Página 1 de 1

Crónicas (Aprendices del oxígeno)

Publicado: Mié, 23 Sep 2020 15:40
por Ricardo López Castro
Imagen

Admiro tu inestabilidad emocional, la forma que contiene a lo que sientes me enloquece.
Me confunde la ira reprimida y el fruto de un silencio.
El instante que me deja sin aliento, cumple todos tus requisitos.
Pero aquel día de sed en las antorchas, penetré en aquel templo -Sí, el de la oscuridad y las sombras de arena.-.
No sé qué especie de brebaje me drogó hasta el punto de olvidarme de tus besos.
Hay quien lo llama alcoholismo -Pero repito, me olvidé.-.
Incluso en la noche más inepta y salvaje sonaban las voces cazando, oteando, con vista al surrealismo.
Hago inventario por ti, pero las plumas profundas no existen, mi amor.
No puedo caer en picado ni volar hacia tu abismo por encima del cielo.
Tampoco pueden sonrojarte los papeles que perdí cuando, abandonado -Qué término más cutre.-, me hice fan del fracaso -Ni siquiera tenían banda sonora sus efectos especiales.-.
Tuve revelaciones, a todas horas, evidentemente miraba.
No me cubrió ningún halo de esperanza.
La fabriqué como ahora, en el desenlace de lo que escribo.
Y de ti, ni una noticia. Así pues, el enfoque cambia.
Y esto no es una carta, ni un artículo periodístico.
Esto es compartir lo que no ha sucedido por miedo a que suceda.
Tánto pavor, qué asco, y qué pegajoso.
Andarse con mil ojos quizá sea mi única herencia.
Todos pueden decir lo mismo.
Desde que el hombre salió de las cavernas.