Encuentros y desiertos
Publicado: Sab, 29 Ago 2020 12:55
Las calles no siempre te encuentran.
A veces, desmiden distancias
y te dejan lejos
como en un eterno túnel
que aún en espacios abiertos
sofoca, te aprieta.
Bifurcaciones extrañas
surgen, inesperadas, a tu paso
y entonces,
brotan decisiones a tu alrededor,
subiéndote por la garganta,
trepándote las piernas,
seduciéndote con sus probabilidades
tan ciertamente improbables.
Decisiones
esperando ser tomadas
para escribir tu destino...
Y doblás tu inocencia en esa esquina,
cruzás a la vereda de las sombras,
te apurás y de pronto te das cuenta
de que nadie te corre,
de que solo sos vos con tu propia carrera.
Y te serenás
o es tu paso el que se serena.
Y volvés a cruzar la calle
aunque la cuadra siga estando quieta.
Te vas adonde llega el sol
porque es necesaria
su presencia de siesta.
Dejás caer los hombros.
Permitís a tu impecable imagen
relajarse un poco
caminar no tan derecha.
Pensás en cuántas veces
pisaste sin ver,
sin advertir siquiera
el dibujo, los trazados
en estas mismas veredas...
¿Las calles?
Las calles no siempre te encuentran.
A veces, las encontrás vos
y otras tantas,
te desiertan.
A veces, desmiden distancias
y te dejan lejos
como en un eterno túnel
que aún en espacios abiertos
sofoca, te aprieta.
Bifurcaciones extrañas
surgen, inesperadas, a tu paso
y entonces,
brotan decisiones a tu alrededor,
subiéndote por la garganta,
trepándote las piernas,
seduciéndote con sus probabilidades
tan ciertamente improbables.
Decisiones
esperando ser tomadas
para escribir tu destino...
Y doblás tu inocencia en esa esquina,
cruzás a la vereda de las sombras,
te apurás y de pronto te das cuenta
de que nadie te corre,
de que solo sos vos con tu propia carrera.
Y te serenás
o es tu paso el que se serena.
Y volvés a cruzar la calle
aunque la cuadra siga estando quieta.
Te vas adonde llega el sol
porque es necesaria
su presencia de siesta.
Dejás caer los hombros.
Permitís a tu impecable imagen
relajarse un poco
caminar no tan derecha.
Pensás en cuántas veces
pisaste sin ver,
sin advertir siquiera
el dibujo, los trazados
en estas mismas veredas...
¿Las calles?
Las calles no siempre te encuentran.
A veces, las encontrás vos
y otras tantas,
te desiertan.