On - Off
Publicado: Sab, 11 Abr 2020 23:36
Me da la impresión de que
oigo golpear gotas de agua,
sobre la tarde entristecida,
sobre el mantel con migajas
que aún espera ser recogido.
Creo que debo activar la voz
para comprender que la soledad no es mi enemiga,
y tal vez a la sordera empeñada
en que todo pase desapercibido,
¿todo?
sigo oyendo esas gotas de agua.
Acaso si te hablo, si crees que debes contestar,
reanimaré el ánimo de mi visión,
la cortesía de mis palabras,
y la incertidumbre lingüística
que parece haber sido abandonada,
¿querrás contestarme?
Tan solo tienes que leer mis letras,
asimilar las palabras que en calderilla salen de mi escritura,
si no quieres no contestes,
tal vez si lo hiciéramos al revés,
si tu pluma llorara y mi papel se humedeciera,
comprenderías a que me refiero.
Hasta ahora no lo había intentado,
sabes, soy tímido e inocente,
me asusta golpear el picaporte,
me horroriza la reacción del otro lado,
no sé si me entiendes
o simplemente declinas mi ofrecimiento.
A lo mejor tengo que dejarte un instante,
no paran de golpear las gotas en algún lugar,
¿no te pone nervioso el golpeo de un vulgar sonido?
esta tarde está rara, demasiado borrosa,
¿has leído algo ya?
¿qué te parece?
Sé que estás al otro lado,
sé que me ves, pero no te quieres pronunciar,
¿sabes? dame un minuto…
… Ahora golpean más fuerte,
como enfadadas, heridas, desbocadas.
¿Sabes? no eran de casa,
como esas migajas en el mantel de la mesa,
son las lágrimas de una triste y acongojada tarde.
¡Oye! ¡Oye!
Ya no me escuchas…
… Demasiadas veces mis ojos,
tienen cierto paralelismo con los ocasos afligidos.
oigo golpear gotas de agua,
sobre la tarde entristecida,
sobre el mantel con migajas
que aún espera ser recogido.
Creo que debo activar la voz
para comprender que la soledad no es mi enemiga,
y tal vez a la sordera empeñada
en que todo pase desapercibido,
¿todo?
sigo oyendo esas gotas de agua.
Acaso si te hablo, si crees que debes contestar,
reanimaré el ánimo de mi visión,
la cortesía de mis palabras,
y la incertidumbre lingüística
que parece haber sido abandonada,
¿querrás contestarme?
Tan solo tienes que leer mis letras,
asimilar las palabras que en calderilla salen de mi escritura,
si no quieres no contestes,
tal vez si lo hiciéramos al revés,
si tu pluma llorara y mi papel se humedeciera,
comprenderías a que me refiero.
Hasta ahora no lo había intentado,
sabes, soy tímido e inocente,
me asusta golpear el picaporte,
me horroriza la reacción del otro lado,
no sé si me entiendes
o simplemente declinas mi ofrecimiento.
A lo mejor tengo que dejarte un instante,
no paran de golpear las gotas en algún lugar,
¿no te pone nervioso el golpeo de un vulgar sonido?
esta tarde está rara, demasiado borrosa,
¿has leído algo ya?
¿qué te parece?
Sé que estás al otro lado,
sé que me ves, pero no te quieres pronunciar,
¿sabes? dame un minuto…
… Ahora golpean más fuerte,
como enfadadas, heridas, desbocadas.
¿Sabes? no eran de casa,
como esas migajas en el mantel de la mesa,
son las lágrimas de una triste y acongojada tarde.
¡Oye! ¡Oye!
Ya no me escuchas…
… Demasiadas veces mis ojos,
tienen cierto paralelismo con los ocasos afligidos.