Editorial Alaire

...

Querría que fuéramos niños
para darte la mano al cruzar el río
con el agua fría por los tobillos
y el corazón sobre las hojas
de los álamos, tan altos, tan blancos
como mis sueños más negros.

Me enamoro a cada hora, soñador,
en la estela de tu figura
como un diablo de infantiles males
persiguiendo la cinta de tu pelo,
el volante de tu falda y su sombra
con la que tiemblo todavía. Risas,
mi amor; de las que quedan ámbar
eterno, soles, pequeños, nacidos
de tu embrujo. Alas
que hoy me cruzan el río. Mientras
tus manos me cuidan del aire frío
en madrugada.

...

es de una sonrisa... color en los ojos, luz en las mejillas... Lindo poema, Ignacio Mincholed.
Saludos

Precioso, Ignacio!!! rezuma ternura y entrañable sensibilidad.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo e "saude máis que nunca"

R. M. Alemán escribió:es de una sonrisa... color en los ojos, luz en las mejillas... Lindo poema, Ignacio Mincholed.
Saludos

Así es, Rosa, tal como lo dices, un arrebato nada más.

Gracias por la nota. Saludos.
Ignacio

Ignacio Mincholed escribió:...

Querría que fuéramos niños
para darte la mano al cruzar el río
con el agua fría por los tobillos
y el corazón sobre las hojas
de los álamos, tan altos, tan blancos
como mis sueños más negros.

Me enamoro a cada hora, soñador,
en la estela de tu figura
como un diablo de infantiles males
persiguiendo la cinta de tu pelo,
el volante de tu falda y su sombra
con la que tiemblo todavía. Risas,
mi amor; de las que quedan ámbar
eterno, soles, pequeños, nacidos
de tu embrujo. Alas
que hoy me cruzan el río. Mientras
tus manos me cuidan del aire frío
en madrugada.

...

Has escrito una joya, amigo, un poema que deberíamos guardarlo en un cofre. Muchas cosas que no dice el poema retumban en mi mente, en mi memoria. Has tocado las márgenes celestiales de la ternura, del amor, de la sublimidad. Me has emocionado.

Un abrazo de honda empatía.
Óscar

Precioso poema, Ignacio; tan delicado, tan tierno. Un gusto leerlo.

Un abrazo.

Me ha gustado mucho tu poema, Ignacio. Me gusta ese viaje a la edad de la inocencia, donde todo es ternura, sentimiento y emotividad.
Mi aplauso.

Un abrazo.