Editorial Alaire

Dímelo ya, ¿quién eres?
la violencia de tu laberinto ataca mis ideas,
hace vivir el desgranado rol de la maldad.
Brujas sin sosiego,
maldad, maldad,
retazos de la bondad descolocada.

Dímelo, antes de cerrar los ojos,
¿a quién nombras
cuando excedes los contornos,
cuando el cuaderno hostiga el boceto
y el trazo llora como un niño enfermo?

Dímelo, dímelo,
¿es la carga de los mamelucos
esa pulsación abatida
que también quiso morir
en Burdeos?

La tauromaquia cuece el verbo justo
y el andamio persiste
en la denuncia.
La muerte sorda
vuelca sus atriles
y tu marcha retumba;
capricho,
incrédulo sueño,
que solo la voluntad
le sobra.

Estremece ponerse en la piel de quien por pura necesidad espiritual busca respuestas en alguien tan grande y misterioso. Intenso poema que busca indagar en la personalidad atormentada de un genio. Gran poema como no podía ser menos llevando tu firma. Abrazos.

Valoro muchísimo tu comentario, querido Ramón.

Gracias mil por ser y estar con nosotros.

Un fuerte abrazo.

Dímelo, antes de cerrar los ojos,
¿a quién nombras
cuando excedes los contornos,
cuando el cuaderno hostiga el boceto
y el trazo llora como un niño enfermo?


No es tan bella la vejez como nos la pintan. Siempre nos quedará la voluntad.
Muy bueno el poema, lleno de sentencias.
Te felicito.
Un abrazo.

Mil gracias por tu lectura y reflejo, Ana.

La vejez tan carente y golpeada debe ser muy dura.
Los tormentos de la genialidad son difíciles de evadir.

Un abrazo de los grandes.

Hallie

Caray! Me quedé temblando de emoción al leer tu poesía, querida amiga
llegó hasta el fondo del alma....

Te felicito, Magnífico poema



Un abrazo fuerte

Cuídate

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Carta de Goya a Martín Zapater de 28 de noviembre de 1787. “Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta, y solo la voluntad me sobra”.

Dímelo ya, ¿quién eres?
la violencia de tu laberinto ataca mis ideas,
hace vivir el desgranado rol de la maldad.
Brujas sin sosiego,
maldad, maldad,
retazos de la bondad descolocada.

Dímelo, antes de cerrar los ojos,
¿a quién nombras
cuando excedes los contornos,
cuando el cuaderno hostiga el boceto
y el trazo llora como un niño enfermo?

Dímelo, dímelo,
¿es la carga de los mamelucos
esa pulsación abatida
que también quiso morir
en Burdeos?

La tauromaquia cuece el verbo justo
y el andamio persiste
en la denuncia.
La muerte sorda
vuelca sus atriles
y tu marcha retumba;
capricho,
incrédulo sueño,
que solo la voluntad
le sobra.

Si hablas de la vejez , como dice Ana no es tan mala como se ve.
Nunca vi una actriz como Meryl Streep más orgullosa de sus arrugas, las de su boca de tanto besar o reir,
de sus bolsas debajo de sus ojos de tanto llorar.
Me ha gustado leer tu escrito, diferente y encantador, abrazos querida poetisa.-

Mil gracias por tu bondad al leerme, Ricardo.
Tu sensibilidad me juega a favor.

Abrazo de los grandes y feliz día, querido poeta.

Hola querida Mirta; no te imaginás cuánto me alegra verte aquí, comentando poemas y llenando de sensibilidad este espacio.

Hermosísimo tu comentario sobre Meryl Streep. Quizá la vejez sea una cosecha, un gran resultado de contingencias y sentidos.

Abrazo enorme para vos.
Cuidáte mucho.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Carta de Goya a Martín Zapater de 28 de noviembre de 1787. “Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta, y solo la voluntad me sobra”.

Dímelo ya, ¿quién eres?
la violencia de tu laberinto ataca mis ideas,
hace vivir el desgranado rol de la maldad.
Brujas sin sosiego,
maldad, maldad,
retazos de la bondad descolocada.

Dímelo, antes de cerrar los ojos,
¿a quién nombras
cuando excedes los contornos,
cuando el cuaderno hostiga el boceto
y el trazo llora como un niño enfermo?

Dímelo, dímelo,
¿es la carga de los mamelucos
esa pulsación abatida
que también quiso morir
en Burdeos?

La tauromaquia cuece el verbo justo
y el andamio persiste
en la denuncia.
La muerte sorda
vuelca sus atriles
y tu marcha retumba;
capricho,
incrédulo sueño,
que solo la voluntad
le sobra.

Siempre he admirado la voluntad de Goya y su caracter. En Fuendetodos en su casa vi unos detalles
que me reflejaron lo que digo. Los seís o siete bocetos que he tenido la suerte de ver me demostraron
parte de su vejez atormentada. Y tu imprimes los versos con maestría que me lo han recordado.
Es un gran poema que te agradezco haberlo podido leer.

Abrazos,

Mucha miga Hallie.
Has elaborado un poema totalmente en consonancia con la imagen.
La razón de por sí no existe, sino que cada uno tiene su percepción, experiencia y opinión.
El juicio de la verdad o la razón se pagaría muy caro porque sería algo novedoso y la gente suele pecar de mentalidad cerrada.
Pero aquí estamos nosotros para saber lo que verdaderamente esconden las apariencias.
Abrazos y felicidad.
Enhorabuena por esta perlita, sobretodo en sus dos últimas estrofas.

Magnifico, Hallie. La última estrofa es espectacular...
La frase que adjuntas... "El sueño de la razón produce monstruos" es una auténtica perla.
Leerte siempre produce un poco del despertar de la razón...
Abrazos y admiración por todo lo alto, querida amiga

Me ha emocionado mucho este poema. Traer a la palestra al inmenso Goya, su pasión por el arte, su Tauromaquia (ya me han dado ganas de subir algún poema sobre este Arte), sus aguafuertes en general es un regalo.
Inicié aquí, en Alaire, hace un tiempo, una serie de poemas sobre lo que me inspiraba la obra de Goya y con gran alegría me congratulo en tu pensamiento expresado en versos.
Un abrazo y salud

Poemazo, querida amiga. Qué bien has expresado la fuerza interior y creativa fe un genio. Un poema para enmarcar.
Abrazos
Pilar

Ah, ese trazo que llora como un niño enfermo...
Querida Hallie, me ha gustado mucho el poema, con esa fuerza hecha jirón en cada verso. Es uno de esos poemas en que la piel va quedándose en cada verso, como una mente desgajada de la realidad que en un sueño nos atormenta.
Todo un placer de lectura, vaya mi aplauso.

Un afectuoso abrazo, amiga.