Editorial Alaire

Era un día como hoy,
como hoy llovía a mares.
Se cerraron los colegios,
Nadie salía a la calle.
Solo un perro vagabundo
buscaba en los basurales
algo que echarse a la boca
sin ningún miedo a mojarse.
No se le escapó a la niña,
asomada a los cristales,
la soledad de una y otro;
trabajando están sus padres.
Mientras miraba pensó
hacer sitio en el garaje,
acurrucarse a su lado
y poco a poco acercarse.
Imaginó que era un lobo
en cierto modo fiable;
pensó ser Caperucita
por un día y un instante.
Pero recordó del cuento
un perturbador detalle:
la confianza en exceso
puede acabar en desastre.
Maldijo a aquel cuentacuentos
por fastidiar con crueldades
y siguió sola en su mundo;
también se sintió culpable.
Moraleja no encontró,
siguió esperando a sus padres.

Pues adelante con este romance y su moraleja. A veces creo que todos somos niños buscando a nuestros padres.
Salud.

Alonso, este poema es enorme; clava sus profundos símbolos en la fibra más recóndita.
La niña, el perro hambriento, la confianza incondicional, la fantasía lobo, capa roja, bosque, poder, cariño, algún feo engaño a rajatabla, los padres ausentes, la miserable culpa.

Impresionante este día de lluvia, poético una y mil veces.

Felicitaciones sinceras, amigo; abrazos.

Alonso Vicent escribió:Era un día como hoy,
como hoy llovía a mares.
Se cerraron los colegios,
Nadie salía a la calle.
Solo un perro vagabundo
buscaba en los basurales
algo que echarse a la boca
sin ningún miedo a mojarse.
No se le escapó a la niña,
asomada a los cristales,
la soledad de una y otro;
trabajando están sus padres.
Mientras miraba pensó
hacer sitio en el garaje,
acurrucarse a su lado
y poco a poco acercarse.
Imaginó que era un lobo
en cierto modo fiable;
pensó ser Caperucita
por un día y un instante.
Pero recordó del cuento
un perturbador detalle:
la confianza en exceso
puede acabar en desastre.
Maldijo a aquel cuentacuentos
por fastidiar con crueldades
y siguió sola en su mundo;
también se sintió culpable.
Moraleja no encontró,
siguió esperando a sus padres.

Me encantó Alonso tu poesía es llegadora, es que siempre me ha gustado como escribes. Al pan pan, y al vino vino. Y si, en las búsqueda siempre de nuestro ausentes padres. Es la ley de la vida. Un abrazote amigo y compañero de letras.-

Me identifico con algunos de los versos de este bienhallado poema.
Abrazos y felicidad.

Siento ternura detrás de cada verso. Un poema hermoso que me encantó leer.
Abrazos
Pilar

Me ha gustado mucho el poema, Alonso. Resulta altamente emotivo, habla de soledades, ausencias, fantasía... Realmente cautiva con un estilo directo, por su musicalidad y por su ternura. Realmente hermoso y conmovedor.

Un fuerte abrazo.

Tu estilo me encanta, Alonso


Poesía de la buena


Te felicito


Un abrazo fuerte, amigo

Julio Gonzalez Alonso escribió:Pues adelante con este romance y su moraleja. A veces creo que todos somos niños buscando a nuestros padres.
Salud.

Niños buscando a sus padres, huyendo de ellos y volviendo a buscarlos; cada edad trae sus más y sus menos.
Muchas gracias, Julio. Fue una especie de romance-cuento lo que surgió.
Un gran abrazo de este otro niño grande.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Alonso, este poema es enorme; clava sus profundos símbolos en la fibra más recóndita.
La niña, el perro hambriento, la confianza incondicional, la fantasía lobo, capa roja, bosque, poder, cariño, algún feo engaño a rajatabla, los padres ausentes, la miserable culpa.

Impresionante este día de lluvia, poético una y mil veces.

Felicitaciones sinceras, amigo; abrazos.

Muchas veces me siento como esa niña, pero la diferencia es que siempre me lanzo al encuentro (con los animales) sin temores... aunque tenga que sufrir la enorme reprimenda de la jefa, je je; pero es que no puedo reprimir ese instinto.
Mil gracias, Hallie, contando los días para reencontrarme con mis queridas bestias (con cariño) paisanas de primaveras y veranos que seguro ya nos están esperando allá por la montaña.
Un abrazote.

Mirta Elena Tessio escribió:

Alonso Vicent escribió:Era un día como hoy,
como hoy llovía a mares.
Se cerraron los colegios,
Nadie salía a la calle.
Solo un perro vagabundo
buscaba en los basurales
algo que echarse a la boca
sin ningún miedo a mojarse.
No se le escapó a la niña,
asomada a los cristales,
la soledad de una y otro;
trabajando están sus padres.
Mientras miraba pensó
hacer sitio en el garaje,
acurrucarse a su lado
y poco a poco acercarse.
Imaginó que era un lobo
en cierto modo fiable;
pensó ser Caperucita
por un día y un instante.
Pero recordó del cuento
un perturbador detalle:
la confianza en exceso
puede acabar en desastre.
Maldijo a aquel cuentacuentos
por fastidiar con crueldades
y siguió sola en su mundo;
también se sintió culpable.
Moraleja no encontró,
siguió esperando a sus padres.

Me encantó Alonso tu poesía es llegadora, es que siempre me ha gustado como escribes. Al pan pan, y al vino vino. Y si, en las búsqueda siempre de nuestro ausentes padres. Es la ley de la vida. Un abrazote amigo y compañero de letras.-

Muchas gracias, Mirta.
Muchos recuerdos quedan de nuestros progenitores, y sobre todo ese afán suyo de sobreprotección... aunque los míos fueron un tanto particulares, je je.
Un gran abrazo hasta tu montaña y sus vistas.

Un poema duro y hermoso a la vez, Alonso. A veces los golpes de la vida empiezan demasiado pronto. Excelente poema, amigo.
Un abrazote!

...precisamente con uno de los peores cuentos.
El desencuentro con la moraleja me encantó. De por sí, el poema es una obra completa.
Y pensar que una vez te mandé un correo privado en mp, a poco de tus inicios(no lo recordarás), yo lo hice en el poema anterior a este, para decirte que no te metieras en clásicas cuando vi tu primer poema publicado en ese foro, como "peligro", jajaja.
Espacio y movimiento.
Un abrazo, Alonso

Ricardo López Castro escribió:Me identifico con algunos de los versos de este bienhallado poema.
Abrazos y felicidad.

Agradecido, Ricardo, por el paso y el comentario.
Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Siento ternura detrás de cada verso. Un poema hermoso que me encantó leer.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, desde esta ventana.
Un abrazo.