Noche lasciva
Publicado: Jue, 07 May 2020 10:33
En noches de incontrolables borracheras,
sumergidos en alcohol los adictos al deseo
bailan con el diablo y las mercenarias
del amor discuten sobre la cópula de los ángeles
y se amanceban por horas con un crápula
cualquiera en una suite nupcial con vistas al infierno.
Y en el zaguán de la abstinencia se concentran
las vírgenes que por el drama de su sexo lloran
y a los templos de la desilusión acuden dioses
paganos que se entregan a una orgía clandestina.
Y mientras que la luna protege su intimidad desnuda,
o la reserva para quien bese sus pechos de luz blanca,
de repente se escucha una ráfaga obscena que sacude
con su encelado ímpetu y se adentra por mi cuerpo
como torrente de esperma que fecunda hijos bastardos.
Y cuando se despierta el alba, en las aceras de la decepción,
se citan los eternos perdedores que no pudieron devorar
esa manzana prohibida que invita a pecar y llevan
en su entrepierna tatuada las damas de la inmoralidad
y ebrios de fracaso purgan su resaca y deambulan
por las calles de una ciudad vacía que muerde como el frío.
sumergidos en alcohol los adictos al deseo
bailan con el diablo y las mercenarias
del amor discuten sobre la cópula de los ángeles
y se amanceban por horas con un crápula
cualquiera en una suite nupcial con vistas al infierno.
Y en el zaguán de la abstinencia se concentran
las vírgenes que por el drama de su sexo lloran
y a los templos de la desilusión acuden dioses
paganos que se entregan a una orgía clandestina.
Y mientras que la luna protege su intimidad desnuda,
o la reserva para quien bese sus pechos de luz blanca,
de repente se escucha una ráfaga obscena que sacude
con su encelado ímpetu y se adentra por mi cuerpo
como torrente de esperma que fecunda hijos bastardos.
Y cuando se despierta el alba, en las aceras de la decepción,
se citan los eternos perdedores que no pudieron devorar
esa manzana prohibida que invita a pecar y llevan
en su entrepierna tatuada las damas de la inmoralidad
y ebrios de fracaso purgan su resaca y deambulan
por las calles de una ciudad vacía que muerde como el frío.