Editorial Alaire

En estas horas aciagas
de puertas que dan la cara,
yo te cito muerte para
hablarte de mi razón.
No me importa como lo hagas,
presta acércate a mi lecho
que ya cumplí con mi trecho
y me sangra el corazón.
***
¡OH! De espinas cruel sendero,
de trabajos y temores,
¿Dónde quedaron amores
que la vida prometió?
Tengo el sentir plañidero,
del mirar me brotan mares
y me pueden los pesares.
La dicha me abandonó.
***
Se apagaron las linternas,
la luz perdió la batalla,
la vida no da la talla
y el camino se acabó.
Ya no veo las lucernas
que iluminaron mi otrora,
es mejor morir ahora.
La tristeza me venció.

Muy bien construido y sentido tu poema, Antonio.
Me temo que la muerte es díscola y tiene una agenda muy suya.
Mientras llega, hay millares de aulas donde apuntarnos para los cursos de su antónima: la vida.

Abrazo y felicidad.

Antonio


Espero que sea poesía simplemente- tema difícil de tratar, en realidad-
y como tal, es maravilloso su ritmo , y la forma y tema nos atrapa, me atrapa.
Hablar con la muerte de tú a tú, solicitar su presencia y su abrazo
es de valientes...( y yo tengo un poco de miedo)...


Te felicito es un magnífico poema


Un abrazo fuerte, querido amigo
Feliz domingo en compañía de tu familia

Muchísimas gracias F. Enrique, salud.

Gracias Hallie, un abrazo. Salud.

¿Dónde está el poema?

Antonio Arjona escribió:De lo mejor que te he leído en este tipo estrofas "regladas" de las que eres un verdadero maestro.

Todo un placer disfrutarlas.

Abrazos y salud.

Antonio, no veo el poema
un abrazo

Amigo Antonio:
Al parecer tu poema se ha borrado. No sabemos el porqué. Si nos envías el poema, nosotros te lo arreglaremos. Puedes enviármelo en un mensaje privado o puedes publicarlo aquí mismo (no borres ningún mensaje, así nosotros podremos repararlo).
Abrazos.

De acuerdo Rafel, sé que eran octavillas agudas, y que forman parte de mi segundo libro. Intentaré recuperarlas, aunque son 150 poemas.
Lo editaré aquí mismo.

Ignoro si son estas las octavillas desaparecidas, de todas maneras, si no lo fueran, creo que son las más acertadas al título.
Un abrazo amigo Rafel
***
No me hables de tus amores
que de amores tú no entiendes
ni conoces ni comprendes
las cosas del corazón.
No es que me puedan rencores,
pero me duele en el alma
tu indiferencia y tu calma
más tu falta de razón.

Yo soñaba maravillas,
te veía enamorada
y en mis brazos entregada
cual la más límpida flor.
No fuiste flor, sino arcillas
que al abrazarte con fuerza,
perdiste toda pureza
y se rompió nuestro amor.

Frágil cántaro fingido
que pareciese estar lleno
del amor más puro y bueno
y al tomarlo reventó.
Soy poeta que afligido
con el alma ya rendida,
hoy lame su propia herida
por un amor que acabó.

No te culpo del fracaso,
sé de sobra que el poeta
pone difícil la meta
cuando se trata de amar.
Tal vez sea en el parnaso
que entre tantas soñadoras
como musas voladoras,
pueda el amor encontrar.

Amigo Antonio; este no es el poema que habías publicado.
Hablaba sobre tu deseo de morir ahora y ahondabas en esa posibilidad.
Era una queja muy lírica y brillante donde pedías a la muerte que viniera a por ti.

Un abrazo grande.

Ya veo que lo pudiste arreglar, Hallie, me alegro porque había poetas que preguntaban por él. Como bien dices, no era el editado más arriba, lo localicé más tarde .
Un abrazo.

Vibrante y sobrecogedor querido amigo... instantes que encuentran desahogo...
Un gusto leerte...cuídate mucho y buen fin de semana!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Lunamar, un beso.