Confinar mintiendo
Publicado: Dom, 26 Abr 2020 18:29
Los cafés y los parques, nos esperan con los brazos abiertos
los espectáculos y las calles, el trabajo, los amigos, la familia, los tanatorios.
Primero los niños, como en los naufragios.
Nos unen cuatro paredes.
Nunca fuimos tan libres en el domicilio.
Cuando hago kilómetros por los pasillos
percibo cosas que antes pasaba por alto:
la mansedumbre de los muebles,
la pulcritud de las vajillas
la nívea mirada del perro, antes dominante
el robot desbocado de la limpieza
los dientes, escobillas
el estrépito de la lavadora
la identificación de los rostros de la orla
al pie de las fotografías
la altivez de los trofeos
la orgía de los cacharros en el fregadero
la opulencia del frigorífico
el luminoso cero del lavaplatos
el temblor de la secadora
la asimetría de las manos
las moléculas del jabón
la cabeza hidrófila
la cola hidrófoba
la capa lipídica
la proteína espiga
el ARN
las copias
la multicopista
la disolución de la envoltura
el aluvión de proteínas y fragmentos
arrastrados por el agua
la vida
cómo pasa
la desactivación del virus
la longitud desértica de la noche
el por qué del suelo
los escalones, los ángulos de las molduras
el voyeurismo de los plafones
el brazo escayolado de la mopa
la ropa, su compostura
las mangas anchas, las estrechas, los bajos
los cables azules trenzados de plástico
los cabellos rojos de la vecina
los cables cruzados
no para de hacer gimnasia sueca
la manivela
las cruces del calendario
en fin
nos unen cuatro
paredes
cuatro
en un pis pas
volveremos a ser
en este país
mosaico de países
hombres y mujeres y niños sueltos
y cabos sueltos,
y menos pensiones
pero más separados,
respetando las distancias
de clases, sociales, proxémicas
cada vez más caras
con mascarillas.
los espectáculos y las calles, el trabajo, los amigos, la familia, los tanatorios.
Primero los niños, como en los naufragios.
Nos unen cuatro paredes.
Nunca fuimos tan libres en el domicilio.
Cuando hago kilómetros por los pasillos
percibo cosas que antes pasaba por alto:
la mansedumbre de los muebles,
la pulcritud de las vajillas
la nívea mirada del perro, antes dominante
el robot desbocado de la limpieza
los dientes, escobillas
el estrépito de la lavadora
la identificación de los rostros de la orla
al pie de las fotografías
la altivez de los trofeos
la orgía de los cacharros en el fregadero
la opulencia del frigorífico
el luminoso cero del lavaplatos
el temblor de la secadora
la asimetría de las manos
las moléculas del jabón
la cabeza hidrófila
la cola hidrófoba
la capa lipídica
la proteína espiga
el ARN
las copias
la multicopista
la disolución de la envoltura
el aluvión de proteínas y fragmentos
arrastrados por el agua
la vida
cómo pasa
la desactivación del virus
la longitud desértica de la noche
el por qué del suelo
los escalones, los ángulos de las molduras
el voyeurismo de los plafones
el brazo escayolado de la mopa
la ropa, su compostura
las mangas anchas, las estrechas, los bajos
los cables azules trenzados de plástico
los cabellos rojos de la vecina
los cables cruzados
no para de hacer gimnasia sueca
la manivela
las cruces del calendario
en fin
nos unen cuatro
paredes
cuatro
en un pis pas
volveremos a ser
en este país
mosaico de países
hombres y mujeres y niños sueltos
y cabos sueltos,
y menos pensiones
pero más separados,
respetando las distancias
de clases, sociales, proxémicas
cada vez más caras
con mascarillas.