no sé decir no
Publicado: Lun, 22 Sep 2008 21:30
A vueltas sin saber si es virtud o vicio,
a medio camino entre dar o recibir,
mi mayor defecto según mis mejores enemigos
es que no sé decir no.
El hilo de negra sangre colgando de mi nariz,
que limpio mirándome en el espejo del ascensor
antes de entrar en casa de madrugada,
os certificará que no me resisto a ninguna invitación
para ir a la puerta del bar o a sus lavabos.
Así es como busco también el amor
-o si lo preferis, la vida-
entre mujeres que nunca dijeron que no.
Bellas estupidas y conflictivas mujeres
de ojos sin vida y pechos como nubes
de los que los incautos se enamoran
para acabar deseando estrangular.
Debe ser que tengo dos manos izquierdas
y es por ello que no puedo asir la barandilla
de la escalera de la salvación ni del cadalso.
Que me desenvuelvo con extrema torpeza
y cuando señalo algo que ambiciono
parezca estrábico, y Dios no acierta con lo que le pido
o, posiblemente, me castigue concediéndome
los juguetes de mis suplicas
pero desprovistos de alma
que llene ese absurdo vacío que cree necesitarlos.
a medio camino entre dar o recibir,
mi mayor defecto según mis mejores enemigos
es que no sé decir no.
El hilo de negra sangre colgando de mi nariz,
que limpio mirándome en el espejo del ascensor
antes de entrar en casa de madrugada,
os certificará que no me resisto a ninguna invitación
para ir a la puerta del bar o a sus lavabos.
Así es como busco también el amor
-o si lo preferis, la vida-
entre mujeres que nunca dijeron que no.
Bellas estupidas y conflictivas mujeres
de ojos sin vida y pechos como nubes
de los que los incautos se enamoran
para acabar deseando estrangular.
Debe ser que tengo dos manos izquierdas
y es por ello que no puedo asir la barandilla
de la escalera de la salvación ni del cadalso.
Que me desenvuelvo con extrema torpeza
y cuando señalo algo que ambiciono
parezca estrábico, y Dios no acierta con lo que le pido
o, posiblemente, me castigue concediéndome
los juguetes de mis suplicas
pero desprovistos de alma
que llene ese absurdo vacío que cree necesitarlos.