Editorial Alaire

las tardes
ya lo sabemos
acaban por desaparecer
perdiéndose en la noche




-1-

Vagamente la estación
agota la añoranza de siglos


inadvertidamente
una muchacha olvidada
desvía su esplendor de primavera
perdiéndose entre los glaciares;


su cintura no era de plata
ni su talle destacaba entre almidones.


Regresa al camino, le dije.
No derrames tus ojos en porcelanas oscuras.
Respondió que era tiempo de partidas
de suicidios y eutanasias
de no elegir la vida
para no tener que escoger la muerte




-2-


Ella había partido
sin emociones que disimular,
bajo los auspicios de un cielo azorado
precipitaba sus pasos al vacío;


yo la hubiera hundido en mi pecho
arrancándola de la hiel y del cemento.


Predestinada a la ausencia
ella renunciaba cada soplo que hacia su afecto
de mis labios partía


no elegía la cruz, ni la espada, ni la corona, ni la ceniza;
ni siquiera se sorteaba en lamentos,
desnuda, sin más atavío que sus dudas
la olvidada muchacha
giró su estampa hacia la nada

.

He transcurrido entre tus versos. Dejas irse a la muchacha con la suavidad de un pensamiento, sin reproches, sin gritos, sin llantos. Así, despacio y lenta como la vida, paseando hasta la nada. Me ha gustado el planteamieneto.

Un saludo cordial.

Como ya te he comentado, magnífico, Grande, en todo. Penetra en forma de dulce magia. Un saludo

Coincido con el comentario de Ignacio. Lo he leído varias veces y siempre me deja la misma sensación, es un transcurrir dulce y pausado desde el todo hasta la nada.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Ignacio Fajardo escribió:He transcurrido entre tus versos. Dejas irse a la muchacha con la suavidad de un pensamiento, sin reproches, sin gritos, sin llantos. Así, despacio y lenta como la vida, paseando hasta la nada. Me ha gustado el planteamieneto.

Un saludo cordial.

Alonso de Molina escribió: las tardes
ya lo sabemos
acaban por desaparecer
perdiéndose en la noche




-1-

Vagamente la estación
agota la añoranza de siglos


inadvertidamente
una muchacha olvidada
desvía su esplendor de primavera
perdiéndose entre los glaciares;


su cintura no era de plata
ni su talle destacaba entre almidones.


Regresa al camino, le dije.
No derrames tus ojos en porcelanas oscuras.
Respondió que era tiempo de partidas
de suicidios y eutanasias
de no elegir la vida
para no tener que escoger la muerte




-2-


Ella había partido
sin emociones que disimular,
bajo los auspicios de un cielo azorado
precipitaba sus pasos al vacío;


yo la hubiera hundido en mi pecho
arrancándola de la hiel y del cemento.


Predestinada a la ausencia
ella renunciaba cada soplo que hacia su afecto
de mis labios partía


no elegía la cruz, ni la espada, ni la corona, ni la ceniza;
ni siquiera se sorteaba en lamentos,
desnuda, sin más atavío que sus dudas
la olvidada muchacha
giró su estampa hacia la nada

.

TRISTE DESTINO,incertidumbres,existen tantas jovenes extraviadas,ataviadas de dudas,empiezan la vida y sin embargo sufren tanto,por amor u olvido como bien dices
UN BELLO Y TRISTE POEMA,saludos

Ignacio Fajardo escribió:He transcurrido entre tus versos. Dejas irse a la muchacha con la suavidad de un pensamiento, sin reproches, sin gritos, sin llantos. Así, despacio y lenta como la vida, paseando hasta la nada. Me ha gustado el planteamieneto.

Un saludo cordial.

Gracias Ignacio por tu buena lectura y comentario certero.


te mando un abrazo

.

Aigua Maria escribió:Como ya te he comentado, magnífico, Grande, en todo. Penetra en forma de dulce magia. Un saludo

muchas gracias querida amiga por tu amable comentario

un abrazo para ti

.

Ana Villalobos Carballo escribió:Coincido con el comentario de Ignacio. Lo he leído varias veces y siempre me deja la misma sensación, es un transcurrir dulce y pausado desde el todo hasta la nada.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Ignacio Fajardo escribió:He transcurrido entre tus versos. Dejas irse a la muchacha con la suavidad de un pensamiento, sin reproches, sin gritos, sin llantos. Así, despacio y lenta como la vida, paseando hasta la nada. Me ha gustado el planteamieneto.

Un saludo cordial.

gracias Ana por tu apreciación
y por estar siempre

un beso con abrazo

.

.

Respondió que era tiempo de partidas
de suicidios y eutanasias
de no elegir la vida
para no tener que escoger la muerte

Es una renuncia a la vida. Cuando nada mas tiene objeto y hasta la espera se hace pesada. Dura alternativa. APLAUSOS.

Abrazos - Iben


.

Es muy poético, Alonso, y aún así, yo -pragmática que es una-, yo le daba un capón a la muchacha olvidada... pero un buen capón, a ve si así se enteraba de que la vida hay que pelearla. Pelearla, sí: no esperar que nos la den, ya, peleada : )

Tú eres un luchador nato, creo que me entiendes.

Blanca

Alonso de Molina escribió: las tardes
ya lo sabemos
acaban por desaparecer
perdiéndose en la noche




-1-

Vagamente la estación
agota la añoranza de siglos
(...)

.

Genesis, amiga

muchísimas gracias por tu amable comentario

un abrazo para ti

.

Hola Alonso. Todo el poema fluye con una cadencia armoniosa y fluida amarrada a la marcha de la muchacha a la que dejas ir sin apenas preguntas.
La lectura, sosegada y plácida, deja en su final como un poso de paz.
Me gustó. Un abrazo.
Mario.

Iben Xavier Lorenzana escribió:.

Respondió que era tiempo de partidas
de suicidios y eutanasias
de no elegir la vida
para no tener que escoger la muerte

Es una renuncia a la vida. Cuando nada mas tiene objeto y hasta la espera se hace pesada. Dura alternativa. APLAUSOS.

Abrazos - Iben


.

la existencia de la gente, amigo Iben,
está basada en la toma de decisiones, unas más cruciales que otras

te agradezco tu certero comentario

.

Blanca Sandino escribió:Es muy poético, Alonso, y aún así, yo -pragmática que es una-, yo le daba un capón a la muchacha olvidada... pero un buen capón, a ve si así se enteraba de que la vida hay que pelearla. Pelearla, sí: no esperar que nos la den, ya, peleada : )

Tú eres un luchador nato, creo que me entiendes.

Blanca

Alonso de Molina escribió: las tardes
ya lo sabemos
acaban por desaparecer
perdiéndose en la noche




-1-

Vagamente la estación
agota la añoranza de siglos
(...)

.

Gracias por tu comentario pragmático querida amiga,
y gracias por lo de luchador nato ¿tanto me conoces?


un fuerte abrazo

.

Mario Martínez escribió:Hola Alonso. Todo el poema fluye con una cadencia armoniosa y fluida amarrada a la marcha de la muchacha a la que dejas ir sin apenas preguntas.
La lectura, sosegada y plácida, deja en su final como un poso de paz.
Me gustó. Un abrazo.
Mario.

Muchas gracias Mario por tu certero comentario

te mando un abrazo

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