Pasión y Muerte
Publicado: Sab, 16 May 2020 23:20
Hoy me apetece subir un poema escrito y recitado en el 2015. Lo subo porque de vez en cuando miro el arte del caligrama. Miguel borda ese arte. Fue un regalo: la unión de poesía, voz, dibujo, fotografía... Un todo en uno. No me apetece un debate sobre toros, no en este espacio. Quiero que se aprecie esa forma tan divertida de hacer poesía. Ahí va:
Para componer versos nuevos
es preciso renovar ideas y sonidos,
la mente quedará en blanco
completamente vacía.
Bajo el sol implacable que lo hostiga
avanza el toro bravo de Castilla,
su oscura piel curtida al viento brilla
Templando su sudor entre la espiga.
El mar de Juan Ramón
ya no saldrá del mar.
Allí donde la tenue sombra abriga
descansa mientras canta la abubilla
pastando hierbas brama su babilla
tranquilo, reposando sin fatiga.
La carne de John Donne
ya no será su carne
(aunque el excremento sea el mío).
Ojos negros, rabiosos, en la plaza
robusto es su coraje que se agranda,
todos le aplauden y le rinden galas.
No apestará más a paz
el sur de Pound.
Fallece el que rechaza la batalla,
luchando por su orgullo que le sangra,
echando espumarajos muere y calla.
Ciegos y sordos,
con el lápiz abierto al nuevo mundo
(al nuevo mundo, Miguel, al nuevo mundo),
quizás podamos evitar que Nuncamás
solo sea el nombre de un cuervo.
[BBvideo 560,340][/BBvideo]
Para componer versos nuevos
es preciso renovar ideas y sonidos,
la mente quedará en blanco
completamente vacía.
Bajo el sol implacable que lo hostiga
avanza el toro bravo de Castilla,
su oscura piel curtida al viento brilla
Templando su sudor entre la espiga.
El mar de Juan Ramón
ya no saldrá del mar.
Allí donde la tenue sombra abriga
descansa mientras canta la abubilla
pastando hierbas brama su babilla
tranquilo, reposando sin fatiga.
La carne de John Donne
ya no será su carne
(aunque el excremento sea el mío).
Ojos negros, rabiosos, en la plaza
robusto es su coraje que se agranda,
todos le aplauden y le rinden galas.
No apestará más a paz
el sur de Pound.
Fallece el que rechaza la batalla,
luchando por su orgullo que le sangra,
echando espumarajos muere y calla.
Ciegos y sordos,
con el lápiz abierto al nuevo mundo
(al nuevo mundo, Miguel, al nuevo mundo),
quizás podamos evitar que Nuncamás
solo sea el nombre de un cuervo.
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