Editorial Alaire

FUIMOS LUZ

Nosotros que fuimos huéspedes de la luz,
ahora siento que las sombras me arrebatan
tus formas de luna femenina y me sobrecoge
esta espesa oscuridad con su embestida
y con su avariciosa ansia. Tú y yo ahora
sobre el mutismo, fundiéndose nuestra voz estremecida
entre mordazas reflejadas en el fondo del espejo.
Pero a veces nada importa porque me llega de súbito
desde la hondura de tu sangre un grito caudaloso
que fue concebido en el vientre estéril del silencio
y se derrama sobre la inocencia de mi boca.
Hay momentos en que tus manos me nacen ausentes
y a borbotones de caricias se aproximan pulcras a mi piel
y un vendaval de rosas amarillas pueblan mi cintura
igual que tempestad marina en la vigilia de esas noches
en que necesito asomarme al océano de tu ojos
y contemplar las caracolas de espuma misteriosa
hasta que el amanecer de tus senos me llegue
como un temblor de cataclismo que en la trinchera
del mediodía defiende el ansia de compartir la sed
para bebernos los dos de un mismo labio.

Hermoso poema lleno de luz con bellas y logradas imágenes. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Buen poema que hay que añadir a tu extensa cuenta, Rafael.

Rafael


Tu poesía es luz...Belleza
imágenes que brotan
en un mar versos...


Te felicito, querido amigo


Un abrazo fuerte

Intensa profundidad que fluye conmovedora entre tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Buen poema, Rafael. Todo un placer pasarme por tus versos.
Abrazos.

Pilar gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Muy bonito poema sentimental Rafael, me ha gustado leerlo.
Un saludo con mi respeto.

Rafael Valdemar escribió:FUIMOS LUZ

Nosotros que fuimos huéspedes de la luz,
ahora siento que las sombras me arrebatan
tus formas de luna femenina y me sobrecoge
esta espesa oscuridad con su embestida
y con su avariciosa ansia. Tú y yo ahora
sobre el mutismo, fundiéndose nuestra voz estremecida
entre mordazas reflejadas en el fondo del espejo.
Pero a veces nada importa porque me llega de súbito
desde la hondura de tu sangre un grito caudaloso
que fue concebido en el vientre estéril del silencio
y se derrama sobre la inocencia de mi boca.
Hay momentos en que tus manos me nacen ausentes
y a borbotones de caricias se aproximan pulcras a mi piel
y un vendaval de rosas amarillas pueblan mi cintura
igual que tempestad marina en la vigilia de esas noches
en que necesito asomarme al océano de tu ojos
y contemplar las caracolas de espuma misteriosa
hasta que el amanecer de tus senos me llegue
como un temblor de cataclismo que en la trinchera
del mediodía defiende el ansia de compartir la sed
para bebernos los dos de un mismo labio.

Aunque, personalmente, no soy adepta a los poemas románticos, veo la flama de la pasión encendida en tus bellos versos, Rafael Valdemar, y esa es la magia de la vida. Abrazos, ERA

Enrique gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

"Hay momentos en que tus manos me nacen ausentes
y a borbotones de caricias se aproximan pulcras a mi piel
y un vendaval de rosas amarillas pueblan mi cintura
igual que tempestad marina en la vigilia de esas noches"

Un lírica hermosa y apasionada. El poeta se entrega a sus versos y arrastra al lector en su llamada.

Todo un placer de lectura, amigo Rafael.

Un abrazo

Hermoso trabajo, amigo Rafael.
Abrazos.

Ricardo gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael