Editorial Alaire

Si la elevada cúspide el lluvioso
llanto del cielo abaja dulcemente,
como el acantilado el más valiente
suave el mar tumba con su abrazo undoso;

si susurrante más que impetuoso
remite el viento a la rocosa frente
mientras la diminuta arena ardiente
Eros es a su pecho riguroso,

¿por qué mi tempestad y mi oleaje,
mis palabras, mis besos —tenaz queja—
vana son erosión a tus rechazos

y, en cambio —siendo inmune a tanto ultraje—,
el hielo inmóvil de tu pecho deja
rota mi corazón piedra en pedazos?

Un soneto con buen lenguaje.
Abrazos

Muchas gracias, Simón. Saludos.

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Si la elevada cúspide el lluvioso
llanto del cielo abaja dulcemente,
como el acantilado el más valiente
suave el mar tumba con su abrazo undoso;

si susurrante más que impetuoso
remite el viento a la rocosa frente
mientras la diminuta arena ardiente
Eros es a su pecho riguroso,

¿por qué mi tempestad y mi oleaje,
mis palabras, mis besos —tenaz queja—
vana son erosión a tus rechazos

y, en cambio —siendo inmune a tanto ultraje—,
el hielo inmóvil de tu pecho deja
rota mi corazón piedra en pedazos?

Pablo


La belleza y el amor
invadió tus versos



Te felicito


Un abrazo fuerte

Muchas gracias, Ricardo, por tu lectura y por tu apreciación. Saludos.

Arriba con esta interesante propuesta, amigo Pablo.
Abrazos.

Gracias, Rafel. Se me había pasado contestarte, lo siento. Saludos.