Murphy sabe demasiado de mí
Publicado: Vie, 18 Sep 2020 23:07
Estando tan liado como lo estoy
se me ha venido a la cabeza
una de esas locuras pasajeras
que te incordian y terminan
poniéndote el ceño fruncido.
Y es que no hay nada tan demencial
como recordar momentos desordenados
y negativos para alterar
el tránsito normal del sistema nervioso.
Y es cierto,
-por más que ese Murphy nos haga creer
que fue el descubridor del asunto-.
¡Sí! es cierto,
al menos en esta tragicomedia que es mi vida,
si lo es,
y, por desgracia, mucho.
Si después de mucho tiempo quedo con los amigos,
algo inesperado sucederá para no reunirnos,
si no sucede,
probablemente quedaríamos al aire libre para disfrutar,
-después de veinte días de sol, habrá tormenta-,
y al tercer día,
-según las escrituras-,
después de retrasarlo,
siempre habrá alguno que no pueda venir.
Así que por WhatsApp y a otra cosa,
-pero con la duda de que funcione el operativo-
Si quiero que llueva, el sol te abrasa,
si deseo que el día sea espectacular,
o diluvia o soplará viento con fuerza.
Si preparo un viaje a la playa,
sin duda habrá marejada,
y si lo pospongo,
-¡qué lástima! ese día no puedo.
Si lanzan una oferta de algo que me interesa mucho,
cuando lo pido, o voy al comercio,
está agotado o ha sido un error tipográfico.
Si hoy creo que es martes, será miércoles,
y cuando llegue el maldito miércoles,
me daré cuenta que era martes el día que necesitaba.
Así, que no quiero seguir dando vueltas a lo mismo,
nada me sale medianamente bien,
se me ha vuelto a ir la cabeza,
el tiempo ha corrido de nuevo en mi contra,
y lo único que he conseguido
ha sido darme cuenta
que mi vida está mal diseñada
o que el famoso Murphy sabe demasiado de mí.
Ahora no me moriré
no tengo tiempo para hacerlo.
Quizá pida hora para esta tarde.
se me ha venido a la cabeza
una de esas locuras pasajeras
que te incordian y terminan
poniéndote el ceño fruncido.
Y es que no hay nada tan demencial
como recordar momentos desordenados
y negativos para alterar
el tránsito normal del sistema nervioso.
Y es cierto,
-por más que ese Murphy nos haga creer
que fue el descubridor del asunto-.
¡Sí! es cierto,
al menos en esta tragicomedia que es mi vida,
si lo es,
y, por desgracia, mucho.
Si después de mucho tiempo quedo con los amigos,
algo inesperado sucederá para no reunirnos,
si no sucede,
probablemente quedaríamos al aire libre para disfrutar,
-después de veinte días de sol, habrá tormenta-,
y al tercer día,
-según las escrituras-,
después de retrasarlo,
siempre habrá alguno que no pueda venir.
Así que por WhatsApp y a otra cosa,
-pero con la duda de que funcione el operativo-
Si quiero que llueva, el sol te abrasa,
si deseo que el día sea espectacular,
o diluvia o soplará viento con fuerza.
Si preparo un viaje a la playa,
sin duda habrá marejada,
y si lo pospongo,
-¡qué lástima! ese día no puedo.
Si lanzan una oferta de algo que me interesa mucho,
cuando lo pido, o voy al comercio,
está agotado o ha sido un error tipográfico.
Si hoy creo que es martes, será miércoles,
y cuando llegue el maldito miércoles,
me daré cuenta que era martes el día que necesitaba.
Así, que no quiero seguir dando vueltas a lo mismo,
nada me sale medianamente bien,
se me ha vuelto a ir la cabeza,
el tiempo ha corrido de nuevo en mi contra,
y lo único que he conseguido
ha sido darme cuenta
que mi vida está mal diseñada
o que el famoso Murphy sabe demasiado de mí.
Ahora no me moriré
no tengo tiempo para hacerlo.
Quizá pida hora para esta tarde.