Editorial Alaire

Antonio Arjona escribió:

Ayer, mientras paseaba por la playa, próxima la puesta de sol, pude observar como llegaban decenas de gaviotas y se posaban todas mirando hacia la mar lo que me ocasionó una gran curiosidad. Quise observarlas detenidamente, sin prisas y con ese cariño que le tengo a todo lo natural y fue entonces, cuando descubrí algo maravilloso; todas y cada una de ellas, según se posaban, hacían una o dos reverencias perfectas no sé si al mar o a la próxima puesta del sol. Al principio creí que era casualidad, pero pronto descubrí que era común en todas ellas; llegaban con sus picos hasta la arena, pero no tocaban nada, solo permanecían uno o dos segundos y luego subían sus cuellos para volver a su estado natural.
No es ninguna broma, no sé si otros seres del mundo animal, hacen algo similar o no cuando el día se despide, pero aseguro que las gaviotas muestran su agradecimiento al sol o a la mar, o quizás a ambos, cuando la luz del día, empieza a dar paso al manto de la noche.

Me asombran los misterios que ocultáis
mostrados al morir la luz del día,
especie de respeto y pleitesía
al sol sobre la mar mientras calláis

Decidme si es que a Dios las gracias dais
como prueba de amor y de alegría,
mi alma por entenderos la daría
y escuchar la plegaria que rezáis

Seguiré atentamente vuestro rito,
vuestra lección al mundo para humanos
y elevaré la vista al infinito

Quisiera vuestras alas en mis manos,
en mi boca, la voz tornada en grito
y en mi pluma los versos más galanos

Antonio Arjona escribió:

Ayer, mientras paseaba por la playa, próxima la puesta de sol, pude observar como llegaban decenas de gaviotas y se posaban todas mirando hacia la mar lo que me ocasionó una gran curiosidad. Quise observarlas detenidamente, sin prisas y con ese cariño que le tengo a todo lo natural y fue entonces, cuando descubrí algo maravilloso; todas y cada una de ellas, según se posaban, hacían una o dos reverencias perfectas no sé si al mar o a la próxima puesta del sol. Al principio creí que era casualidad, pero pronto descubrí que era común en todas ellas; llegaban con sus picos hasta la arena, pero no tocaban nada, solo permanecían uno o dos segundos y luego subían sus cuellos para volver a su estado natural.
No es ninguna broma, no sé si otros seres del mundo animal, hacen algo similar o no cuando el día se despide, pero aseguro que las gaviotas muestran su agradecimiento al sol o a la mar, o quizás a ambos, cuando la luz del día, empieza a dar paso al manto de la noche.

Me asombran los misterios que ocultáis
mostrados al morir la luz del día,
especie de respeto y pleitesía
al sol sobre la mar mientras calláis

Decidme si es que a Dios las gracias dais
como prueba de amor y de alegría,
mi alma por entenderos la daría
y escuchar la plegaria que rezáis

Seguiré atentamente vuestro rito,
vuestra lección al mundo para humanos
y elevaré la vista al infinito

Quisiera vuestras alas en mis manos,
en mi boca, la voz tornada en grito
y en mi pluma los versos más galanos