos aéreos,
como un perro que viaja en coche
con la ventana entreabierta.

III

La noche es pérdida de sangre,
son suspiros tibios que se estrellan
contra coños pasajeros,
son amagos de curvas sin trazar,
lamentos de hienas con crisis de ansiedad.
Las paredes palpitan,
se pararon las manecillas del reloj digital,
salió el Sol por mi izquierda
y las sombras
se desangran conmigo.

CONCLUSIÓN:

Agoté las fuerzas,
las cambié por años de gloria...

... me estafaron.

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Elegante y terriblemente hermosa la noche escindida y disecada. Rota, impura, colateral.

Me ha gustado mucho, querido amigo.

Abrazo y salud a montones.

Aunque nos estafen siguen siendo atractivos esos oasis nocturnos. Vamos sabiendo como va a terminar la cosa. Me gustan tus cuadros poéticos. Es difícil destacar una estrofa, pero la que marco me llama mucho la atención:

Me gusta utilizar las farolas
como mínimos miradores,
equilibrista sobre el calor de la bombilla
peleo por mi espacio contra los insectos,
y abro la boca
al sentir el viento frío de octubre,
y lanzó mordiscos aéreos,
como un perro que viaja en coche
con la ventana entreabierta.

Una gozada de lectura.
Un abrazo.