Reproducción
Publicado: Sab, 06 Jun 2020 18:05

Socavones de plomo y de sulfuro,
en el cráter opaco de tu voz,
donde anida el horóscopo de las inmensidades,
y la muerte no vale mucho más que un milagro
penetrante en la niebla.
He cargado tus ojos con la pólvora
resiliente de la última contienda,
en que el fusilamiento acorraló palabras,
hasta dejar a solas la mirada.
Sobreviví al amor, pero el amor también sobrevivió.
Y cada vez que suenas por los pasillos lentos
del recuerdo, te beso,
como si fuese tuyo el orgullo de mis pasos.
Permanece el jazmín de tu piel sudorosa,
blanquecina, en mi almohada,
como un tul.
Ése es el camuflaje en que todos los rostros hivernan sus idilios.
Parecidos a ti, transparente visión del horizonte,
ah, mujer de mil vidas en un día,
ah, mujer de mil versos, mi poesía.
en el cráter opaco de tu voz,
donde anida el horóscopo de las inmensidades,
y la muerte no vale mucho más que un milagro
penetrante en la niebla.
He cargado tus ojos con la pólvora
resiliente de la última contienda,
en que el fusilamiento acorraló palabras,
hasta dejar a solas la mirada.
Sobreviví al amor, pero el amor también sobrevivió.
Y cada vez que suenas por los pasillos lentos
del recuerdo, te beso,
como si fuese tuyo el orgullo de mis pasos.
Permanece el jazmín de tu piel sudorosa,
blanquecina, en mi almohada,
como un tul.
Ése es el camuflaje en que todos los rostros hivernan sus idilios.
Parecidos a ti, transparente visión del horizonte,
ah, mujer de mil vidas en un día,
ah, mujer de mil versos, mi poesía.