De materia frágil
Publicado: Lun, 22 Sep 2008 20:33
«Oigo llorar a la materia»
.......... G. Bacovia.
................................ «Abatida hasta el polvo está mi alma»
........................................................Salmos 119,25
Atempera tu voz de aldaba: no los despiertes.
.......... Volaré en tu espuma -goteando sombras- para grabar
en micas y granitos sus rostros
(aunque me duela a flor de piel el nácar
y su memoria, su oscuridad de tiza y encerado),
mientras despeino colores de arsénico y cal viva.
De materia frágil, infrinjo dentelladas al orden,
afilo alumbres en tus piedras volcánicas
y conmovida, ato cristales a mis cabellos, los suspendo en tu seno
para que los vean crecer y les muestren sus caras,
sus ángulos perfectos: la paz de los cristales.
Sigue ahí. Callada. Inmarcesible, hasta que transparente de lluvia,
vegetal, blanquiazul, me abisme -Sara eterna- en tus osarios:
he de borrar el miedo de sus ojos,
y rescatar la última palabra que afloró a sus labios,
antes de que tú, enumeres sus gritos y acudan los demonios del agua
(arrebatan el alma a los cuerpos de arena).
Calla.
Déjame que encuentre la llave que abre sus silencios.
No los despiertes antes de que endurezca el brillo de metal de sus frentes,
cicatrice sus heridas, y recostada en ti, los nombre.
Calla:
que nadie te adivine en la luz, azulmente ahogada, que yace en sus pupilas.
.................................... Atempera tu voz -amada suya-
.................................................oye llorar a la materia:
..........................................«Abatida hasta el polvo está mi alma».
No los despiertes hasta que me presientan. Hasta que sueñen las gaviotas mi vuelo.
Blanca Sandino
.......... G. Bacovia.
................................ «Abatida hasta el polvo está mi alma»
........................................................Salmos 119,25
Atempera tu voz de aldaba: no los despiertes.
.......... Volaré en tu espuma -goteando sombras- para grabar
en micas y granitos sus rostros
(aunque me duela a flor de piel el nácar
y su memoria, su oscuridad de tiza y encerado),
mientras despeino colores de arsénico y cal viva.
De materia frágil, infrinjo dentelladas al orden,
afilo alumbres en tus piedras volcánicas
y conmovida, ato cristales a mis cabellos, los suspendo en tu seno
para que los vean crecer y les muestren sus caras,
sus ángulos perfectos: la paz de los cristales.
Sigue ahí. Callada. Inmarcesible, hasta que transparente de lluvia,
vegetal, blanquiazul, me abisme -Sara eterna- en tus osarios:
he de borrar el miedo de sus ojos,
y rescatar la última palabra que afloró a sus labios,
antes de que tú, enumeres sus gritos y acudan los demonios del agua
(arrebatan el alma a los cuerpos de arena).
Calla.
Déjame que encuentre la llave que abre sus silencios.
No los despiertes antes de que endurezca el brillo de metal de sus frentes,
cicatrice sus heridas, y recostada en ti, los nombre.
Calla:
que nadie te adivine en la luz, azulmente ahogada, que yace en sus pupilas.
.................................... Atempera tu voz -amada suya-
.................................................oye llorar a la materia:
..........................................«Abatida hasta el polvo está mi alma».
No los despiertes hasta que me presientan. Hasta que sueñen las gaviotas mi vuelo.
Blanca Sandino