Editorial Alaire

Separo la amarilla sustancia de los otoños perpetuados



El otoño ha surgido entre melancólicas gotas de perennidades
Siento la palabra en mi piel sin miramientos
Todo lo que el alma sufre en lo magnánimo
Es solo la decrepitud de los ángeles de mi soledad
Y el viento sopla la razón carismática
El otoño aletarga tiempos del ser
La ausencia que no volverá a retornar
Por eso la voz de un canto a los dioses
Por eso esa bella melancolía vivida en la resurrección
De un lagarto universal entre los logotipos
Miro la playa desértica de las intimidades
No se puede dudar un minuto
Cuando el sol en su ciclo galopa en viento
Que es la sangre de la humilde versificación

JAVIER DICENZO

Tienes razón, hay épocas, quizá el otoño sea una de ellas, que las palabras se sienten hasta en la piel. Supongo que habrá miles de estudios sobre el cambio que las estaciones producen en nuestro espiritu, y en nuestra piel (al fin y al cabo es cuerpo también).

Gracias por compartirlo, Javier, y por hacerme pensar.


Blanca

javierdicenzo80 escribió:Separo la amarilla sustancia de los otoños perpetuados



El otoño ha surgido entre melancólicas gotas de perennidades
Siento la palabra en mi piel sin miramientos
Todo lo que el alma sufre en lo magnánimo
Es solo la decrepitud de los ángeles de mi soledad
(...)

JAVIER DICENZO

Un abrazo blanca gracias por pasar por aca.
javier