De aquí a la eternidad

[Francisco Lobo]

Me he sentido un poco desorientado: no sé si es un solo poema o son dos -me inclino por esto último-. En todo caso, el segundo me parece mucho mejor que el primero - o la primera parte. Tal vez sea por no haber visto el video o por mi ignorancia. En todo caso, te felicito y te envío mi abrazo. Ya sabes cuánto te admiro.

[F. Enrique]

Hermoso y emotivo tu poema, estimado Francisco, con todo el armamento lirico y conceptual que despliegas para precisamente abogar por el desarme y el no a la guerra a través de la alegoría, tal como yo lo leo.
Interesante el post que ha suscitado y que me gustó leer.

Un abrazo amigo

Reconozco, Armilo, que el poema es raro; el solo de trompeta de Montgomery Clift es el más melancólico y amargo de la historia de cine. El actor, antes del accidente que lo limitó dramáticamente, aprendía todo aquello que le exigía el guión.

No se qué pensar hoy día del "Último tango en Paris", quizás se haya quedado, como "Muerte en Venecia", como un ejemplo de la desesperación de un tiempo que nunca nos perteneció y flirteaba con la pedantería más solemne y desencaminada. Al final nos sentimos solos cuando desgranamos los recuerdos.

Nuestras almas de entonces podrían ser como esa mujer, con una edad en la que no debieran hacerla trabajar, que cruza la ciudad con una alcuza en la mano, buscando un aceite que será servido en la mesa de los otros.

Muchas gracias. Un abrazo

[F. Enrique]

Hermoso y emotivo tu poema, estimado Francisco, con todo el armamento lirico y conceptual que despliegas para precisamente abogar por el desarme y el no a la guerra a través de la alegoría, tal como yo lo leo.
Interesante el post que ha suscitado y que me gustó leer.

Un abrazo amigo

Reconozco, Armilo, que el poema es raro; el solo de trompeta de Montgomery Clift es el más melancólico y amargo de la historia de cine. El actor, antes del accidente que lo limitó dramáticamente, aprendía todo aquello que le exigía el guión.

No se qué pensar hoy día del "Último tango en Paris", quizás se haya quedado, como "Muerte en Venecia", como un ejemplo de la desesperación de un tiempo que nunca nos perteneció y flirteaba con la pedantería más solemne y desencaminada. Al final nos sentimos solos cuando desgranamos los recuerdos. He llegado a sentir con pesar que, a los que despertábamos a la vida y al amor, ese tiempo nos puso los cuernos.

Muchas gracias. Un abrazo

[F. Enrique]

Hermoso y emotivo tu poema, estimado Francisco, con todo el armamento lirico y conceptual que despliegas para precisamente abogar por el desarme y el no a la guerra a través de la alegoría, tal como yo lo leo.
Interesante el post que ha suscitado y que me gustó leer.

Un abrazo amigo

Reconozco, Armilo, que el poema es raro; el solo de trompeta de Montgomery Clift es el más melancólico y amargo de la historia de cine. El actor, antes del accidente que lo limitó dramáticamente, aprendía todo aquello que le exigía el guion.

No sé qué pensar hoy día del "Último tango en Paris", quizás se haya quedado, como "Muerte en Venecia", como un ejemplo de la desesperación de un tiempo que nunca nos perteneció y flirteaba con la pedantería más solemne y desencaminada. Al final nos sentimos solos cuando desgranamos los recuerdos. He llegado a sentir con pesar que, a los que despertábamos a la vida y al amor, ese tiempo nos puso los cuernos y nos dejó vagando en un desconcierto cruel y trasnochado.

Muchas gracias. Un abrazo

[Marisa Peral]

He pasado por este poema unas cuantas veces y cualquier comentario que yo pueda hacer no será nada para esta obra, íntima, importante, inquietante, interminable.
Solo puedo agradecer tu poesía y felicitarte por la inspiración.

Un fuerte abrazo.

[F. Enrique]

Hermoso y emotivo tu poema, estimado Francisco, con todo el armamento lirico y conceptual que despliegas para precisamente abogar por el desarme y el no a la guerra a través de la alegoría, tal como yo lo leo.
Interesante el post que ha suscitado y que me gustó leer.

Un abrazo amigo

Reconozco, Armilo, que el poema es raro; el solo de trompeta de Montgomery Clift es el más melancólico y amargo de la historia de cine. El actor, antes del accidente que lo limitó dramáticamente, aprendía todo aquello que le exigía el guión.

No se qué pensar hoy día del "Último tango en Paris", quizás se haya quedado, como "Muerte en Venecia", como un ejemplo de la desesperación de un tiempo que nunca nos perteneció y flirteaba con la pedantería más solemne y desencaminada. Al final nos sentimos solos cuando desgranamos los recuerdos.

Nuestras almas de entonces podrían ser como esa mujer, con una edad en la que no debieran hacerla trabajar, que cruza la ciudad con una alcuza en la mano, buscando un aceite que será servido en la mesa de los otros.

Para el Marlon Brando, que luchaba agónicamente por mitigar su desesperación en la locura desenfrenada del sexo duro e irreflexivo, su mujer había muerto antes de que la visitará la muerte.

Muchas gracias. Un abrazo

[F. Enrique]

Hermoso y emotivo tu poema, estimado Francisco, con todo el armamento lirico y conceptual que despliegas para precisamente abogar por el desarme y el no a la guerra a través de la alegoría, tal como yo lo leo.
Interesante el post que ha suscitado y que me gustó leer.

Un abrazo amigo

Reconozco, Armilo, que el poema es raro; el solo de trompeta de Montgomery Clift es el más melancólico y amargo de la historia de cine. El actor, antes del accidente que lo limitó dramáticamente, aprendía todo aquello que le exigía el guión.

No se qué pensar hoy día del "Último tango en Paris", quizás se haya quedado, como "Muerte en Venecia", como un ejemplo de la desesperación de un tiempo que nunca nos perteneció y flirteaba con la pedantería más solemne y desencaminada. Al final nos sentimos solos cuando desgranamos los recuerdos.

Nuestras almas de entonces podrían ser como esa mujer, con una edad en la que no debieran hacerla trabajar, que cruza la ciudad con una alcuza en la mano, buscando un aceite que será servido en la mesa de los otros.

Para el Marlon Brando, que luchaba agónicamente por mitigar su desesperación en la locura desenfrenada del sexo duro e irreflexivo, su mujer había muerto antes de que la muerte la visitara.

Muchas gracias. Un abrazo

[F. Enrique]

Me he sentido un poco desorientado: no sé si es un solo poema o son dos -me inclino por esto último-. En todo caso, el segundo me parece mucho mejor que el primero - o la primera parte. Tal vez sea por no haber visto el video o por mi ignorancia. En todo caso, te felicito y te envío mi abrazo. Ya sabes cuánto te admiro.

Es un poema solo, Francisco, el que vi pertinente, con eso de la experimentación, hacer una cesura con el llanto fúnebre de un Montgomery Clift inmenso. Ya no concibo un poema por sí solo. Elijo con cuidado videos, fotografías, aclaraciones... para que le acompañen en su soledad.

Muchas gracias. Tus palabras las merecen. Un abrazo.

[Ricardo López Castro]

Enhorabuena por este bello poema amigo Enrique.
Hacía tiempo que no te comentaba.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

[F. Enrique]

He pasado por este poema unas cuantas veces y cualquier comentario que yo pueda hacer no será nada para esta obra, íntima, importante, inquietante, interminable.
Solo puedo agradecer tu poesía y felicitarte por la inspiración.

Un fuerte abrazo.

Sencillas son las palabras de amor, Marisa y, sin embargo, suelen ser las más hermosas. No debes tener miedo a expresarte, llegas con claridad al interlocutor, te sobran recursos para hacerte entender.

Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

Aquí mis labios tibios
se funden con la gente que escapa de su casa
como la niña inquieta
que no encuentra su sitio
entre las flores blancas que cuidaran tus manos
en un sueño disperso que inmolaste con rabia.

Esta ciudad perdió de la verdad el rumbo,
ni mirando a los ojos se cumplen las promesas
en sus torpes entrañas
y en sus bloques cansados,
el cine está vacío, apenas tres asientos,
nadie molesta
los sorbos de un ardor febril y enajenado,
y no importa el cartel ni los actores
ni las manchas de sombra que persisten
en la oscura butaca del fondo apagado
que insiste en tu camisa destrozada,
en el tenue recuerdo que disipa mi imagen
y el amor que enterraste con el último tango.

No importa la Celosa cuando no te requiere
y vagando la dejas por la sierra perversa
buscando a un amante atormentado
cuyo dolor se expande y aprisiona sus miembros
a la litera fría que pregona la muerte
y el pensamiento amargo
de un amor extinguido
en el borde más negro de un fuego masacrado.


Amabas la ciudad y la Casa de Campo,
el ruido que enloquece la razón de los cuerdos
que tú representabas en tu perfil humano,
los árboles que ocultan
las horas del amor y las caricias,
la danza de los cuerpos vibrando en la vereda
que no desaparece de los ojos nublados.

Declaraste la guerra con hechos consumidos,
tu Pearl Harbor resiste con firmeza
en mi memoria triste
me asalta y me castiga con su furia implacable;
aún me sobrecoge el ruido de las hélices,
la sangre en las miradas,
tu voluntad constante de querer lo perdido
por encima del mar y de la muerte,
de despreciar la túnica morada de un profeta
confuso que se enfrenta a la locura ciega
del mundo y su metralla,
y se arrastra en la sábana de un sueño amortajado.

El poema es rico en contenido, aunque se trata de un homenaje, de un recuerdo de amistad (diría que es una oda, un canto de alabanza), tema que no provoca en la inspiración ideas poéticas tan profundas, así como tampoco una explosión significativa del estro. Lo bueno que vemos en este trabajo de orfebrería son las imágenes y metáforas sorprendentes por su belleza lírica, y el uso experimentado del lenguaje. En síntesis, como autor, has soprepasado el resultado cortés de un poema de apología. Has trasmitido un sentimiento genuino, y eso es poesía.
Gramaticalmente, veo a lo largo de todo el poema que las cláusulas son más largas que las convencionales (esto te otorga un estilo propio), de difícil lectura (yo tuve que leer tres veces con detenimiento el poema); entonces, las oraciones exigen forzar la memoria del lector, para acceder a su sentido completo. Esto no es una crítica negativa; solo pretendo llamar la atención sobre un fenómeno que no he visto casi nunca en este foro. Sería interesante debatir sobre este hecho (hace mucho que quería decírtelo). Recalco que el poema me ha gustado y lo aplaudo.

Un abrazo grande.
Óscar

[Ana Muela Sopeña]

Un gran homenaje al amigo fallecido, Enrique:

Solo puedo decirte que escribes muy bien y que no debes compararte con poetas famosos. Eso es absurdo. La poesía casi no se lee. Solo la leemos los que la escribimos, en los programas de estudio del bachillerato y alguien por ahí... generalmente alguna persona singular.

El que busca fama y dinero debe dedicarse a otros géneros literarios como la novela.

Y aunque escribas una gran novela si no tienes un editor que te lleve de la mano puede que muy poca gente lea tu obra.

En fin... no sufras por permanecer oculto como poeta. La poesía siempre es sigilosa

Un abrazo grande
Ana

[F. Enrique]

Siento admiración y un respeto reverencial por lo que sueles decir en tus comentarios, Óscar. Por eso sería inútil intentar convencerte de que no tengo en cuenta tus objeciones, cuando las ves pertinentes, cuando tocan. No es la primera vez que me habías, con una cierta extrañeza, de mis largas cláusulas, de la dificultad que entrañan para mantener la respiración cuando se recitan. He acabado decantándome por la poesía leída o cantada, supongo que más por las circunstancias que por la convicción. Me apoyo en la pausa versal, tal como me dijera Víctor sin saberlo.

Por lo demás, Óscar, te doy las gracias por la tierna atención que me muestras. Entre tú y yo, te daría a ti la razón en casi todos los casos.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Siento admiración y un respeto reverencial por lo que sueles decir en tus comentarios, Óscar. Por eso sería inútil intentar convencerte de que no tengo en cuenta tus objeciones, cuando las ves pertinentes, cuando tocan. No es la primera vez que me habías, con una cierta extrañeza, de mis largas cláusulas, de la dificultad que entrañan para mantener la respiración cuando se recitan. He acabado decantándome por la poesía leída o cantada, supongo que más por las circunstancias que por la convicción. Me apoyo en la pausa versal, tal como me dijera Víctor sin saberlo.

Por lo demás, Óscar, te doy las gracias por la tierna atención que me muestras. Entre tú y yo, te daría a ti la razón en casi todos los casos.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Enhorabuena por este bello poema amigo Enrique.
Hacía tiempo que no te comentaba.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Comentarios como el tuyo se agradecen en esos días que uno tiene ganas de expresarse sin más armas que un móvil chino al que le propongo una canción y me ofrece la que le da la gana.

Tu visita
, Ricardo, ha sido, sinceramente,ese soplo de frescura que ha entrado por mi ventana.

Un abrazo.