Editorial Alaire

"Despertar echándose el pasado a la espalda"
ANA LAMELA REY


No es suficiente el olvido
para aquel que nada espera.
Sobre sus hombros el mundo
tiene el peso de cosas sin sentido.
Cuán profunda la hondura
de cuanto mar has sido.
Cuán largo se aquieta este tiempo
que respira por otro pulmón.
Mas el tiempo es solo tiempo en apariencia:
presagio aún más que misterio,
laberinto al vaivén de la sangre,
muerte o una de sus formas.
Algún día escribiré
sobre el color de mis heridas,
sus nombres y sus disfraces,
de cuanto amor me fue dado y ya no existe,
de lo que sé de mí y de lo que se me oculta.
Nunca diré que me hayáis oído reír y fuera llanto.
Nunca diré dentro de mí y sea intemperie.
Nunca diré que el óleo santo haya cambiado mi fe.
En la memoria del pasado
arde la luz que auspicia mi ceguera.

Luz creencia, luz educadora, luz aullando en el lejano plano del origen...

Es un trabajo hermoso, pulcrísimo, tan digno como tu inspiración.

Abrazo y felicidad, querido poeta.
Gracias por estar.

Me quedo con la belleza y sentimiento que desprenden tus versos. Hay en el poema la tristeza del que sonríe cuando es llanto pero me gusta porque suenan sinceros. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Ramón,

me ha gustado mucho el poema, amigo. Creo que consigues unas buenas cotas de lirismo y evocación, con un texto muy cuidado, de estilo, no exento de un elegante clasicismo. Me han gustado mucho los versos del cierre

En la memoria del pasado
arde la luz que auspicia mi ceguera.

Abrazos.

Ramón Castro Méndez escribió:"Despertar echándose el pasado a la espalda"
ANA LAMELA REY


No es suficiente el olvido
para aquel que nada espera.
Sobre sus hombros el mundo
tiene el peso de cosas sin sentido.
Cuán profunda la hondura
de cuanto mar has sido.
Cuán largo se aquieta este tiempo
que respira por otro pulmón.
Mas el tiempo es solo tiempo en apariencia:
presagio aún más que misterio,
laberinto al vaivén de la sangre,
muerte o una de sus formas.
Algún día escribiré
sobre el color de mis heridas,
sus nombres y sus disfraces,
de cuanto amor me fue dado y ya no existe,
de lo que sé de mí y de lo que se me oculta.
Nunca diré que me hayáis oído reír y fuera llanto.
Nunca diré dentro de mí y sea intemperie.
Nunca diré que el óleo santo haya cambiado mi fe.
En la memoria del pasado
arde la luz que auspicia mi ceguera.

Profundo, conmovedor, rompedor poema de profundas reflexiones, Ramon Castro Mendez. Abrazos, Roxane

Ramón, has escrito un buen poema. Elegante y sobrio, y de un profundo lirismo. Te felicito
un abrazo
J. manuel

Hallie Hernández Alfaro escribió:Luz creencia, luz educadora, luz aullando en el lejano plano del origen...

Es un trabajo hermoso, pulcrísimo, tan digno como tu inspiración.

Abrazo y felicidad, querido poeta.
Gracias por estar.

Muchas gracias, querida Hallie, por acercarte hasta mis letras.

Un afectuoso abrazo.

Muy bello trabajo, amigo Ramón, donde consigues versos de altas revoluciones sensoriales.
Felicidades.
Abrazos.

Ramón


Me da gusto leer tu poema...

te felicito


Un abrazo fuerte, amigo

Pilar Morte escribió:Me quedo con la belleza y sentimiento que desprenden tus versos. Hay en el poema la tristeza del que sonríe cuando es llanto pero me gusta porque suenan sinceros. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, querida Pilar, por acercarte hasta mis letras y obsequiarme con tus generosas palabras.

Un afectuoso abrazo.

Pablo Ibáñez escribió:Ramón,

me ha gustado mucho el poema, amigo. Creo que consigues unas buenas cotas de lirismo y evocación, con un texto muy cuidado, de estilo, no exento de un elegante clasicismo. Me han gustado mucho los versos del cierre

En la memoria del pasado
arde la luz que auspicia mi ceguera.

Abrazos.

Muchas gracias, paisano por pasarte y dejarme tu apreciado comentario.
Celebro que mis letras hayan sido de tu agrado.

Un fuerte abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:"Despertar echándose el pasado a la espalda"
ANA LAMELA REY


No es suficiente el olvido
para aquel que nada espera.
Sobre sus hombros el mundo
tiene el peso de cosas sin sentido.
Cuán profunda la hondura
de cuanto mar has sido.
Cuán largo se aquieta este tiempo
que respira por otro pulmón.
Mas el tiempo es solo tiempo en apariencia:
presagio aún más que misterio,
laberinto al vaivén de la sangre,
muerte o una de sus formas.
Algún día escribiré
sobre el color de mis heridas,
sus nombres y sus disfraces,
de cuanto amor me fue dado y ya no existe,
de lo que sé de mí y de lo que se me oculta.
Nunca diré que me hayáis oído reír y fuera llanto.
Nunca diré dentro de mí y sea intemperie.
Nunca diré que el óleo santo haya cambiado mi fe.
En la memoria del pasado
arde la luz que auspicia mi ceguera.

Profundo, conmovedor, rompedor poema de profundas reflexiones, Ramon Castro Mendez. Abrazos, Roxane

Muy agradecido, Roxane, por dejarme tu apreciado comentario.

Un afectuoso abrazo.

jose manuel saiz escribió:Ramón, has escrito un buen poema. Elegante y sobrio, y de un profundo lirismo. Te felicito
un abrazo
J. manuel

Muchas gracias, amigo José Manuel, por acercarte hasta mis letras y dejarme tu atento comentario.

Un fuerte abrazo.

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo, amigo Ramón, donde consigues versos de altas revoluciones sensoriales.
Felicidades.
Abrazos.

Muchas gracias, amigo Rafel, por pasarte por mis letras y dejarme tu apreciado comentario.

Un abrazo.

Ricardo Serna G escribió:Ramón


Me da gusto leer tu poema...

te felicito


Un abrazo fuerte, amigo

Muy agradecido, amigo Ricardo, por contar con tu presencia en mis letras.

Un fuerte abrazo.