Editorial Alaire

Ricardo Linares escribió:Un buen poema, Beatriz, me ha gustado, porque el silencio o estar en silencio, te hace aprender muchas cosas, pero, también es cierto, que hay momentos para exponer los sentimientos, sea cual fuere estos.
Un placer estar en tus letras.
Un saludo con mi respeto.

Ricardo López Castro escribió:Es sin duda un poema maduro y compacto.
Es la mar de difícil esgrimir un discurso en torno a algo en concreto, y más como es el silencio, algo tan manido y recurrente en poesía.
Mi más sincera enhorabuena por este bellísimo hacer poético, compañera.
Abrazos y felicidad.

Antonio Arjona escribió:A veces el silencia suena más que el ruido y la mudez, más que el habla, sin embargo hay que ponerle traba al silencio si este es impuesto.
Buen poema de versos con rimas continuadas.
Un cordial saludo.

Ricardo Serna G escribió:Beatriz

El silencio es base de la inspiración...Pero hay
dejar que el pensamiento brille intensamente
como tu poema..

Te felicito... tiene ritmo y tema que apasiona


Un abrazo fuerte, querida amiga

Rafel Calle escribió:Arriba con este hermoso trabajo, amiga Beatriz.
Abrazos.

Beatriz Hernando Moral escribió:Un silencio atronador
ocultaba su voz.

¿Por qué no hablas? Le decían.
Su silencio respondía.

El silencio, su identidad.
No la entendían.
El silencio, su cautividad.
No la veían.

Mil y un insultos recibía
que su silencio consentía.

Presa de mil etiquetas
que para nada merecidas.
Presa de un yo impuesto
que para nada cierto.

En sus ojos miedo percibía
ante lo que no transmitía.

Su silencio no era lo que más le dolía,
era la indiferencia que percibía
lo que cada día su boca cosía.

Tras desprecios que recibía
sus miradas al suelo dirigían,
día tras día,
aquellos que ni querían, ni sabían
cómo se sentía.

El silencio, su identidad.
Eres así, le decían.
El silencio, su cautividad.
Eres callada, le decían.

Mientras en silencio componía
con las lágrimas que caían,
día tras día,
los versos que en silencio leería
el resto de sus días.

Era el silencio y soledad
su impuesta identidad.

¿Por qué no hablas? Le decían.
En silencio respondía.
Mi silencio, mi filosofía.

E. R. Aristy escribió:

Beatriz Hernando Moral escribió:Un silencio atronador
ocultaba su voz.

¿Por qué no hablas? Le decían.
Su silencio respondía.

El silencio, su identidad.
No la entendían.
El silencio, su cautividad.
No la veían.

Mil y un insultos recibía
que su silencio consentía.

Presa de mil etiquetas
que para nada merecidas.
Presa de un yo impuesto
que para nada cierto.

En sus ojos miedo percibía
ante lo que no transmitía.

Su silencio no era lo que más le dolía,
era la indiferencia que percibía
lo que cada día su boca cosía.

Tras desprecios que recibía
sus miradas al suelo dirigían,
día tras día,
aquellos que ni querían, ni sabían
cómo se sentía.

El silencio, su identidad.
Eres así, le decían.
El silencio, su cautividad.
Eres callada, le decían.

Mientras en silencio componía
con las lágrimas que caían,
día tras día,
los versos que en silencio leería
el resto de sus días.

Era el silencio y soledad
su impuesta identidad.

¿Por qué no hablas? Le decían.
En silencio respondía.
Mi silencio, mi filosofía.

Bello poema, Beatriz. El poeta siempre escribe en varios niveles, el lector rápido se satisface con la envoltura, el lector receptivo escucha ese silencio, las cosas que sugiere lo impuesto y la soledad del Ser, ah!, esa soledad! Un abrazo, ERA

Beatriz Hernando Moral escribió:Un silencio atronador
ocultaba su voz.

¿Por qué no hablas? Le decían.
Su silencio respondía.

El silencio, su identidad.
No la entendían.
El silencio, su cautividad.
No la veían.

Mil y un insultos recibía
que su silencio consentía.

Presa de mil etiquetas
que para nada merecidas.
Presa de un yo impuesto
que para nada cierto.

En sus ojos miedo percibía
ante lo que no transmitía.

Su silencio no era lo que más le dolía,
era la indiferencia que percibía
lo que cada día su boca cosía.

Tras desprecios que recibía
sus miradas al suelo dirigían,
día tras día,
aquellos que ni querían, ni sabían
cómo se sentía.

El silencio, su identidad.
Eres así, le decían.
El silencio, su cautividad.
Eres callada, le decían.

Mientras en silencio componía
con las lágrimas que caían,
día tras día,
los versos que en silencio leería
el resto de sus días.

Era el silencio y soledad
su impuesta identidad.

¿Por qué no hablas? Le decían.
En silencio respondía.
Mi silencio, mi filosofía.

javier eguilaz escribió:

Beatriz Hernando Moral escribió:Un silencio atronador
ocultaba su voz.

¿Por qué no hablas? Le decían.
Su silencio respondía.

El silencio, su identidad.
No la entendían.
El silencio, su cautividad.
No la veían.

Mil y un insultos recibía
que su silencio consentía.

Presa de mil etiquetas
que para nada merecidas.
Presa de un yo impuesto
que para nada cierto.

En sus ojos miedo percibía
ante lo que no transmitía.

Su silencio no era lo que más le dolía,
era la indiferencia que percibía
lo que cada día su boca cosía.

Tras desprecios que recibía
sus miradas al suelo dirigían,
día tras día,
aquellos que ni querían, ni sabían
cómo se sentía.

El silencio, su identidad.
Eres así, le decían.
El silencio, su cautividad.
Eres callada, le decían.

Mientras en silencio componía
con las lágrimas que caían,
día tras día,
los versos que en silencio leería
el resto de sus días.

Era el silencio y soledad
su impuesta identidad.

¿Por qué no hablas? Le decían.
En silencio respondía.
Mi silencio, mi filosofía.

Buen poema Beatriz. Sobre ese "silencio" como -seña de identidad- en soledad (consentido-a en la forma de ser, del "ser").
Te felicito, por tratar el tema como lo haces. Nada habitual. Y además con buen ritmo, y musicalidad.
Me ha resultado muy agradable tropezarme con él, por como lo has pensado, y estructurado (para nada manido).
Besos Poetisa
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho