Niños ingenieros por "niños yunteros", para Alejandro Costa
Publicado: Mar, 23 Jun 2020 7:06
Niños ingenieros
Han pasado unos setenta años...
y tenías razón, Miguel,
las cadenas de aquellos niños yunteros,
las cortaron los jornaleros
que un día fueron niños... y yunteros.
En la rural España
campesina y artesana,
curtidos por el hambre, el sol y el viento
y buscando la suerte, con el esfuerzo;
cuando las migajas tenían su valor
y el único horizonte
era aquellos campos extensos,
“yunta para aquí, yunta para allá”
abriendo la tierra en canal.
Y haciendo de ama de cría
(pues... no haber sido los primeros)
en jarras con el benjamín,
y de capitán de la prole
“como mayores”
por exigencias del guion.
Y que por riguroso orden dinástico,
la ropa pasaba de unos a otros
y que al último, no veas...
como le llegaba de remendada.
Cuando los niños llegaban a ser
los “príncipes de la casa”,
como mucho, y era un buen rango.
Y llegó la revolución industrial
(años después, la tecnológica),
los “príncipes” se convirtieron en “reyes”
y los yunteros... en ingenieros.
Cuánto saben, parece que nacen sabiendo,
que listos y guapos, “los más”;
y que pocos, poquísimos... diría yo.
Podrán soportar el sistema...
“el sistema del bienestar”,
aun con las máquinas
y con las nuevas tecnologías...
Me temo, que o mucho cambian las cosas...
No me salen las cuentas.
¡Eh! Miguel,
¿qué hacemos con los niños ingenieros?,
¿dónde están los jornaleros?,
los jornaleros ingenieros.
Cuando los sabios, vuelvan a tomar los mandos,
cómo nos justificamos... ¡que coño les contamos!
A quién le toca salvar a los niños ingenieros,
“educados muchas veces por sus abuelos”,
y también, un poco, su juguete de última hora.
Algunos de ellos, fueron niños yunteros...
¿Qué ingeniero o yuntero o jornalero
les librara de sus cadenas
(las cadenas de la modernidad tecnológica)
a nuestros niños ingenieros?
Vaya papela les dejamos...
a nuestros anhelados sabios.
Como para venir corriendo...
a solucionarlo. ¿No?
javier eguílaz
Por y para Miguel Hernández, que con su sensata sencillez, demostró que se puede” llamar la atención” sin rimbombancias y sin necesidad de rizar el rizo.
Y, por sus orígenes, trayectoria... en lucha por sus ideas, y también con alguna que otra disputa con algún grande de su época; demostrando que “el librepensamiento” está por encima y al margen del sentimiento, y la historia lo reconoce, en sensatez.
Y luchando contra el sufrimiento... hasta el último día de su vida. Con esa sensibilidad "que es privilegio de dioses". Javier
Han pasado unos setenta años...
y tenías razón, Miguel,
las cadenas de aquellos niños yunteros,
las cortaron los jornaleros
que un día fueron niños... y yunteros.
En la rural España
campesina y artesana,
curtidos por el hambre, el sol y el viento
y buscando la suerte, con el esfuerzo;
cuando las migajas tenían su valor
y el único horizonte
era aquellos campos extensos,
“yunta para aquí, yunta para allá”
abriendo la tierra en canal.
Y haciendo de ama de cría
(pues... no haber sido los primeros)
en jarras con el benjamín,
y de capitán de la prole
“como mayores”
por exigencias del guion.
Y que por riguroso orden dinástico,
la ropa pasaba de unos a otros
y que al último, no veas...
como le llegaba de remendada.
Cuando los niños llegaban a ser
los “príncipes de la casa”,
como mucho, y era un buen rango.
Y llegó la revolución industrial
(años después, la tecnológica),
los “príncipes” se convirtieron en “reyes”
y los yunteros... en ingenieros.
Cuánto saben, parece que nacen sabiendo,
que listos y guapos, “los más”;
y que pocos, poquísimos... diría yo.
Podrán soportar el sistema...
“el sistema del bienestar”,
aun con las máquinas
y con las nuevas tecnologías...
Me temo, que o mucho cambian las cosas...
No me salen las cuentas.
¡Eh! Miguel,
¿qué hacemos con los niños ingenieros?,
¿dónde están los jornaleros?,
los jornaleros ingenieros.
Cuando los sabios, vuelvan a tomar los mandos,
cómo nos justificamos... ¡que coño les contamos!
A quién le toca salvar a los niños ingenieros,
“educados muchas veces por sus abuelos”,
y también, un poco, su juguete de última hora.
Algunos de ellos, fueron niños yunteros...
¿Qué ingeniero o yuntero o jornalero
les librara de sus cadenas
(las cadenas de la modernidad tecnológica)
a nuestros niños ingenieros?
Vaya papela les dejamos...
a nuestros anhelados sabios.
Como para venir corriendo...
a solucionarlo. ¿No?
javier eguílaz
Por y para Miguel Hernández, que con su sensata sencillez, demostró que se puede” llamar la atención” sin rimbombancias y sin necesidad de rizar el rizo.
Y, por sus orígenes, trayectoria... en lucha por sus ideas, y también con alguna que otra disputa con algún grande de su época; demostrando que “el librepensamiento” está por encima y al margen del sentimiento, y la historia lo reconoce, en sensatez.
Y luchando contra el sufrimiento... hasta el último día de su vida. Con esa sensibilidad "que es privilegio de dioses". Javier