Las 24 flores – XX - Fantasía desde el castillo de la Palma
Publicado: Mar, 08 Sep 2020 15:18
El fuego crepita
y danza al ritmo de las guitarras
mientras nuestro murmullo
se aniquila en su contorsión.
Ven, acércate con cuidado y asómate a la orilla.
Por encima de la estrecha corriente
precipita el vértigo de tus ojos.
Observa cómo se cuartean las rocas
y el mar se desparrama en todas direcciones.
Ven, beberemos vino durante toda la noche.
No sabía de las pequeñas lenguas
enmarañadas en tus piernas.
Aproxima mis manos a tus muslos.
Tus rodillas parecen dos cabezas juntas.
Rozando el alba,
desde el castillo divisamos la lejanía
con sus luciérnagas rizadas
en el reposo azul de los cristales.
Más allá, los remolcadores arrastran un barco cansado
que parece trasbordar el cielo entero.
El fulgor de las estrellas se amontona
perdido, impasible a la polvareda humana.
Ahora mismo no recuerdo
qué animal devoraba tus entrañas.
y danza al ritmo de las guitarras
mientras nuestro murmullo
se aniquila en su contorsión.
Ven, acércate con cuidado y asómate a la orilla.
Por encima de la estrecha corriente
precipita el vértigo de tus ojos.
Observa cómo se cuartean las rocas
y el mar se desparrama en todas direcciones.
Ven, beberemos vino durante toda la noche.
No sabía de las pequeñas lenguas
enmarañadas en tus piernas.
Aproxima mis manos a tus muslos.
Tus rodillas parecen dos cabezas juntas.
Rozando el alba,
desde el castillo divisamos la lejanía
con sus luciérnagas rizadas
en el reposo azul de los cristales.
Más allá, los remolcadores arrastran un barco cansado
que parece trasbordar el cielo entero.
El fulgor de las estrellas se amontona
perdido, impasible a la polvareda humana.
Ahora mismo no recuerdo
qué animal devoraba tus entrañas.