Editorial Alaire

Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
- aquello que vivimos sin saber-

El sonido forjó silencio en el semblante
y la vibración de la piel se tornó
densa quietud.

Hoy cedo en las aceras el paso y la mirada
y envuelvo resignada enseres de otros días.
Vacío el equipaje de los sueños caducos
y trenzo leves huellas a camino ignorado.
El vino de la mesa brinda aroma añejo
y migajas se extienden cual vertido desván.

Las cunetas dialogan con historias zurcidas
y con nidos desiertos en libertad templados.
Vestidos macilentos que envuelven utopías
( mudos de color que el tiempo abandonó)
descansan, resignados al péndulo del tiempo,
y dejan huella gris a inconcluso destino.

Recupero a la niña olvidada en los días
y acaricio el cabello anhelante de besos

Entrego al descubierto el libro de mis días
mientras paso el testigo en la puerta del camino

Vengo de darme un paseíto. Creo que mañana tendremos mal tiempo, no solo porque el cielo está cubierto, sino porque se 'siente': el aire comparte espacio con la electricidad. Bueno, me iba a dormir, pero he visto tu poema.

Quizá sea por los pensamientos que se han ido sucediendo durante el paseo -es lo malo, o lo bueno, de pasear sola-, o quizá porque lo espero desde hace varios poemas tuyos : ), he pensado: esta 'página' merece un MB. Un MB a boli rojo, como aquellos que yo veía en mi cuaderno cuando hacia caligrafía, no sé si tú también. Y cuánto me costó. Sí, mucho. Pasó el tiempo y ya no necesitaba muestras, tampoco necesitaba los MB -que ya no me hubieran dado- escribir era algo consustancial a mí. Más tarde, mi letra tomó personalidad propia. Mis ies con circulillos se desperdigaban por todos mis cuadernos, pero eso fue antes de que los adjetivos hubieran dejado de poseer la capacidad de calificar al verbo: era yo quien decidía qué y qué no, calificaban.

Mañana, tempranito, lo releo, Pilar. Sé que, en algún momento pensé que debería apuntar alguna cosilla para decírtela, mejor que no lo haya hecho, si merece ser comentado, al volver a leerlo, me daré cuenta, y si no me la doy, es porque no tenía ninguna importancia.

Que descanses.

Blanca

Pilar Morte escribió:Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
- aquello que vivimos sin saber-

El sonido forjó silencio en el semblante
y la vibración de la piel se tornó
densa quietud.
(...)

Hola de nuevo. Dice una amiga, que escribir poesía es retorcer, lo justo, el significado de las palabras, de modo que lo que hemos querido expresar con ellas, 'nombre' lo que cualquiera que nos lea (hoy, o dentro de muchos años) reconozca como suyo (no es exacto, ella lo dice mejor : )

Y tiene razón. Por eso las palabras escritas por otros son capaces de emocionarnos. Pero, creo yo, no es esencial que ocurra así. No siempre podemos decir(nos): mira, eso lo he sentido yo, sino que es, por ejemplo, la cadencia, lo que nos provoca esa emoción. Eso, me parece, sí es esencial. Lo dejo porque acabaré volviendo al momento (a veces...) en que el dueño de unas manos que chocaron dos piedras entre sí, y luego otras dos, y luego otras dos, comprendió que no era lo mismo.

Hablo del trabajo de quien escribe poesía. Un trabajo que no acabaría nunca, si no se trazara un límite. ¿Dónde está el límite?; posiblemente esté ahi: un segundo antes de que, al mezclarlas por enésima vez sobre la 'paleta', aparezca el color gris y lo ensuciemos todo.

Ayer te comentaba lo de la caligrafía : ) Todos empezamos haciendo palotes, ¿verdad? y luego nos enseñaron, y enseñamos a nuestros dedos a recorrer las letras, las palabras. Con ello quería decirte que -en mi opinión, has alcanzado esa hoja del cuaderno en la que aquella palabrilla que nos daban de apoyo casi no se ve: la han trazado con líneas discontinuas. Se supone que ya sabemos escribir, que no necesitamos ayuda. Los 'muyBien' aparecen en todas nuestras páginas, da lo mismo que escribamos: Mi mamá me mima, que: Mi abuelo Lucas tiene un tractor. A poco que nos esforcemos nuestra letra siempre será de muyBien.

¿Y todo este lío para decir esto? Pues sí. Ahora ya no se trata sólo de contar sílabas, de elegir combinaciones y acertar, ahora hay que manejar adjetivos, y retorcer, no ya las palabras, sino el cuello de las palabras para que no se nos cuelen sin permiso, por muy bonitas que sean o que nos lo parezcan, salvo que puedas cerrar los ojos y aunque no seas capaz de entenderlas, sepas que son ellas las que crean la cadencia, y que el poema no sería el mismo si las quitas.

En tu poema, título incluído, me parece ver un gran avance, Pilar. Yo no puedo, ojalá pudiera, desmenuzarlo como hace, por nombrar a alguien, Rafael. Te sugiero un par de cosas:

Las cunetas dialogan con historias zurcidas <--- muy afortunado

y con nidos de paja en tul de libertad. <--- esto no llego a entenderlo ¿nidos en tul?


Vestidos carminados que envuelven utopías <--- carminados me parece una palabra excesiva para un vestido, y hasta para dos : )

( mudos de color que el tiempo abandonó) <--- esta rima color-abandonó, suena muy fuerte y el verso en sí, un poco manido, fácil.

descansan, resignados al péndulo del tiempo,
y dejan huella gris a inconcluso destino.


La ténica MB; la sensación de haber tirado la toalla, de haberse rendido (o eso me parece), MB. Si fuera mío, Pilar, me preguntaría si esa estrofa es necesaria, si la respuesta es sí, intentaría expresarlo de una forma más sencilla, y si la respuesta es no, pues... se acabaría el problema. Cuídate de conjugaciones que... bueno, las de, por ejemplo: los forjó, que tienden a rimar con los tornó. Y coge con pinzas los adjetivos calificativos.

Y ya : )

Aplausos. Muchos muchos muchos muchos.

Blanca

Pilar Morte escribió:Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
(...)

Querida amiga Blanca. Como me gusta que comentes mis poemas. Cada forista tiene su estilo, pero tú pones toda tu intención
Tienes razón en lo que me dices, por eso lo he cambiado
Muchas gracias por tus comentarios. Espero llegar a escribir sin caligrafía, no sé
Un fuerte abrazo
Pilar

Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
- aquello que vivimos sin saber-



¿ Sabes la de veces que yo pensé ésto, y qué nunca supe cómo expresarlo ?. Sin duda, una de las estrofas, de todo loque leo que más me ha impactado. Es como si alguien verbalizase alguno de mis viajes a la nostalgia.
Me gustan tus poemas.
Un abrazo. Ana.

Ana Prado escribió:Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
- aquello que vivimos sin saber-



¿ Sabes la de veces que yo pensé ésto, y qué nunca supe cómo expresarlo ?. Sin duda, una de las estrofas, de todo loque leo que más me ha impactado. Es como si alguien verbalizase alguno de mis viajes a la nostalgia.
Me gustan tus poemas.
Un abrazo. Ana.

Gracias Ana. Me alegra verte por mis versos y celebro que te gustase. Es fácil hablar de la nostalgia o del tiempo pasado
Un fuerte abrazo
Pilar

Perdonar pero ha introducido algún cambio
Gracias por acompañarlo
Pilar

LO MEJOR: Los tres primeros versos, buenísimos, encauzadores, inaugurantess. El hoy cedo en las aceras el paso y la mirada. La buena estructura. El buen sonido. El remate final.

LO PEOR: Considero que aciertas más cuando no adjetivas. Los cuatro versos que te he destacado me parecen buenos, naturales y no tienen adjetivos.

Abrazo.

Hasta pronto.

Pilar, es un poema hermosísimo que, además, por su temática a mí me llega de manera muy especial estos días...

Respecto a lo que dice Batania sobre la adjetivación, no tengo más remedio que darle la razón... creo que es un "vicio" en el que solemos caer con mucha frecuencia (abusar de los adjetivos). Aprendender a "no usar" los adjetivos es algo que está en mis asignaturas pendientes y creo que a ti te vendría bien también intentarlo. Es sólo mi opinión.

Un beso grande,

Carmen

Pilar, me ha gustado mucho, tiene mucha fuerza.

"Las cunetas dialogan con historias zurcidas"

Un beso

Pilar Morte,


ME ENCANTÓ TU POEMA

LOS CONSEJOS

HAY QUE SEGUIRLOS
NOS AYUDA
A MEJORAR


TE FELICITO


UN ABRAZO FUERTE

Es muy enriquecedor leer este posteo. El poema
a mí me gusta mucho. Tiene un buen ritmo y ahonda
con lucidez en el tema que te has propuesto.
De los comentarios se aprende muchísimo. Las
observaciones son como para tenerlas en cuenta.

Te deseo que sigas entregándonos poemas de esta
sensibilidad.

Un abrazo.
Óscar

Pilar Morte escribió:Se fue lo que nombramos
y lo que no tenía nombre
- aquello que vivimos sin saber-

El sonido forjó silencio en el semblante
y la vibración de la piel se tornó
densa quietud.

Hoy cedo en las aceras el paso y la mirada
y envuelvo resignada enseres de otros días.
Vacío el equipaje de los sueños caducos
y trenzo leves huellas a camino ignorado.
El vino de la mesa brinda aroma añejo
y migajas se extienden cual vertido desván.

Las cunetas dialogan con historias zurcidas
y con nidos desiertos en libertad templados.
Vestidos macilentos que envuelven utopías
( mudos de color que el tiempo abandonó)
descansan, resignados al péndulo del tiempo,
y dejan huella gris a inconcluso destino.

Recupero a la niña olvidada en los días
y acaricio el cabello anhelante de besos

Entrego al descubierto el libro de mis días
mientras paso el testigo en la puerta del camino

Percibo una queja ausente de pesadumbre, un dolor casi reconciliado contigo misma y con el tiempo y con lo que el paso del tiempo trae y quita. Me gustó tu queja, el tibio lamento sobre los recuerdos. Y me enamoró esa niña recuperada, anhelante de besos soñados y enredadas ilusiones entre el suave cabello.

Gracias, Pilar, por este grato momento de lectura.

Salud.

Alberto Batania escribió:LO MEJOR: Los tres primeros versos, buenísimos, encauzadores, inaugurantess. El hoy cedo en las aceras el paso y la mirada. La buena estructura. El buen sonido. El remate final.

LO PEOR: Considero que aciertas más cuando no adjetivas. Los cuatro versos que te he destacado me parecen buenos, naturales y no tienen adjetivos.

Abrazo.

Hasta pronto.

Me alegra que hayas dejado tu mensaje. He repasado el poema y veo que tienes razón en que hay demasiado adjetivo. Lo tendré en cuenta en adelante. Gracias, siempre se aprende de la visión ajena.
Hace días que quiero enviarte un mensaje. Si puedo lo hago esta noche
Un abrazo
Pilar

Me gusta mucho la idea del no nombrar, del silencio dentro de este ruido. El final se va encauzando hacia un dejo melancólico que haces ver muy tierno.

Un gusto pasar. Saludos.

Martín Desormeaux.-