Dónde estás tú ahora
Publicado: Dom, 23 Ago 2020 16:16
Te levantas un día por la mañana y descubres tu nueva habitación. No recuerdas lo que has hecho durante la noche, tan solo que conociste unos abrazos que ahogaban y tu necesidad a flor de piel.
Has perdido la noción del tiempo, quizás también la del espacio. No tienes tu bolso contigo, por tanto tampoco tu documentación. Lo que no has perdido es tu olfato y sabes que necesitas una ducha para quitar el olor a sexo de tu piel.
Estás en una habitación sin ventanas, con una decoración en exceso recargada. Las paredes están vestidas con un papel rojo sangre y grandes motivos florales estampados en oro.
Un viejo ventilador se mueve cansinamente, y desde su estratégica posición contempla, con su inmensa sonrisa cruzada, tu rostro demacrado y tu mirada extraviada.
La habitación está desnuda, excepto una gran cama de agua colocada en diagonal; la ropa está caída en el suelo junto a un ramo de flores pisoteado.
Miras en los bolsillos de los vaqueros queriendo encontrar algún indicio, alguna pista de los bares de copas que anoche cerraste. Están llenos de sobrecitos de azúcar y no reconoces, en ellos, el nombre de tus lugares preferidos. Enrollados, con forma de canutillo, están dos trocitos de papel, víctimas de la ansiedad de quien con ellos jugaba mientras esperaba a ¿qué? o ¿dónde?
Deshaces con sumo cuidado esa obra de ingeniería del más puro estilo neurótico y descubres un logotipo con un nombre: Ace Hotel & Swim Club.
¿Será una broma pesada? Y lo más importante ¿dónde estás tú ahora?
Sales a la calle. Un sol abrasador te da de pleno en los ojos cegándote, no sin antes dejarte ver el exterior. Blancos bungalows, tejados bajos, rojos, dispuestos en un rectángulo con una piscina en el centro.
Una fuente de la que mana chocolate negro y espeso te recuerda que todo puede ser un mal viaje o un sueño lleno de mentiras, un mal sueño.
De una de las cocheras ves salir un Dodge del 63 y con matrícula California 735-CS.
¡No puede ser! Parece que hoy te has despertado en un motel de carretera, camino de las Vegas.
Tú no has viajado mucho y menos a los EE.UU. Piensas en el chico de anoche, ¿quizás te ha gastado una broma pesada?
Te han trasladado de ciudad, de estado, de nación, y por si fuera poco han retrocedido en el tiempo. Todo parece apuntar que están en los 60.
¿Pero qué pasa aquí? ¿Habéis perdido la razón? ¡Estamos en el 2020!
Y todos te miran con cara alelada, no hacen nada por ti, solo observan.
Una fiesta, allí en la lejanía de tus recuerdos y un comentario que hiciste, entre bromas, rayas, y risas.
“Me gustaría haber vivido la movida”
Y ahí estás tú, viviendo una historia de hace sesenta años.
¡Menudo regalo de cumpleaños!
No es buena la mezcla de cumpleaños y deseos insatisfechos. Y si a la fórmula le añadimos otras sustancias la vida puede llegar a complicarse.
Has perdido la noción del tiempo, quizás también la del espacio. No tienes tu bolso contigo, por tanto tampoco tu documentación. Lo que no has perdido es tu olfato y sabes que necesitas una ducha para quitar el olor a sexo de tu piel.
Estás en una habitación sin ventanas, con una decoración en exceso recargada. Las paredes están vestidas con un papel rojo sangre y grandes motivos florales estampados en oro.
Un viejo ventilador se mueve cansinamente, y desde su estratégica posición contempla, con su inmensa sonrisa cruzada, tu rostro demacrado y tu mirada extraviada.
La habitación está desnuda, excepto una gran cama de agua colocada en diagonal; la ropa está caída en el suelo junto a un ramo de flores pisoteado.
Miras en los bolsillos de los vaqueros queriendo encontrar algún indicio, alguna pista de los bares de copas que anoche cerraste. Están llenos de sobrecitos de azúcar y no reconoces, en ellos, el nombre de tus lugares preferidos. Enrollados, con forma de canutillo, están dos trocitos de papel, víctimas de la ansiedad de quien con ellos jugaba mientras esperaba a ¿qué? o ¿dónde?
Deshaces con sumo cuidado esa obra de ingeniería del más puro estilo neurótico y descubres un logotipo con un nombre: Ace Hotel & Swim Club.
¿Será una broma pesada? Y lo más importante ¿dónde estás tú ahora?
Sales a la calle. Un sol abrasador te da de pleno en los ojos cegándote, no sin antes dejarte ver el exterior. Blancos bungalows, tejados bajos, rojos, dispuestos en un rectángulo con una piscina en el centro.
Una fuente de la que mana chocolate negro y espeso te recuerda que todo puede ser un mal viaje o un sueño lleno de mentiras, un mal sueño.
De una de las cocheras ves salir un Dodge del 63 y con matrícula California 735-CS.
¡No puede ser! Parece que hoy te has despertado en un motel de carretera, camino de las Vegas.
Tú no has viajado mucho y menos a los EE.UU. Piensas en el chico de anoche, ¿quizás te ha gastado una broma pesada?
Te han trasladado de ciudad, de estado, de nación, y por si fuera poco han retrocedido en el tiempo. Todo parece apuntar que están en los 60.
¿Pero qué pasa aquí? ¿Habéis perdido la razón? ¡Estamos en el 2020!
Y todos te miran con cara alelada, no hacen nada por ti, solo observan.
Una fiesta, allí en la lejanía de tus recuerdos y un comentario que hiciste, entre bromas, rayas, y risas.
“Me gustaría haber vivido la movida”
Y ahí estás tú, viviendo una historia de hace sesenta años.
¡Menudo regalo de cumpleaños!
No es buena la mezcla de cumpleaños y deseos insatisfechos. Y si a la fórmula le añadimos otras sustancias la vida puede llegar a complicarse.