Editorial Alaire

Quedó en la torre encerrada
sin sus trenzas relucientes
ni lágrimas que verter
entre sus cuatro paredes.
¿Dónde el caballero niña
que las murallas agriete
con lanza de puro acero
y por amor te libere?
Mi princesa secuestrada,
ojos de cielos celestes,
pechos de hermosa silueta
y labios de magma ardiente.
Esclavo hiciste al sultán
que vive para quererte.
¡Ay! Granada, mi Granada,
tierra de hermosas mujeres,
Alhambra de mis amores,
novia blanca de las nieves
y Lorca para escribirte,
un romance que te llegue.
Por un amor de capricho,
todo tu cuerpo padece
latigazos de las rejas
y no el amor que mereces
¡Ay! mi moruna cautiva,
grabada estás en mi mente,
yo lucharé con mis versos
para de nuevo tenerte,
sobre mi noble alazán,
pondré al sultán en un brete
derribando muro y torre
donde cautiva te encuentres.
Volverás a ser cristiana
y te amaré hasta la muerte.