Editorial Alaire

Me adentro en tu boca en busca del silencio.
Agujero húmedo por donde resbala el miedo,
busco la latitud de las frases que no sean isla,
náufrago de tus ideas me escondo en el soportal
de tus concavidades, intuyendo el eco, el latido,
todo lo que habla en ti por dentro. Tú, la larga
memoria en hilos bajo la tráquea como un almacén
sin fondo, el simulacro de una oración que se escapa
con tu aliento hacia el oído blanco, inocente, que soy yo.
En tu corazón está la verdad, pero tu verdad no vocaliza,
tu verdad es pétrea como el poro del granito, no emerge
ni habla, no vibra ni entona, no susurra ni grita, y yo
que me lanzo al abismo, en la negra grieta donde
el lenguaje aún no existe, solo el cuerpo, la pasión,
lo físico como un estallido mudo, sin palabras,
igual que los astros cuando iluminan la noche.

Un viaje intenso, íntimo, esclarecedor. Las cavidades testigos del origen, las membranas cómplices, los sonidos que inician (quizás) un sabio retorno.

Hermoso trabajo, querido amigo.

Un abrazo.

Ramón

A veces las palabras salen sobrando
no queda más que el sentimiento
reflejado en el mismo silencio
en la luz de los movimientos
o de nada entre ecos apagados
en los recuerdos...


Magnífico poema, querido amigo


Un abrazo fuerte

Buen poema, Ramón, donde se vive la dificultad de llegar a la palabra que sale del alma. Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

Hermosos versos engastados en potentes imágenes. Me llevo este impagable cierre:

"el lenguaje aún no existe, solo el cuerpo, la pasión,
lo físico como un estallido mudo, sin palabras,
igual que los astros cuando iluminan la noche"

Abrazos y salud.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Ramón.
Abrazos.

Ramón Carballal escribió:Me adentro en tu boca en busca del silencio.
Agujero húmedo por donde resbala el miedo,
busco la latitud de las frases que no sean isla,
náufrago de tus ideas me escondo en el soportal
de tus concavidades, intuyendo el eco, el latido,
todo lo que habla en ti por dentro. Tú, la larga
memoria en hilos bajo la tráquea como un almacén
sin fondo, el simulacro de una oración que se escapa
con tu aliento hacia el oído blanco, inocente, que soy yo.
En tu corazón está la verdad, pero tu verdad no vocaliza,
tu verdad es pétrea como el poro del granito, no emerge
ni habla, no vibra ni entona, no susurra ni grita, y yo
que me lanzo al abismo, en la negra grieta donde
el lenguaje aún no existe, solo el cuerpo, la pasión,
lo físico como un estallido mudo, sin palabras,
igual que los astros cuando iluminan la noche.

Gran poema Ramón que he disfrutado con tu palabra e imágenes.
Abrazos amigo