Editorial Alaire

Ricardo Serna G escribió:El camino de la tristeza a la alegría


Sonreír es el remedio, para
aprovechar el tiempo, que
impulse enfurecidos olas prestadas, vistiendo
desnudos alambres de tristeza.

Es, donde el sol alumbra, y llega
con un corazón lleno, fuego
que quema el pájaro sin alas, y
llora por los nidos que ya se han marchado; abre
con una llave mágica, sin ruido, el río
de lava que baja danzando el eclipse del enemigo.

Allá, en rincones de esperanza, se tiñe
la pesadilla del miedo, de verdes recuerdos
en espejos, que suplen los pedales de la prisa
salvando los atropellos, a huérfanos
de alas, para el mañana.

Debajo de las lágrimas hay terreno fértil, sus velas
--bocas, ojos, labios y sueños—son silencios
que amarran las sombras buscando
la tímida desesperación en césped recién cortado.

Hay sonrisas, Venus, donde los nombres crecen, surgen
y cabalgan después del canto del gallo; víctimas
que se ocultan detrás de los rincones, aplastados
por pensamientos que abrirán sus vidas, canto
visible que hace llorar de alegría, que
mueve el espacio solo y recupera la cordura, que
ofrece un fuego apagado y una linterna, y
proyecta un camino que, antes, esconde, y
libera los remeros de su esclavitud, de la ópera del silencio.

Será un camino compartido hacia la felicidad.

xaime oroza carballo escribió:

Ricardo Serna G escribió:El camino de la tristeza a la alegría


Sonreír es el remedio, para
aprovechar el tiempo, que
impulse enfurecidos olas prestadas, vistiendo
desnudos alambres de tristeza.

Es, donde el sol alumbra, y llega
con un corazón lleno, fuego
que quema el pájaro sin alas, y
llora por los nidos que ya se han marchado; abre
con una llave mágica, sin ruido, el río
de lava que baja danzando el eclipse del enemigo.

Allá, en rincones de esperanza, se tiñe
la pesadilla del miedo, de verdes recuerdos
en espejos, que suplen los pedales de la prisa
salvando los atropellos, a huérfanos
de alas, para el mañana.

Debajo de las lágrimas hay terreno fértil, sus velas
--bocas, ojos, labios y sueños—son silencios
que amarran las sombras buscando
la tímida desesperación en césped recién cortado.

Hay sonrisas, Venus, donde los nombres crecen, surgen
y cabalgan después del canto del gallo; víctimas
que se ocultan detrás de los rincones, aplastados
por pensamientos que abrirán sus vidas, canto
visible que hace llorar de alegría, que
mueve el espacio solo y recupera la cordura, que
ofrece un fuego apagado y una linterna, y
proyecta un camino que, antes, esconde, y
libera los remeros de su esclavitud, de la ópera del silencio.

Será un camino compartido hacia la felicidad.

El vórtice laberíntico del remolino sencillo y averdazado del río de la vida, surge tu voz para compartir. Gracias
Un abrazo

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Hola, Ricardo. Me ha llamado mucho la atención la abundancia de encabalgamientos. Es como si le hubiese entrado hipo al poema. Interesante efecto. Me lo apunto. Saludos.

Simon Abadia escribió:Debajo de las lágrimas hay terreno fértil, sus velas
--bocas, ojos, labios y sueños—son silencios
que amarran las sombras buscando
la tímida desesperación en césped recién cortado.

Buen trabajo que lo he disfrutado. Interesante estos versos que reseño.
Abrazos
Simon

Ricardo Serna G escribió:Cambié la forma del poema...
espero que les guste así

Ricardo Serna G escribió:

El camino de la tristeza a la alegría


Sonreír es el remedio,
para aprovechar el tiempo,
que impulse enfurecidos olas prestadas,
vistiendo desnudos alambres de tristeza.

Es, donde el sol alumbra,
y llega con un corazón lleno,
fuego que quema el pájaro sin alas,
y llora por los nidos que ya se han marchado;
abre con una llave mágica, sin ruido,
el río de lava que baja danzando el eclipse del enemigo.

Allá, en rincones de esperanza,
se tiñe la pesadilla del miedo, de verdes recuerdos
en espejos, que suplen los pedales de la prisa
salvando los atropellos,
a huérfanos de alas, para el mañana.

Debajo de las lágrimas hay terreno fértil, sus velas
--bocas, ojos, labios y sueños—son silencios
que amarran las sombras buscando
la tímida desesperación en césped recién cortado.

Hay sonrisas, Venus, donde los nombres crecen,
Surgen y cabalgan después del canto del gallo;
Víctimas que se ocultan detrás de los rincones, aplastados
por pensamientos que abrirán sus vidas,
canto visible que hace llorar de alegría,
que mueve el espacio solo y recupera la cordura,
que ofrece un fuego apagado y una linterna,
y proyecta un camino que, antes, esconde, y
libera los remeros de su esclavitud, de la ópera del silencio.

Será un camino compartido hacia la felicidad.