Editorial Alaire

F. Enrique escribió:Un placer haber leído tu poema, Beatriz.

Ricardo Serna G escribió:

El día que aquel último pequeño mundo
se rompa,
ese día nuestro mundo,
tal y como lo conocemos, será moribundo.

Beatriz

Todos somos un pequeño mundo
que si desaparece, todo lo demás,
tiembla y se convierte en ruinas...


Me da gusto pasar por tu poesía, querida amiga

Un abrazo fuerte

Pilar Morte escribió:Muchos mundos nos visitan y lo acertado es saber elegir. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:Bienvenida seas, Beatriz.

He visto en tu perfil que eres una autora muy joven; gracias por compartir tus trabajos poéticos.

Las piedras y su invisible poder de construcción, de choque, de cambio...

Un abrazo y mucha felicidad.

Beatriz Hernando Moral escribió:

Millones de mundos conviven en uno,
chocan, se resquebrajan, lloran,
de muchos tan solo piedras huecas quedan,
piedras sin destino ni motivo flotan,
tan solo chocan.

Así los pequeños mundos,
tan poderosos y profundos,
se apagan.
Solos van quedando ante tumultos
de endurecidas y vacías piedras,
luchando por no quedar
enterrados entre ellas.

El día que aquel último pequeño mundo
se rompa,
ese día nuestro mundo,
tal y como lo conocemos, será moribundo.

Ni las piedras flotarán,
pues ya no tendrán más que chocar,
ya no tendrán más que destruir,
tan solo sucumbir
ante la victoria del sin vivir.

Así pequeños mundos aunque os hagan llorar,
nunca dejéis de brillar.
Y cuando os quieran chocar,
tan solo bailad,
las piedras lejos irán.

Armilo Brotón escribió:Bienvenida Beatriz. Todo un mundo de exploración de la vida es la poesía que seguro te dará grandes satisfacciones.
Un abrazo y salud

E. R. Aristy escribió:

Beatriz Hernando Moral escribió:

Millones de mundos conviven en uno,
chocan, se resquebrajan, lloran,
de muchos tan solo piedras huecas quedan,
piedras sin destino ni motivo flotan,
tan solo chocan.

Así los pequeños mundos,
tan poderosos y profundos,
se apagan.
Solos van quedando ante tumultos
de endurecidas y vacías piedras,
luchando por no quedar
enterrados entre ellas.

El día que aquel último pequeño mundo
se rompa,
ese día nuestro mundo,
tal y como lo conocemos, será moribundo.

Ni las piedras flotarán,
pues ya no tendrán más que chocar,
ya no tendrán más que destruir,
tan solo sucumbir
ante la victoria del sin vivir.

Así pequeños mundos aunque os hagan llorar,
nunca dejéis de brillar.
Y cuando os quieran chocar,
tan solo bailad,
las piedras lejos irán.

Beatriz, me conmueve esta alegoría cósmica. El hombre ha sido denominado como el microcosmo, y si, cuanta es ;a valia de cada uno de nosotro, sin embargo, cómo gimen tus versos! Es cierto que somos piedras y que chocamos y cada civilización muere en ruinas...En la fe judeo-cristiana, dicen que somos piedrecitas y que al morir recibimos nuestro eterno nombre . Abrazos, ERA