Editorial Alaire

Tengo una extraña sensación,
un pálpito,
un nervio eléctrico en el estómago
que me enfría y me sofoca
de manera constante,
constante e intermitente.

Esa sensación extraña
se hace fuerte cuando cae la noche,
lucho con toda la química disponible
por adormecer las ansias,
luchó hasta el vómito
para retener la explosión
de violencia que devora
una a una cada neurona.

Y fracaso,
siempre fracaso.

Crecí pensando que un hombre sin futuro
y una mujer con pasado
eran la mejor combinación
para una historia.
Y busqué por los sumideros
canciones de amor para obesos,
y colinas con vistas a la ciudad,
y transporté expresiones atormentadas
por las bibliotecas esotéricas...

Nunca resultaba fácil.

Es una empresa delicada
no poder levantarse del sofá,
admitir que los paraísos no existen
que la realidad se dicta
tras un negro espejo en HD,
admitir que ya no soy,
que perdí la capacidad de reconocernos
cuando follamos,
que prefiero el beso de la amapola
a mi glande en tus labios.

Si, queridos oyentes,
es una extraña sensación
la de ser el zombie
en esta horrible imitación de la vida,
pero ¡qué cojones!,
nos queda la música,
y siempre habrá un suelo
sobre el que desplomarse.

Un poema de alto impacto. Qué manera de tocar la fibra del lector, qué manera de ir depurando, una a una, las causas y consecuencias.
Te confieso que cuando leo tus trabajos, me apremia una sensación de orgullo hacia el género masculino. Es como si en tus objetos poéticos (personajes y procesos) primara el mejor hombre.

Abrazo de los grandes, querido amigo. Gracias por estar.

Me gustó el poema y quedé atrapada en tus versos. Precioso decir.
Abrazos
Pilar

Israel


El suelo no es el final, querido amigo
hay algo más allá que no queremos
llegar; mientras tanto
hay que levantarse y encontrar
la salida y la validez suprema
de la vida en nuestro interior....


Magnífico poema, tus versos tocan el alma

Un abrazo fuerte

Salud y felicidad AHORA

Me ha gustado mucho tu poema, Israel. Es uno de los tuyos con esa agitación vital y ese inconformismo con la realidad que tan bien sabes plasmar. Mi felicitación y un abrazo.

*tengo una duda con estos versos:
"que prefiero el beso de la amapola
que mi glande en tus labios"

No sé si sería más adecuado:
"que prefiero el beso de la amapola
a mi glande en tus labios"

En cualquier caso es una sugerencia que no afecta a la calidad del poema.

Israel Liñán escribió:
pero ¡qué cojones!,
nos queda la música,
y siempre habrá un suelo
sobre el que desplomarse.

Muy cierto, Israel. Un placer de lectura, compañero. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un poema de alto impacto. Qué manera de tocar la fibra del lector, qué manera de ir depurando, una a una, las causas y consecuencias.
Te confieso que cuando leo tus trabajos, me apremia una sensación de orgullo hacia el género masculino. Es como si en tus objetos poéticos (personajes y procesos) primara el mejor hombre.

Abrazo de los grandes, querido amigo. Gracias por estar.

Muchas gracias por tus palabras, querida amiga.

Un abrazo enorme. Gracias por leerme.

Pilar Morte escribió:Me gustó el poema y quedé atrapada en tus versos. Precioso decir.
Abrazos
Pilar

Gracias Pilar, un abrazo, compañera.

Ricardo Serna G escribió:Israel


El suelo no es el final, querido amigo
hay algo más allá que no queremos
llegar; mientras tanto
hay que levantarse y encontrar
la salida y la validez suprema
de la vida en nuestro interior....


Magnífico poema, tus versos tocan el alma

Un abrazo fuerte

Salud y felicidad AHORA

Cuanta razón hay en tus palabras, compañero.

Muchas gracias por tu comentario.

Salud y felicidad.

Ramón Carballal escribió:Me ha gustado mucho tu poema, Israel. Es uno de los tuyos con esa agitación vital y ese inconformismo con la realidad que tan bien sabes plasmar. Mi felicitación y un abrazo.

*tengo una duda con estos versos:
"que prefiero el beso de la amapola
que mi glande en tus labios"

No sé si sería más adecuado:
"que prefiero el beso de la amapola
a mi glande en tus labios"

En cualquier caso es una sugerencia que no afecta a la calidad del poema.

Gracias Ramón, tienes razón en tu observación, ya lo he cambiado.

Un abrazo compañero.

Luis M. escribió:

Israel Liñán escribió:
pero ¡qué cojones!,
nos queda la música,
y siempre habrá un suelo
sobre el que desplomarse.

Muy cierto, Israel. Un placer de lectura, compañero. Un abrazo.

Gracias por tu comentario Luis.

Un abrazo, compañero.

Israel Liñán escribió:Tengo una extraña sensación,
un pálpito,
un nervio eléctrico en el estómago
que me enfría y me sofoca
de manera constante,
constante e intermitente.

Esa sensación extraña
se hace fuerte cuando cae la noche,
lucho con toda la química disponible
por adormecer las ansias,
luchó hasta el vómito
para retener la explosión
de violencia que devora
una a una cada neurona.

Y fracaso,
siempre fracaso.

Crecí pensando que un hombre sin futuro
y una mujer con pasado
eran la mejor combinación
para una historia.
Y busqué por los sumideros
canciones de amor para obesos,
y colinas con vistas a la ciudad,
y transporté expresiones atormentadas
por las bibliotecas esotéricas...

Nunca resultaba fácil.

Es una empresa delicada
no poder levantarse del sofá,
admitir que los paraísos no existen
que la realidad se dicta
tras un negro espejo en HD,
admitir que ya no soy,
que perdí la capacidad de reconocernos
cuando follamos,
que prefiero el beso de la amapola
a mi glande en tus labios.
Si, queridos oyentes,
es una extraña sensación
la de ser el zombie
en esta horrible imitación de la vida,
pero ¡qué cojones!,
nos queda la música,
y siempre habrá un suelo
sobre el que desplomarse.

Buen poema Israel
!Que cojones! Siempre nos quedará...
Un fuerte abrazo Poeta
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho

Desgarrador poder descriptivo que entrecruza lo visceral y lo anímico, dura la lucha que se asoma en tus versos,
se escurre de ellos una dicotómica pulsión entre vida y autodestrucción.

Apuesto a tu música, a la distancia que te separa del suelo, a tu poesía y a la pronta llegada del amanecer que esperas.
Es un gran poema, lo sufrí contigo. Un abrazo.

Arriba con este hermoso e interesante trabajo, amigo Israel.
Abrazos.