Editorial Alaire

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Sí, amigos, lo reconozco:
Me gustan los monstruos.
Hasta tengo a algún monstruo conocido.
Quizás yo mismo sea un monstruo
ocasional (o eso me gustaría pensar)
Y es que ser un monstruo no es necesariamente malo.
Os aseguro que no se puede presumir
de amigos sin tener amigos monstruos.
Ciertamente los monstruos, como la palabra indica,
no son príncipes ni puros,
ni ningún dechado de virtudes.
Los hay que se derriten de tiernos,
frágiles como el cristal, o afilados
como una cuchilla de afeitar.
Algunos, arquitectos del verso crudo
que harían dedicarse a la taxidermia de mariposas
al mismísimo Bukowsky,
malabaristas de la guitarra capaces
de dejar a la altura del betún
al mejor Eric Clapton de toda su carrera,
druidas del óleo que relegarían a La Gioconda
a triste modelo de calendario benéfico
o magos del diseño que podrían hundir
en el barro de la mediocridad al más chic
y célebre diseñador de New York City.
Monstruos despistados (a menudo asociales)
que apoyados en su genial y/o espontanea
monstruosidad inventan vacunas,
acceden al olimpo del deporte
no solo por ganar
o incluso dan su vida para que algún gobernante
del demonio salga de su palacio de poder
por la puta puerta de servicio.
Sí, monstruos que te bajan las pulsaciones
o te las suben dependiendo de tu disfunción.
Monstruos hermosos, o feamente hermosos.
Monstruos que te glasean las lágrimas
o, como una dosis de droga de la buena,
te hacen ver colores y soluciones impensables
e imposibles. Monstruos compinchados
con el hada madrina de la humanidad.
Monstruos activistas antisoberbia,
monstruos del sentido común,
anti-almas de chicle y anti-tipos irracionales
o con la razón de una paraguaya.
Ellos, disfrazados a veces de bombero,
de vecinas solitarias y misteriosas,
de modernas y heroicas enfermeras
de película, o de bohemios sin whatsapp
ni nube donde caerse muertos.
Con ligera chepa, ojos indolentemente azules,
pasados terribles o excelente sentido del humor.
Monstruos indecisos que también se excitan,
que suspiran, ante la diosa de las minifaldas
o el rey del culo levis del Metro;
que alegran el día a ese pasajero gris
oscuro del asiento de su derecha
del AVE Madrid-Barcelona,
hablan con los gatos callejeros del barrio
o les salen alas tras la ventanilla de un ministerio.
Monstruos por oposición, por necesidad,
por imperativo formal o por vocación.
Pero monstruos al fin y al cabo,
casi siempre muy a pesar suyo...

___________

Qué profundo y hermoso, Luis.
Me está enganchando tu poesía.
Esperaba un final revelador, pero quizá esos monstruos ignoren que lo son.
Un discurso muy bueno, con "monstruos" de todos los colores.
Abrazos y felicidad, estimado.

Ricardo López Castro escribió:Qué profundo y hermoso, Luis.
Me está enganchando tu poesía.
Esperaba un final revelador, pero quizá esos monstruos ignoren que lo son.
Un discurso muy bueno, con "monstruos" de todos los colores.
Abrazos y felicidad, estimado.

Muchas gracias, Ricardo. Es un honor que a un autor de la "poesía inteligente" le agraden mis trabajos.
Y bueno, sí, considero que la única "revelación" posible y verdadera de estos "monstruos" es que ciertamente ignoran o no les resulta del todo divertida su "monstruosidad" . Un abrazo amigo.

En algún momentos están dentro de nosotros. ¡Cuánto monstruo por conocer!
A mí me mosquean mucho las personas buenas, no las veo venir. Prefiero al monstruo que vive debajo de mi cama y que ya sé que me va a robar el sueño. Necesitamos más monstruos como estos que apuntas...

Monstruos despistados (a menudo asociales)
que apoyados en su genial monstruosidad
inventan vacunas, acceden al olimpo del deporte
o incluso dan su vida para que algún gobernante
del demonio salga de su palacio de poder
por la puta puerta de servicio.

...Y menos personajes planos que hablan y hablan y hablan para no decir nada y aburrir al personal.
Me ha gustado mucho esta lista de monstruos
Un beso.

A estas alturas de mi vida y con las circunstancias que vivimos me quedo con el monstruo que deja un rastro de luz y paz. En tu poema caben todos, y todos tienen su gancho. Me gustó leerte,
Abrazos
Pilar

Ana García escribió:En algún momentos están dentro de nosotros. ¡Cuánto monstruo por conocer!
A mí me mosquean mucho las personas buenas, no las veo venir. Prefiero al monstruo que vive debajo de mi cama y que ya sé que me va a robar el sueño. Necesitamos más monstruos como estos que apuntas...

Monstruos despistados (a menudo asociales)
que apoyados en su genial monstruosidad
inventan vacunas, acceden al olimpo del deporte
o incluso dan su vida para que algún gobernante
del demonio salga de su palacio de poder
por la puta puerta de servicio.

...Y menos personajes planos que hablan y hablan y hablan para no decir nada y aburrir al personal.
Me ha gustado mucho esta lista de monstruos
Un beso.

Así es Ana, hay monstruos "malos" y monstruos "buenos". Los "personajes planos" no sé si serán los peores, pero los que más atentan contra la cordura humana, sin ninguna duda .
Me alegra mucho que te gustara este monstruoso repaso. Muchas gracias y un beso grande.

Pilar Morte escribió:A estas alturas de mi vida y con las circunstancias que vivimos me quedo con el monstruo que deja un rastro de luz y paz. En tu poema caben todos, y todos tienen su gancho. Me gustó leerte,
Abrazos
Pilar

Es que para conseguir, en estos tiempos, dejar un rastro de paz y luz hay que ser muy monstruo . Muchas gracias, Pilar. Abrazos.

Luis M. escribió:``
Sí, amigos, lo reconozco:
Me gustan los monstruos.
Hasta tengo a algún monstruo conocido.
Quizás yo mismo sea un monstruo
ocasional (o eso me gustaría pensar).
Y es que ser un monstruo no es necesariamente malo.
He visto monstruos buenos, tan buenos
que a veces son tontos de puro bueno.
Os aseguro que no se puede presumir
de amigos sin tener amigos monstruos.
Ciertamente los monstruos, como la palabra indica,
no son príncipes ni puros,
ni siempre un derroche de virtudes.
Hay monstruos que se derriten de tiernos,
frágiles como el cristal, o afilados
como una cuchilla de afeitar.
Algunos, arquitectos del verso crudo
que harían dedicarse a la taxidermia de mariposas
al mismísimo Bukowsky,
malabaristas de la guitarra capaces
de dejar a la altura del betún
al mejor Eric Clapton de toda su carrera,
druidas del oleo que relegarían a La Gioconda
a triste modelo de calendario benéfico,
o magos del diseño que podrían hundir
en el barro de la mediocridad al más chic
y premiado diseñador de New York City.
Monstruos despistados (a menudo asociales)
que apoyados en su genial y/o espontanea
monstruosidad inventan vacunas,
acceden al olimpo del deporte
o incluso dan su vida para que algún gobernante
del demonio salga de su palacio de poder
por la puta puerta de servicio.
Sí, monstruos que te bajan las pulsaciones
o te las suben dependiendo de tu necesidad.
Monstruos hermosos, o feamente hermosos.
Monstruos que te glasean las lágrimas,
o, como una dosis de droga de la buena,
te hacen ver colores y soluciones impensables
e imposibles. Monstruos compinchados
con el hada madrina de la humanidad.
Monstruos activistas antisoberbia,
anti-almas de chicle y anti-seres racionales
con la razón de una paraguaya.
Ellos, disfrazados a veces de vecinas solitarias
y misteriosas, de angelicales y bellas
enfermeras de película, o de bohemios
sin nube donde caerse muertos.
Con ligera chepa, ojos indolentemente azules,
pasados terribles o con excelente sentido del humor.
Monstruos indecisos que también se excitan,
que suspiran, ante la diosa de las minifaldas
o el rey del culo levis del Metro,
que aburren hasta la extenuación al viajero
del asiento de su derecha
del AVE Madrid-Barcelona,
que hablan con los gatos callejeros del barrio
o les salen alas tras la ventanilla de un ministerio.
Monstruos por oposición, por necesidad,
por imperativo formal o por vocación.
Pero monstruos al fin y al cabo,
casi siempre muy a pesar suyo...

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Para i la monstruosidad significa grande y único. La monstruosidad de Dios, por ejemplo. Los monstruos son excepcionales, exceden toda expectacion.Me gustan todos esos monstruos que bien haes tributo en tu diciente poema, Luis M. Claro que hay otra connotación a la palabra monstruo; algo horrible y aterrador....pero concuerdo con este espléndido poema tuyo:


Sí, monstruos que te bajan las pulsaciones
o te las suben dependiendo de tu necesidad.
Monstruos hermosos, o feamente hermosos.
Monstruos que te glasean las lágrimas,
o, como una dosis de droga de la buena,
te hacen ver colores y soSluciones impensables
e imposibles. Monstruos compinchados
con el hada madrina de la humanidad.



Un abrazo grande,querido poeta.ERA

E. R. Aristy escribió: Para i la monstruosidad significa grande y único. La monstruosidad de Dios, por ejemplo. Los monstruos son excepcionales, exceden toda expectacion.Me gustan todos esos monstruos que bien haes tributo en tu diciente poema, Luis M. Claro que hay otra connotación a la palabra monstruo; algo horrible y aterrador....pero concuerdo con este espléndido poema tuyo:


Sí, monstruos que te bajan las pulsaciones
o te las suben dependiendo de tu necesidad.
Monstruos hermosos, o feamente hermosos.
Monstruos que te glasean las lágrimas,
o, como una dosis de droga de la buena,
te hacen ver colores y soSluciones impensables
e imposibles. Monstruos compinchados
con el hada madrina de la humanidad.



Un abrazo grande,querido poeta.ERA

Así es ERA, la monstruosidad es aplicable a ambos extremos humanos, yo también me quedo con estos monstruos. Me alegra mucho que te haya gustado este poema. Muchas gracias y otro abrazo grande para ti, amiga.

El sueño de la razón produce monstruos, creo que era así el grabado de Goya. Y la razón debe estar echándose una siesta del copón últimamente.

Un poema genial Luis.

Un abrazo, compañero.

Israel Liñán escribió:El sueño de la razón produce monstruos, creo que era así el grabado de Goya. Y la razón debe estar echándose una siesta del copón últimamente.

Un poema genial Luis.

Un abrazo, compañero.

Sí, amigo, la razón anda jodida últimamente, aunque tengo serias dudas de que alguna vez haya gozado de buena salud...
Muchas gracias, Israel, me alegra mucho que te haya gustado este poema. Un fuerte abrazo.

Y también hay monstruos de la poesía que nos hacer disfrutar y aprender...
Muy bueno, Luis, como siempre invitando a la reflexión con versos que dicen mucho más de lo que parece.
Enhorabuena, amigo. Siempre un gusto y honor transitar tus líneas.
Un fuerte abrazo

Jorge Salvador escribió:Y también hay monstruos de la poesía que nos hacer disfrutar y aprender...
Muy bueno, Luis, como siempre invitando a la reflexión con versos que dicen mucho más de lo que parece.
Enhorabuena, amigo. Siempre un gusto y honor transitar tus líneas.
Un fuerte abrazo

El honor y el gusto es mío, Ramón, sabiendo de tu beneplácito por mis sencillas letras. Muchas gracias y un fuerte abrazo amigo.

Arriba con la última propuesta de Luis, donde como es habitual en él, busca sobre todo la originalidad.

Rafel Calle escribió:Arriba con la última propuesta de Luis, donde como es habitual en él, busca sobre todo la originalidad.

Gracias, Rafel. En realidad no busco tanto la originalidad; mi mayor interés es que mi poesía llegue a ese público con el que me identifico, (o sea, personas con mentalidad abierta, crítica, progresista, sensible y con sentido del humor). Abrazos, amigo.